l Luis Cifuentes Villegas
"Recibí el llamado de auxilio supuestamente de mi hija, que tiene las características de ser bastante alterada ante situaciones así. Entonces creí inmediatamente que era ella", expresó la mujer. La llamada que recibió a su celular el miércoles a las 12.30 horas nunca la podrá olvidar esta docente universitaria. En ella, la supuesta hija relataba que se encontraba secuestrada y estaba retenida por dos o tres personas, pidiendo auxilio gritando y llorando.
"Como estaba en un subterránero se cortó la llamada y me quedé súper preocupada, y cuando salí del subsuelo traté de llamar a mi hija, pero de inmediato estos sujetos llamaron", relató la afectada.
En esa segunda llamada, le dijeron que eran una banda de 4 personas que hacían secuestros exprés y que en esos momentos su hija estaba en su poder. Y que si no hacía lo que ellos le pedían, su hija lo iba a pasar mal y que lo único que querían era plata.
más de nueve horas
"Lo primero que me preguntaron fue si tenía otro teléfono. Me traté de calmar lo que más pude y les dije que necesitaba conversar con mi hija y ellos me dijeron que no podía hablar, porque estaba bastante alterada y se escuchaban siempre gritos detrás", expresó la mujer.
Lo que le llamó la atención es que los individuos siempre le pedían estar en contacto con ellos, y que si llegaba a cortar el celular, a su hija le cortarían un dedo o la golpearían.
"Ellos en el fondo me tuvieron secuestrada a mí, desde las 12.30 a 22.00 horas vía telefónica", señaló.
Cerca de las 20 horas, ya le quedaba 15% de carga en el teléfono, por lo que los sujetos le dijeron que ella se tenía que preocupar de cargarlo. Así lo tuvo que hacer, pasando a un negocio a pedir un cargador.
La mujer, de 57 años, señaló que le llamó la atención que uno de los sujetos con los que habló era más blando y, después de haber hecho el depósito del dinero que solicitaban, él cortó unos cuatro segundos y le dijo que su hija iba a estar en un supermercado en el centro de Concepción.
"Fue muy caballero, pero enseguida me llamó otro hombre del mismo número. Los sujetos hablaban con un muy buen vocabulario y además utilizaban palabras que no son comunes, me dijeron que una vez que depositara me darían las coordenadas de donde iba a estar mi hija".
Sin embargo, una vez que la mujer depositó $150 mil pesos, los individuos le dijeron si ella creía que la vida de su hija valía eso y le exigieron más plata. Por el supuesto rescate de su hija, los sujetos estaban pidiéndole dos millones de pesos.
"Siempre tenía que estar diciendo dónde estaba, por donde iba caminando. Todo el rato conversando. Me sentí acorralada".
La afectada tuvo que recurrir a casas comerciales para conseguir más dinero y realizar las transacciones a unas cinco cuentas, una de las cuales estaba cerrada. Como los últimos $250 mil no los pudo depositar, los antisociales le dieron 9 números telefónicos para que la mujer realizara recargas, a cuatro de ellos con $40 mil pesos. "Me dirigí con mi auto a la Catedral y en mi celular me quedaba 10% de batería y les dije que las recargas estaban hechas y que soltaran a mi hija por favor", añadió.
Finalmente, a la mujer le señalaron que las recargas estaban hechas y que su hija estaba en su casa en Chiguayante. La afectada llamó de inmediato a su hija, y al no recibir respuesta, llamó a su nieto. Como tampoco contestaba, se comunicó con un vecino, quien le avisó a su hija. Ella finalmente contestó el teléfono y, para sorpresa de la mujer, le dijo que había estado todo el día en su casa. Todo había sido un engaño.
nuevo modus operandi
El comisario Christian Hernández, jefe de la Brigada Investigadora de Delitos Económicos de la PDI de Concepción, manifestó que
"es necesario hacer un llamado de atención para que la comunidad conozca este nuevo modo de operar y sobre todo, tengan precaución al momento de recibir llamados de extraños".
El modus operandi de los delincuentes consiste en llamar a un celular al azar y hacer creer a la víctima que un familiar cercano se encuentra secuestrado, con la finalidad de obtener un "rescate".
En la última semana se han denunciado dos hechos de las mismas características. Al caso de la mujer descrito, se suma el de un hombre que recibió un llamado en que se decía que su esposa estaba secuestrada. "Como delito económico, nosotros investigamos la estafa", enfatizó. J
l Frente a estos nuevos casos de estafas telefónicas, la PDI realizó un llamado a la ciudadanía a no entregar antecedentes personales ni información íntima del grupo familiar y tampoco publicarlos en las redes sociales cuando se enfrentan a un llamado telefónico de un desconocido. Además, por más que les obliguen a no cortar el teléfono, que lo hagan y se comuniquen lo antes posible con su familiar para que se den cuenta que se trata de un engaño.