El chorero que pasó de ser grumete a comandante
l José Manuel Castillo
Por estos días, las calurosas calles del sector céntrico de Concepción son recorridas por cientos de muchachos y jovencitas que acaban de ser mechoneados por sus compañeros mayores. La experiencia suele ser emocionante, irrepetible y hasta entretenida para muchos de ellos. Incluso pareciera ser que este paso es casi obligatorio en la vida juvenil, dado que, para una mayoría, la educación superior, ya sea técnica o universitaria, es vista como el único camino para aprender a ganarse la vida.
Sin embargo hay otras sendas, como es el ingresar a forjarse un camino en las Fuerzas Armadas, Carabineros o en la Policía de Investigaciones, organismos en los cuales, en los últimos años, han puesto sus ojos cada vez más jóvenes atraídos por la estabilidad laboral y la posibilidad de aplicar allí mismo, lo aprendido durante años.
En el caso específico de la Armada de Chile, cada año, son muchísimos los jóvenes que entran a la institución a través de la Escuela de Grumetes "Alejandro Navarrete Cisternas" de la Isla Quiriquina. De hecho, el pasado sábado 31 de enero a dicho plantel ingresaron 498 alumnos provenientes de distintos puntos del país.
Cabe señalar que Alejandro Navarrete Cisternas, fue un marino chileno nacido en Concepción, en 1876. Después de mucho esfuerzo y a la edad de 15 años entra como grumete a la Armada en 1891. Con los años y gracias a su sacrificio, fue nombrado, en 1917, como el primer Oficial de Mar de la institución, es decir, personal que ingresa como gente de mar y por méritos propios, consigue pasar al escalafón de oficiales para dirigir operaciones y convertirse en referente de los demás.
Pero para encontrar ejemplos de muchachos que han entrado como grumetes y han terminado sus carreras como comandantes, no hay que ir muy lejos. En la Base Naval de Talcahuano hoy está el caso del capitán de fragata Sandro Pedreros Muñoz, oficial de mar, con 38 años de servicio en la institución y que se ha convertido en ejemplo a seguir por las nuevas generaciones.
El capitán Pedreros, hijo del comerciante chorero Ramón Pedreros Méndez y de Carmen Muñoz Zúñiga, nació en el Hospital Las Higueras de Talcahuano, en 1960. Cuando estaba cursando el tercer año medio y por consejo de su abuelo, ingresa a la Escuela de Grumetes "Alejandro Navarrete Cisternas" el año 1978, sin saber que su historia personal y la del marino con cuyo nombre fue bautizada la escuela formadora de Gente de Mar, tendrían muchísimo en común.
"Para mí fue todo muy rápido y emocionante. El año 78 estaba ingresando y en febrero del 79 ya me estaba embarcando en el Buque Escuela Esmeralda. En ese viaje de instrucción conocí muchos países de Sudamérica y Centroamérica. Imagínese lo que es vivir eso para un chico de Talcahuano que recién está saliendo de la adolescencia", comenta.
Posteriormente, cursa estudios de Comunicaciones Navales en la ciudad de Iquique y poco después termina su enseñanza media en el instituto Diego Portales de Concepción. Es en esa época en que conoce a Ester Sancho Yáñez, una joven oriunda de Casablanca (Región de Valparaíso), con quien se casa en 1982. Con ella lleva 33 años de matrimonio y tiene 4 hijos: Claudia (32), Francesca (27), Rodrigo (24) y Anaís (14).
ISRAEL
En el año 1987 y con 27 años de edad, el joven de la población Leonor Mascayano del puerto, es embarcado en la Fragata Condell (construida en Glascow, Escocia y botada el 12 de junio de 1972) con el objetivo de ir a buscar unas lanchas misileras a Israel, país que le ha marcado profundamente a lo largo de su carrera.
La primera vez estuvo 8 meses estudiando Guerra Electrónica y la segunda vez, en 1993, estuvo 12 meses. "Allá el trabajo era todo en Inglés y hasta aprendí algo de hebreo. Fuera de lo estudiado, para mí fue impresionante recorrer, con Biblia en mano, los sitios que allí aparecen citados", relata.
En Tierra Santa también compartió con los chilenos que viven allá y conoció las industrias y laboratorios en donde se fabrican los equipos con los cuales trabajan sobre los buques. Cabe señalar que antes de partir por segunda vez a Israel ya había estado trabajando como sargento a cargo de Guerra Electrónica en el Destructor Almirante Williams (dado de baja en 1998).
DE VUELTA A LA ESCUELA
De vuelta en Chile, en 1995, es notificado por el Alto Mando institucional para hacer el curso de Oficial de Mar, una posibilidad que, sin duda, le llenó el pecho de orgullo. Así fue como luego de pasar por numerosos exámenes, ingresa a la Escuela Naval "Arturo Prat" en 1996.
Luego de pasar con éxito todas las pruebas de rigor, en 1997 egresa como Oficial de Mar y es embarcado con grado de Teniente 2º en la fragata Almirante Blanco Encalada. Allí trabaja como oficial técnico.
"Al principio, efectivamente se siente la responsabilidad, especialmente durante la realización de los ejercicios militares", sostiene.
Luego de desempeñarse como Inspector de Telecomunicaciones en los Astilleros y Maestranzas de la Armada (6 años), jefe del Subcentro de Telecomunicaciones de Puerto Williams (3 años), regresa a su querido Talcahuano para desempeñarse como Inspector de Electrónica, Ingeniería y Sistemas Navales.
Durante el 2010, después del terremoto y tsunami, trabajó en la Comandancia en Jefe de la Segunda Zonal Naval y desde esa fecha, a la actualidad, en el Subcentro de Telecomunicaciones de Talcahuano.
Como reflexión después de pasar 38 años realizando diversas tareas para la Armada de Chile, el capitán de Fragata Sandro Pedreros sostiene que "el amor por el trabajo que se está haciendo es lo fundamental para poder transitar con éxito este camino.
El 13 de marzo pasado se conmemoró en todo el país el 90º aniversario del escalafón de Oficiales de Mar y en esa oportunidad se volvió a hablar del Capitán de Navío (grado póstumo) Alejandro Navarrete Cisterna, el ejemplo que entregó a las futuras generaciones y que a diario entregan los actuales oficiales de mar, quienes, mejor que nadie en la institución, conocen los esfuerzos y sueños de todo quienes componen a la Armada de Chile. J
"El amor por el
trabajo que se
está haciendo es
lo fundamental
para poder
transitar con
éxito este
camino"
Capitán Sandro Pedreros,