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En el altiplano la tranquilidad dio paso al temor luego de la muerte de los dos carabineros

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l Ricardo Domínguez

La milenaria tranquilidad de los pocos habitantes de Chislluma, localidad ubicada en el altiplano chileno a 4.200 metros sobre el nivel del mar y junto a la frontera con Perú, se vio truncada por los disparos que, el jueves pasado, dieron muerte a dos carabineros del retén de Tacora, el sargento Germán Cid, oriundo de Hualpén, y el cabo Víctor Godoy, deLos Ángeles. Desde ese día, los lugareños viven entre el miedo y la incertidumbre.

Regina Chura (52) nacida y criada en la comuna de General Lagos, es uno de los testigos clave en la investigación que lleva adelante el Ministerio de Público, junto a las pericias que realizan Carabineros y la PDI.

Encontrarla no es fácil, en ese sector sin telefonía y con caminos precarios, y requiere recorrer varios caseríos. Cerca de uno de ellos, la mujer, bajo la lluvia con granizos, truenos y una temperatura de unos 3 grados Celsius, cumplía su trabajo de pastoreo, tal como lo han hecho sus antepasados desde siglos.

Sin embargo, esa quietud, mística y silencio que eran cómplices de su vida diaria en la soledad del altiplano, ahora se transformaron en miedo y una profunda tristeza, que la hace llorar a cada instante.

"Tengo mucho miedo por todo lo sucedido y porque quienes mataron a los carabineros puedan tomar represalias contra nosotros. Además tengo mucha tristeza, porque los carabineros fallecidos era mis amigos. Ellos pasaban siempre por mi casa y siempre preguntaban cómo estábamos o si necesitábamos algo", dijo la pastora.

Ella fue quien entregó datos importantes sobre la caza de vicuñas que venía ocurriendo los últimos meses y que puso en conocimiento del alcalde Gregorio Mendoza, de General Lagos.

En el sector donde ocurrieron los hechos, en Chislluma Viejo, a unos 4 kilómetros de la frontera con Perú, se podían observar vicuñas muertas por impacto de balas calibre 22, ocupadas por los cazadores furtivos y que provocan poco daño en el animal, a fin de mantener su piel pelo (lana) en el mejor estado posible para su comercialización.

En el lugar, que reúne varios caseríos, la mayoría de los habitantes vive del pastoreo, por lo que hoy están asustados y no necesariamente por sus animales, si no por el revuelo de la noticia y la presencia de carabineros, detectives y militares, lo que temen puedan desencadenar represalias de los cazadores en contra de los pobladores.

Para ellos, los autores de los disparos contras los uniformados son individuos que cruzaron desde Perú. "Me percaté semanas antes que unos desconocidos estaban ocupando la casa de pastoreo de Chislluma Viejo. Encontré restos de comida y botellas de alcohol, pero nunca los vi. Ellos cruzan desde Perú y vienen a cazar vicuñas", aseguró Regina.

La pastora ha seguido trabajando y sacando su rebaño a pastar entre los bofedales y páramos del sector, pese a la inquietud que la invade. Por ahora, el lugar está siendo patrullado por carabineros y personal de la PDI, quienes la visitan a diario para darle mayor tranquilidad y seguridad.

EXTRAÑOS

Julián Chura, hermano de Regina, también vive en el sector y también dice sentir temor e incertidumbre, por lo sucedido, pero de todas formas debe salir al pastoreo, pues debe mantener a su rebaño. Julián afirmó que "hace un mes un extraño, que vestía con pantalones con hoyos y que no parecía del sector, estuvo caminando por los alrededores de Chislluma. En ese momento no llamó la atención, pero hoy me hace pensar que andaba en algo. Dicha situación la informé a los detectives", manifestó.

Sin embargo, explicó que todo cambió con la muerte de los carabineros. "Estamos con miedo y nadie sabe nada del tema. Para nosotros es seguro que fueron personas de Perú o Bolivia e incluso de otros países, ya que lo que buscan es la piel de las vicuñas, que tiene un alto precio", agregó. También dijo que los supuestos autores de los disparos "habrían bajado desde el cerro" indicando con el dedo índice el territorio peruano, a un costado del volcán Tacora.

"Incluso podrían estar observando, escondidos por ahí, todo lo que está pasando aquí. Estamos realmente con miedo por lo que pueda pasar", subrayó.

NEGOCIO DE LAS VICUÑAS

El lucrativo negocio de la caza furtiva de vicuñas es motivado por su cuero y lana. De hecho, los 12 animales encontrados muertos lo fueron con el mismo proceso. Les disparan con un rifle o carabina de calibre 22, que son las balas que se han encontrado en el lugar y que, además, son del mismo calibre de las que mataron a los dos carabineros.

Los cazadores furtivos, tras matar el animal, proceden a quitarle el cuero, cortando solamente la parte que cubre el estómago, y sacando también el pelo del animal, que es procesado posteriormente para lana y vendido a comerciantes de Sudamérica y Europa, que pagan unos 250 mil pesos por cada uno. La fibra (lana) en buen estado, en tanto, se puede vender hasta a un millón de pesos el kilo y de un animal adulto se pueden obtener 700 gramos.

TRABAJO POLICIAL

Funcionarios de la PDI, entre ellos peritos de la Brigada de Homicidios, Antinarcóticos y Brigada de Medio Ambiente, han estado en el sector diariamente y se han preocupado de dar tranquilidad a los escasos pobladores que ahí habitan. Ellos estuvieron realizando pericias en el lugar donde fue hallado sin vida el primer carabinero y también el caserío donde fue encontrado el segundo uniformado. Además efectuaron un empadronamiento con los habitantes del lugar.

Las diligencias estuvieron a cargo del prefecto y jefe nacional de la Brigada de Homicidios de la PDI, Sergio Claramunt. "Estuvimos verificando en terreno las dificultades de la investigación y las diversas hipótesis", sostuvo. Añadió que se realizaron pericias con los peritos de criminalística, "a fin de determinar restos sanguíneos al interior del sitio del suceso. Además se desarrollaron pericias a restos óseos de animales, para revelar si están ligados a la investigación".

Sergio Claramunt agregó que "tenemos que enfocarnos en seguir conversando con la gente del sector, para determinar la dinámica de los hechos y llegar a una conclusión final".

La PDI dispuso de unos 40 efectivos para las pericias, junto a funcionarios que están constantemente recorriendo el lugar. J

l El caso se gestó la mañana del jueves 22 de enero, cuando cerca de las 8 horas , los uniformados no se reportaron, como estaba previsto, en el retén de Tacora, por lo que sus compañeros comenzaron a llamarlos por radio y, ante su silencio, montaron una ronda de búsqueda. Alrededor de las 10 horas, la camioneta de Carabineros fue ubicada en el kilómetro 85 de la Ruta 23. A un costado yacía sin vida y con un impacto de bala el cabo Víctor Godoy, quien presentaba una herida de en el abdomen. En ese contexto se inició un amplio operativo de búsqueda del otro funcionario, el sargento Cid. Participaron 50 carabineros y la Fuerza Aérea. Fue a las 12.50 cuando se recibió la otra mala noticia. Los carabineros encontraron el cuerpo sin vida y también con un impacto de bala del sargento Germán Cid, a un kilómetro al poniente de su compañero fallecido.

"Tengo mucha

tristeza, porque

los carabineros

fallecidos eran

mis amigos"

Regina Chura,