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Jóvenes emprendedores son el ejemplo de que se puede tener éxito sin depender de la PSU

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cronica@estrellaconce.cl

Es dueño de un local de abarrotes en la Vega Monumental, también de dos carritos de comida rápida y de un complejo turístico en Los Ángeles, que pronto será inaugurado. Es sólo un joven como cualquier otro que se decidió sumergir en el área de los negocios, en vez de dar la PSU y estudiar alguna carrera universitaria.

"Para los libros nunca fui bueno. Lo intenté un semestre en Administración de Empresas en la del Desarrollo, pero no funcionó. No me gustó nada. No sirvo para los estudios", señala Francisco Navas.

Dejar la universidad no fue una decisión fácil de tomar, en especial, cuando se tiene una familia entera en los hombros. "Ellos querían que fuera profesional. Sabía que me iban a apoyar si decidía dejar botado todo, pero tampoco los quería defraudar", explica el joven empresario.

Fueron varias noches en vela las que pasó, antes de dictaminar por completo lo que sería su futuro. "No quería seguir perdiendo plata por las puras, por eso dejé la carrera hasta ahí no más. Eso no iba a tener ningún buen final. Además, siempre tuve el ejemplo de mis padres que son muy buenos para los negocios. Yo desde chico fui busquilla, vendía cocadas y otras cositas en el colegio. Quería seguir ese mismo camino", relata.

Navas es uno de los tantos jóvenes que, pese a obtener malos resultados en la PSU y en su paso por los estudios universitarios, igual salió adelante, logrando instaurar su nombre entre los grandes empresarios de la región.

Sus primeros logros

Este angelino de nacimiento, pero con corazón de penquista, concretó su primer proyecto hace más de diez años. Lo hizo realidad con algunos ahorros que obtuvo gracias a la producción de eventos. "En esa área tengo un nombre reconocido. Fueron diez años que realicé las mejores fiestas de Concepción. Trabajar como productor me ayudó a hacer realidad el negocio en la Vega, que se llama El Rey del Queso y el Huevo. El que siempre estuvo en mi mente", explica.

"Ahora estoy concretando el tema de la comida rápida. Estuve un año buscando carros en Europa y América. Tenía en mente un tipo de carro y no lo encontré en ninguna parte. Al final lo mandé a hacer. Es un carro único", sostiene.

Navas indica que los puestos de trabajo que ha generado son su mejor orgullo. Su pecho se infla cuando habla sobre las familias a las que ha ayudado. "En estos momentos, con los carros le estoy dando trabajo a cinco personas. Con la distribuidora le entrego pega a otras cuatro más, y cuando tengo eventos, se suma mucha más gente", señala.

"Hoy día no se necesita gente que tenga un buen currículum o un cartón de ingeniero comercial. Los empresarios sólo necesitamos personas que quieran trabajar, con ganas de surgir y ganar dinero. Así lo hice yo y así lo pueden hacer muchos más", añade firmemente.

Otra buena opción

Para los jóvenes que no festejarán ni tampoco llorarán con los resultados de la PSU, que se darán a conocer mañana, una buena opción a la hora de decidir qué estudiar son las carreras de institutos profesionales y centros de formación técnica. En especial, hoy en día, que están en pleno auge y que son las profesiones más solicitadas en el mercado laboral.

Carlos Huerta Infante tenía bien claro esto. Por eso, hace algunos años, decidió lanzarse al agua con todo y estudiar Relaciones Públicas en el Duoc Uc. "Es la mejor decisión que he tomado en mi vida. No me arrepiento por nada del mundo", expresa muy orgulloso.

Y cómo no se va a sentir de esa manera si mediante aquella determinación ha logrado hacer realidad cada uno de sus sueños. "Mi proyecto de título se convirtió en mi proyecto de vida", sostiene.

"Todo comenzó cuando hice mi practica profesional en la oficina de Turismo y Cultura de la Municipalidad de Ninhue. Todo resultó excelente. Para terminar ese primer proceso, tuve que realizar un proyecto de título. Lo hice enfocado en el desarrollo del turismo no tradicional de la comuna", explica Huerta.

Durante ese período participó en varias reuniones y se hizo un nombre en la zona. Al año siguiente, dio el puntapié inicial para comenzar con su propia empresa. "Primero comencé realizando programas de televisión de deportes extremos. En ese período, me fracturé la columna y por eso decidí enfocarme en los eventos deportivos", explica.

Sin embargo, todo lo que había logrado no le llenaba de forma completa, por eso pensó en generar algo más grande que pudiera incluir cada una de las facetas que le quitaban el sueño. "Decidí poner en pie mi complejo turístico que se llama Las Antonias, que me permite trabajar en lo que me gusta hacer. Aquí uní la naturaleza, con el deporte y lo empresarial", comenta el joven penquista.

El camino para concretar su proyecto estrella fue duro. Como todo emprendedor, surgió desde abajo a puro esfuerzo y corazón. "Comencé con cero en los bolsillos. Mi primer incurso económico fue un Capital Semilla, que me otorgó Sercotec. Inicié mi negocio con ese dinero. Después logré participar en un programa piloto del Banco Interamericano de Desarrollo. Al principio yo no quedé, insistí tres veces y, al final, me dejaron entrar", relata.

Durante ese proceso, fue premiado como uno de los mejores participantes, obteniendo recursos para su empresa. "Después postulé a Corfo y pedí un crédito de consumo el que estoy pagando todavía. Todo para hacer realidad el complejo. Además para crear una mueblería, porque para poder hacer sustentable el proyecto creé un sistema para recuperar troncos los que, finalmente, los transformo en muebles", explica Huerta. J