l Felipe Placencia Soto
Claudia Novoa es penquista y por estos días vive uno de los momentos más duros de su vida: está en la búsqueda de Jennifer Novoa (31), su sobrina que desapareció cuando un aluvión destruyó todo a su paso en la localidad de San Antonio, cerca de Copiapó. Ella estaba allátrabajando como temporera en faenas agrícolas.
"Es un dolor intenso y hay que ser realista", dijo Claudia, con tono de resignación y de cansancio por los trabajos de rastreo en los que ella participa desde el lunes pasado, cuando llegó en avión hasta la zona.
"Estoy en terreno, en la frutícola, en el lugar donde trabajaba mi sobrina, donde ella dormía y la verdad es que estoy en lo que queda", graficó Novoa, asegurando que "no es ni la mitad de lo que se ve en la televisión".
ATRAPADA
"A diferencia del resto que tuvo la oportunidad de arrancar, de ver cuando venía esto a pesar de la poca visibilidad que tenían por la hora, a las doce a una de la madrugada, Jennifer quedó atrapada entre los fierros de los camarotes que estaban en las casas", explicó.
"Se sabe que la aplastó el primer alud que pasó por aquí y después vinieron dos más. Probabilidades así de encontrarla, no lo sé. Sabemos que Dios es todopoderoso, pero también tenemos que ser realistas", enfatizó la mujer.
Claudia cuenta que se mantiene firme y con mucho aguante gracias a su fe religiosa.
"Doy los agradecimientos a Dios que a pesar de todo el sufrimiento, me ha permitido estar con la fe súper firme y fuerte de que la vamos a encontrar, pero asumo que está en el cielo, con Diosito y sin más preocupaciones", explicó la tía de Jennifer, preparada para lo peor.
Jennifer
Jennifer Novoa es oriunda de Angol, Región de la Araucanía. Allá tiene su hogar, donde vive su hija de ocho años y su tía Rosa Novoa, quien, por estos días está a cargo de los cuidados de la menor.
"Jennifer es hija única, criada por abuelos, era súper regalona y consentida, pero principalmente siempre andaba con una sonrisa en la carita. No tenía maldad", la describió su tía.
En octubre partió a Copiapó y debía estar de vuelta en abril en su amado Angol. "Era una mujer muy alegre, amaba la vida y muy dedicada a su hija. Todo lo que hacía lo hacía pensando en su pequeña. El tener que viajar y trabajar durante meses lejos de su tierra, era precisamente para buscar un mejor ingreso económico", dijo con tristeza.
La penquista agradeció profundamente a todos los rescatistas que la buscan, en especial a un grupo de dicha comuna de La Araucanía que viajó exclusivamente al norte del país para encontrarla. J
l Jennifer trabaja para Frutícola Exportadora Atacama, en el campamento La Capilla de San Antonio, empresa que estuvo en la mira por denuncias de encierro con candado a sus trabajadores al interior del recinto.
"El único portón que permanecía cerrado acá es uno que permanecía a una distancia de una cuadra, que se ven en las calles. Esa es la distancia que había hasta los containers y es el portón de acceso por donde entran los vehículos. Es eso lo que dicho hasta el cansancio. Es lógico que se cierren", explicó Novoa.
Por otro lado, también añadió que las mujeres dormían en casas y los hombres en los modulos container.
"Hay un portón que manipularon y a mí me lo mostraron. Lo comparamos con fotos y videos que están en los medios", aclaró Nova, explicando que la polémica fue creada.