l Mario Saavedra Ponss
Como todos los días, Pedro Bustos se persignó antes de comenzar con su recorrido en la línea Vía Futuro. Luego limpió su máquina, preparó los primeros vueltos y echó a andar el motor, cerca de las seis de la mañana. A la misma hora, dos sujetos esperaban que la primera micro saliera del terminal de Chiguayante. Iban armados y según relató el conductor, habrían tenido intención de asaltarlos.
"A mí me dieron muy mala espina apenas los vi. Se veían peligrosos, no eran trabajadores que necesitaran subir al bus. Entonces yo aceleré para que no parar, pero ellos intentaron que frenara. Nunca pensé que me iban a disparar", relató el chofer con 18 años de oficio en las calles del Gran Concepción.
Bala rozó su cara
Apenas pasó por su lado, el micrero fue baleado. El proyectil entró por cristal de la puerta de subida y salió por la ventanilla del conductor. "Le juro que sentí el vientecito de la bala pasar frente a mi cara. Creo que sólo gracias a Dios estoy contando esta historia. Estuvo a punto de impactarme", aseguró.
El trabajador detalló que "me dio mucha rabia y miedo. Después de un rato me di la vuelta para volver al terminal. No estaba en condiciones de trabajar. Pero me los pillé de nuevo. Esta vez estaban en medio de la calle y pasé de largo. Incluso uno se golpeó con la micro y salió corriendo".
Buscó refugio dentro del sitio de la línea, junto al río Bío Bío. Allí el nochero lo ayudó a defenderse de los sujetos que finalmente se ocultaron entre los bloques de la Villa Futuro. Sus compañeros de trabajo no podían creer la historia. Una cámara de seguridad grabó el momento del ataque. Esperan que el registro sirva para crear conciencia entre las autoridades sobre el peligro constante en el que afirman trabajar.
El presidente del sindicato de la línea, Eduardo Neira, contó que "estamos pensando en dejar de hacer recorridos cuando está oscuro. Esos son los momentos en los que nos asaltan. El problema en este sector comenzó luego de que quedaran deshabitados muchos bloques. Mucha gente de afuera llegó a vivir a esos departamentos vacíos. Necesitamos más vigilancia policial acá". J
l Otro conductor de la línea, que prefirió reservar su identidad, explicó que "el jueves un tipo me apuntó con un revólver. Me pidió plata pero yo le dije que apenas comenzaba mi recorrido y que no tenía nada. Se llevó unas monedas y se bajó. Una pasajera me dijo que lo conocía y que por eso no había querido hacer nada más. Me salvé gracias a que ella estaba".