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Los penquistas aislados en el norte ya están en sus hogares

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cecilia.bastias@estrellaconce.cl

Son de diversas comunas del Gran Concepción y trabajan para una empresa con faenas en Paipote y en Tierra Amarilla. Vivieron en carne propia la tragedia de las inundaciones en la Región de Atacama y tuvieron el viaje más aterrador de sus vidas.

Sin embargo, desde este fin de semana, ya se encuentran en sus casas, con la emoción y la seguridad de estar alejados del peligro vivido allá.

"Me recibieron súper bien", dijo Marcos Pérez de Tomé. Esa es la corta frase que pudo emitir en medio de la emoción que le produce recordar el momento en que llegó junto a su familia. "Estábamos todos asustados, mis hijos, mi señora y yo. Gracias a Dios estamos bien ahora", afirmó.

"Llegamos el sábado a las 17:30 horas, ahora estamos en la casa con los hijos y la señora", contó a La Estrella con emoción.

Marcos recordó lo que fue su escape y relató que para salir de la localidad tuvieron que caminar cerca de 8 kilómetros y descalzos. "Por el barro y con los bolsos al hombro, es que no hay ninguna calle allá que no tenga barro", agregó.

"La empresa nos pagó el pasaje hasta Santiago, después nosotros juntamos dinero y nos vinimos para el sur", detalló.

"Cuando llegamos a Concepción nos vinieron a buscar con un bus y nos dejaron en Tomé", explicó y también comentó que cinco jóvenes no alcanzaron a tomar bus a Concepción, por falta de pasajes, pero no quisieron esperar por lo que se vinieron a dedo no más.

"En la residencial donde estábamos no nos inundamos, pero igual ayudamos a sacar gente en otras partes. Fue tremendo. Éramos 17 de Tomé y de distintos lugares, en total éramos como 26 ó 27", describió Marcos Pérez.

Matías Vega, trabajador en Tierra Amarilla, comentó que su grupo de 18 trabajadores, salió del albergue con destino a Copiapó. "Llegamos a Paipote, estaba el río con mucha agua, nos subimos arriba de una retroexcavadora en la cabina y cruzamos. Fue una experiencia terrible, un miedo inimaginable, no quiero ver más barro", indicó.

"Después vimos una camioneta, nos acercaron al terminal, las calles estaban terribles. Después de tres días la jefatura recién se hizo cargo de nosotros y nos pagaron los pasajes de vuelta y llegamos el sábado a las 6 de la mañana", relató.

El reencuentro, según Matías, estuvo lleno de alegría con su hijo, su polola y su padre.

"Fue un viaje agotador, estoy todavía con dolor de espalda. Para mi fue peor que el terremoto. Yo vivo en Hualqui y comparado con lo que viví el 2010, esto fue peor", detalló.

Ahora queda saber qué pasará con ellos en el plano laboral. De acuerdo a la información que tiene Matías, debería continuar con normalidad.

"La empresa nos ofreció contrato indefinido, nos compró pasaje de ida y de vuelta para el próximo domingo, mientras estamos con permiso y goce de sueldo por estos días", afirmó el trabajador.

Apoyo profesional

En cuanto a la ayuda que se destina hacia la zona afectada por las inundaciones, desde la seremía de Desarrollo Social se destinó un vehículo 4x4 el que salió ayer con un mecánico y un arquitecto.

"La ministra María Fernanda Villegas, nos hizo el requerimiento. Luego se incorporarán personas que apliquen la ficha de Evaluación Familiar, que indicará el estado de las personas", indicó el seremi de Desarrollo Social, Patricio Torres. J