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Y pensar que esta cancha la pisó Mario Alberto Kempes

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l Carlos Paz Durán

Atres meses de que se cumplan los 20 años de la llegada del mundialista Mario Alberto Kempes a Vial, y por ende a los Campos Deportivos de Manquimávida, donde entrenó durante el segundo semestre de 1995 bajo las órdenes de su amigo, connacional y técnico Pedro Lucio Olivera, ya no existe la cancha en la que deslumbró durante las prácticas de balón detenido.

Que ese recuerdo en parte haya sido destruido por el abandono en que desde el año pasado quedó el rectángulo de juego, es una de las lamentaciones de los numerosos aurinegros que en los últimos días han visitado el recinto para comprobar en terreno el grado de deterioro.

un hijo del almirante

José Toledo, un delantero que se formó en el Fútbol Joven del Almirante, que lo defendió en el balompié profesional, que lo dirigió técnicamente en las series bajas y que disfrutó en Manquimávida con la precisión del "Matador" en los tiros libres y de esquina, es uno de los que alzó la voz, y lo hizo desde el lugar mismo que, ahora convertido en tierra y pasto seco, clama ser recuperado.

"Ver esto es el sufrimiento más grande para mí, y lo digo no únicamente como ex jugador y DT, sino también como hincha", señaló Toledo, quien agregó que "no entiendo cómo se llegó a este nivel de olvido".

"Y pensar que esta cancha la pisó Kempes, Luis Chavarría, Arturo Sanhueza, Alberto Cisternas, Manuel Villalobos, Gonzalo Viscayzacú, el profe Luis Santibáñez y tantos otros", recalcó el actual jefe técnico del Fútbol Joven de Naval, quien añadió que "hace un par de décadas no cualquiera llegaba a practicar aquí. Era un escenario reservado para hombres bravos. ¿Ve esta cicatriz en el rostro? Es un 'cariñito' que me dieron en un entrenamiento de fútbol".

¿se acabó la mística?

"En el Complejo Manquimávida se respiraba una mística, una magia que cada vez se pierde más por falta de conciencia", expresó.

"No sé cómo la gente no se da cuenta del tremendo patrimonio que estamos despilfarrando, con locomoción a la mano y pavimentación hasta la puerta. Cómo no habrá alguien que quiera invertir algunas lucas en recuperarlo. Su potencial económico es enorme si se echa a andar de nuevo la cancha, que perfectamente podría ser de pasto artificial para su arriendo, y si se repara el resto del lugar, incluyendo las piscinas para sacarles provecho en verano", dijo quien sueña volver a trabajar algún día a Manquimávida. J

l Durante casi veinte años, Eduardo Orellana fue el ayudante del "Fuma" en la utilería vialina de los Campos Deportivos de Manquimávida, al que regresó al conocer el abandono en que se encuentra. "El club no se merecía esto. Estamos hablando de un equipo grande del sur de Chile", señaló, para luego agregar que "tengo lindos recuerdos de la entidad, pero se empañan con lo que estoy viendo. Es una tristeza muy grande".