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"Doble de Onur": de su infancia en la comuna rural de Tucapel a la fama por las teleseries turcas

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kretamal@estrellaconce.cl

Pocos saben que sus primeros años los vivió en un pueblo distante a 125 kilómetros de Concepción. Uno que primero perteneció a la Provincia de Ñuble, pero que, actualmente, lo es de la de Bío Bío. La verdad es que algunos reconocen a Ricardo Traslaviña como uno de los menores que creció en Tucapel, comuna con más de 12 mil habitantes, y donde surgió el apodo de "El turco", que sería una especie de vaticinio sobre lo que se vendría después.

Es que el tucapelino hoy es reconocido como el "Doble de Onur", apodo que se ganó gracias a su gran parecido con el protagonista de "Las mil y una noches", Halit Ergenç. Pese al término de la teleserie turca en Chile, Traslaviña sigue aprovechando su fama en otros países y también reinventándose gracias a la teleserie "El Sultán".

El turco de tucapel

"Viví en Tucapel hasta los 12 años y seguí yendo por lo veranos hasta los 17. Mi familia materna es de allá. A veces me arranco porque mi abuelita está enterrada en el cementerio de Tucapel, le voy a limpiar la tumba, converso con ella, le dejo un par de cigarritos porque le gustaba fumar… fumamos juntos", relata Traslaviña de entrada.

En dicha comuna, el también stripper vivió con su abuela materna, Flor, una gitana que lo crió mientras su mamá trabajaba en Santiago.

"Fue dura mi vida en Tucapel. Mi familia es árabe de verdad, de ahí que viene esto de que me parezca a Onur. Mi abuelo nació en Palestina y mi abuela era gitana. Era una mezcla extraña. Y mi papá era italiano. A mi abuelo no lo alcancé a conocer, pero como buen turco, llegó con mucha plata, puso unos supermercados. Murió el año 1973, pero no por el golpe militar, sino por la edad. En esa época lo perdió todo. Después de haber nacido en cuna de oro, lo perdimos todo", cuenta.

Y sigue su historia: "Mi mamá estaba trabajando en Santiago y yo me quedé con mi abuela en Tucapel. Como la viejita era buena para el pucho, cuando mi madre mandaba encomiendas con mercadería, ella la cambiaba por cartones de cigarros. Tuve que aprender a trabajar a los 8 años o si no, me iba a morir de hambre".

De esta manera, Ricardo recogía frutas, ayudaba a limpiar las casas de los vecinos, también los pocos autos que había en la comuna. Allá también tenía amigos con los que compartió las primeras travesuras. Incluso, uno de ellos hoy es concejal de Tucapel. "Él me invitó a la Semana Tucapelina. La gente me recibió súper bien… la verdad es que pocas personas saben que soy oriundo de Tucapel", subraya.

todo cambiado

Los recuerdos del "Doble de Onur" están intactos. Es más, rememora la Semana Tucapelina, donde de niño participaba por su alianza en los carros alegóricos. También sus paseos en las tardes de verano al río Laja donde se bañaban en familia. Ahora, al ver el torrente, le da pena, pues ya no es como antes.

"Yo viví en la calle principal de Tucapel, que es San Diego si no me equivoco, que era de tierra. Ahora está todo pavimentado. Hay muchas cosas que han cambiado, pero también otras que se han mantenido", resalta.

"La casa donde yo vivía -añade - está cambiada. Yo siempre la paso a ver. Está súper cambiada, porque mis tías la vendieron y la gente que la compró, la remodeló", explica el "Onur" chileno, agregando que ya no le quedan parientes en el lugar, pero sí parte de su familia sigue en Chillán, donde siempre trata de arrancarse a ver a los suyos.

"Tengo bonitos recuerdos de allá, a pesar de que lo pasé mal económicamente. Tenía que recoger leña, frutas para poder comer y todo lo que significa vivir en el campo, sin el apoyo de una mamá o un papá, sino que estar solo. A pesar de todo eso, confieso que lo pasé bien", manifiesta.

Es más, cuando fue invitado a la Semana Tucapelina pasó a ver a una de las señoras que le daba trabajo. Tocó el timbre de su casa y ella no lo reconoció. Es que volvía 25 años después. "Le dije que era Ricardo Traslaviña. Se me colgó al cuello, me hizo pasar, me invitó a almorzar y me dio harina tostada para que me trajera a Santiago. Estaba feliz", cuenta, recordando que allá le decían "Turco".

futbolista

A los 12 años se fue a Santiago a vivir con su mamá. En la capital siguió trabajando, limpiaba autos y jugaba a la pelota. "Jugué en las inferiores de Palestino, Colo Colo, de Cobresal, Union Española. Me quisieron llevar a Cobreloa, pero mi mamá no quiso que me fuera a Calama a vivir. Al final no pude jugar. Ahora no juego, porque una lesión afecta a mi carrera. Si me pasa algo, pierdo el trabajo", señala.

camino a la fama

Confidencia que a los 15 años era de lo más pavo que había. Se le acercaba una mujer y se ponía nervioso. Quizás su vida en el campo lo hacía ser menos quitado de bulla. No tenía personalidad, sentencia. No obstante, le gustaba bailar.

Volviendo atrás, cuenta que mientras trabajaba de guardia en una discoteque de Peñaflor (donde confidencia, el ambiente era denso, con personas que le apuntaban con armas en la cabeza para entrar a la fuerza), se le abrió la posibilidad de ser stripper.

"Una noche llegaron unos vedettos, que no bailaron nada. Eran guatones y feos. Más encima les pagaron 35 lucas. Así que le dije a mi jefe que a mí me pagaba menos por un trabajo más peligroso… en broma le dije que la próxima semana bailaba yo. Lo hice... y no paré nunca más", confiesa.

Al principio no le pagaban mucho. Varias veces viajó en bus hasta Puerto Montt por 50 mil pesos. A Iquique y Antofagasta por 70 mil. Hoy, gracias a Onur, puede darse el lujo de cobrar mucho más y pedir que el traslado fuera de Santiago sea en avión.

"Jamás me imaginé este éxito. Para serte sincero, cuando terminó la teleserie me bajaron los eventos. Un mes o dos meses más y listo. Pero igual me siguen llamando, voy a discos, pero ahora voy como el Sultán", cuenta.

Si bien en Chile "Las mil y una noches" terminó, en otros países de Sudamérica aún la están dando y su éxito ha sido arrollador. Tanto así, que en Perú, Ricardo Traslaviña, es todo un personaje. "Allá no soy stripper, sino que modelo para marcas de zapatos, de ropa, publicidad en programas, para tributos de Broadway de Michael Jackson, reggaetoneros famosos como Nicky Jam, para promocionar sus eventos en Perú", señala.

"Voy al canal Latina, que es el que transmite la teleserie allá, vestido como Onur. En Perú hay una teleserie que se llama 'Al fondo del sitio', que lleva como 15 años. Es una producción nacional y no termina nunca. La ve todo el mundo y "Las mil y una noches" le estuvo peleando el rating en los tres meses que lleva. Aparecí yo, y le ganó. Por primera vez un programa era más visto que esa teleserie", añade.

Éxito internacional

A Ricardo Traslaviña le gusta el éxito que tiene entre los peruanos, que, a diferencia de los chilenos, no lo dejan pasear tranquilo por el país. "Es increíble el cariño de la gente. Allá no puedo caminar, acá sí. El chileno es más chaquetero, me gritan muchas cosas pesadas. Allá no, me paran y me dicen el 'actor chileno'. Me piden fotos y autógrafos", expresa.

Ahora, para el Día de la Madre irá a firmar autógrafos al país vecino. Cobra 2 mil dólares por día. A eso suma llamados desde Argentina, Uruguay, Paraguay, Colombia y Bolivia. Él agradece todo lo que le está pasando a sus 37 años y ahorra para tener un mejor pasar en el futuro, sobre todo ahora que será abuelo y necesita un automóvil más grande para pasear a sus cuatro hijos y a su futuro descendiente.

"En fin, así nació el tucapelino", finaliza. J