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El coleccionista que arrendó un depa para sus juguetes

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La Estrella de Antofagasta

Batman, Spiderman, Las Tortugas Ninja, Star Wars, He Man, GI. Joe y muchos más son parte de la infinita colección del empresario nocturno y ajedrecista antofagastino, Rodrigo Antilef, quien desde chiquitito cuida sus juguetes como hueso santo y que hoy los tiene en su museo personal, el cual comparte con su hijo y algunos amigos.

Repisas, muebles, closet llenos de artículos de Marvel, DC y otros son parte de una de las colecciones de juguetes más grande del norte de Chile y que hoy son plasmadas en un departamento de Antofagasta, donde su ubicación sólo es conocida por un selecto grupo de amantes de las figuras de acción. En total hay alrededor de 80 millones de pesos en juguetes.

"Sólo 10 personas conocen mi santuario y cuando entran me dice ¡qué chucha es esto! Y quedan impresionados con la gran variedad de productos que tengo", comentó Antilef apenas ingresamos a su rincón.

La primera impresión al abrir la puerta de este departamento fue ¡wow!, ya que son 4 habitaciones repletas y exclusivamente para sus juguetes, la cuales están ordenadas por especie y tipo, un ejemplo una pieza sólo hay cosas de Star Wars, otra de He Man y así sucesivamente. Lo primero que se me viene a la mente es que a este muchacho se le escapó las cosas de la mano, pero me dice que desde pequeño fue un fiel amante a sus amigos de plástico y que no los sacaba a cualquier lugar, cosa que sigue tal cual hoy a sus 33 años.

partió con he man

Todo comenzó gracias a su abuelita y su madre, quienes le compraban todo lo que pedía Rodrigo cuando pequeño, con el paso de los años su amor por los muñecos de acción aumentaba considerablemente. He Man fue su primer aliado y compañero de aventuras el que hoy ocupa un lugar importante de este inmueble en Antofagasta.

Antilef aún recuerda como junto con su nonita visitaba la juguetería de la ciudad y compraba las últimas novedades del mercado y que al igual que Andy de la película de Toy Story, inventaba historias para jugar con ellos y así aprovechar de su infancia a concho.

Tras los años este fanatismo aumentó, esto porque él mismo nos confiesa que hasta la universidad jugó con los muñecos de acción, pero como tenía tantos tuvo que guardar muchos de ellos en las bodegas, ya que las repisas estaban colapsando. Al mismo tiempo conoció Internet, donde comenzó a importar productos desde Estados Unidos, los cuales iban derechito a su guarida para tarde o temprano vieran la luz.

"Cada cierto tiempo me llegan cargamentos de nuevos muñecos, además amigos me piden que les encarguen cosas así me ahorro el envío por un solo lote. Por otro lado cada vez que viajo al extranjero visito sus jugueterías y traigo algo para completar algunas colecciones o solo por novedad", dijo el nortino.

Pero fue a principios de este año que Antilef tomó la determinación de arrendar un departamento sólo para sus juguetes, los cuales vivirían y saldrían de la oscura bodega que los estuvo almacenados por años. Si bien su ubicación es un misterio, el ajedrecista asegura que es por seguridad, porque esta es una de las colecciones más grandes del norte del país y su valor es incalculable.

"Lo bueno de este museo es que con los años su precio sube y sube. Un ejemplo los GI. Joe porque son de las convenciones de Estados Unidos y sólo se fabrican pocos modelos, donde te entregan un certificado de autenticidad y se agotan en un abrir y cerrar de ojos", sentenció el coleccionista.

El secreto según él es traerlos de EE.UU, esto porque asegura que los juguetes que venden en Chile son de tercera selección, caros y de mala calidad, donde muchas veces no son coleccionables ni mucho menos aumentan su valor con el paso de los años.

Además mantenerlos en sus respectivas cajas es un plus que hace que tome más valor este museo, si bien no todos están en ellas, los más costosos e importantes tienen su envoltorio intacto.

S-í, con mi hijo somos parte de los Toy Collector, que de vez en cuando realizamos actividades para mostrar nuestras adquisiciones a la comunidad.

-Quedan locos, ya que muchos tienen familia y obviamente las mujeres no los dejan gastar tanto dinero, en cambio yo corto un poco la colita de mi sueldo y me doy mis gustitos.

Y qué dicen las mujeres

-En oportunidades me piden ir a las grandes tiendas y yo me quedo pegado en la juguetería, algunas entienden y otras no, ahí les digo como tú te quedas pegada viendo zapatos, es lo mismo.

-El me quitó los Transformers y los tiene en su repisa, igual sólo hace un par de meses le presenté mis juguetes, esto porque tiene que pasar por un proceso de cuidado y cariño por los amigos de plástico. Imagínate que lo hago ver mis juguetes, en un dos por tres están todos abiertos y destruidos. Ahora sólo los ve y los aprecia, desde muy pequeño le enseñé.

Por supuesto, imagínate me pasa algo, acá tiene donde salvarse por varios años, los vende y listo, no por algo llevo 23 años juntando cada uno de estos artículos.

-Es que ya habían pasado muchos años guardados y como me ha ido bien económicamente arrendé este lugar y me di ese lujo que tantos años quería darme.

Sí, no creí que tenía tantos, tengo algunos guardados en los closet de este departamento y otros en la bodega de mi casa, pero ahí nos vamos a ingeniar para dejarlos todos ordenados.

Mi primer He Man, el cual aún lo tengo y en óptimas condiciones. Después vienen los GI. Joe, por su historia y valor. Pero un Spiderman del 92 fue el que más me marcó porque fue la primera figura completamente articulada que salió al mercado. Hay juguetes de los años 80´s y que están en su caja original, los cuales los cuido con toda mi alma por son claves para cualquier coleccionista y que cuesta mucho obtenerlos y que gracias a amigos que van a las Comic Con me las consiguen.

Correcto, los japoneses no vienen conmigo, yo soy de la onda americana, DC, Marvel y otros. A eso sumar las series de TV o Star Wars.

-Varias ocasiones, todos pensaban que mi mamá traía a la venta y ahí le teníamos que explicar que era para mí. En una oportunidad tuve que abrir alguno ahí mismo para que vieran que eran míos, me dolió hasta el alma, pero era eso o dejarlos ahí.

Pucha en una oportunidad por comprar sin ver la reputación perdí 600 dólares y cuando fui a reclamar ya había pasado el plazo. Como también he comprado artículos invaluables a precios huevos y sólo por error del vendedor en Gringolandia.

-Lamentablemente los videojuegos, celulares o toda la tecnología en general fue destruyendo la época del juguete, nosotros éramos más imaginativos, creábamos un mundo ahora ellos les entregan el mundo y no aprovechan las bondades que tuvimos nosotros cuando chicos. J