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La magia y los mejores trucos llegaron a las salas de clases de universidad penquista

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l Karen Loreto Retamal

Si se busca en el diccionario, magia es el arte con el cual se pretende producir resultados que son contrarios a las leyes naturales. Es decir, conjuros y diversos actos y elementos, que en algún momento produjo que los magos fueran perseguidos. Hoy, lejos de eso, la magia ha vuelto a reencantar a grandes y chicos, con ilusiones que escapan de toda lógica humana y que, a través de programas de televisión, sigue sembrando la duda de cómo se hizo.

Como un arte, ésta no podía faltar en la universidad. Es por ello que, desde agosto de este año, el mago Andrés Monroy asumió el desafío de ser el profesor de los alumnos que tomar el electivo en la Universidad San Sebastián, la única casa de estudios en la región que quiso dar vuelta su malla curricular y entregar algo más que deportes y danzas a sus estudiantes, con un curso que fue un éxito desde que empezó.

Magia en la U

Fue en 1995 cuando Andrés Monroy comenzó a sacar "su cartita bajo la manga". Se presentó en todo Chile y también en Argentina. Su talento era tal, que congresos, empresas, hoteles, municipalidades y productoras chilenas lo comenzaron a llamar. Seis años después, llegó a la televisión donde fue panelista estable en vivo del programa "El Gallinero" del canal 9 Biobío TV con un espacio de magia semanal.

El fundador de la Comunidad Mágica de Concepción tenía experiencia en la enseñanza, pues como señala, "hace dos años vengo haciendo clases en el instituto nacional del cóctel. Ahí enseño magia para bar". Sin embargo, fue su trabajo como director general del Congreso Internacional de Magia "Concepción Mágico", que se realiza hace tres años en dependencias de la USS (que este fin de mes va por su cuarta versión), que conectaron con el único taller electivo de magia en la zona.

"La universidad quería hacer otro tipo de cursos optativos, fuera de la danza, el deporte. Como ya sabían de mi trabajo, me plantearon la idea de hacer el curso de magia para los alumnos. Fue tan bueno el resultado, que el primer día de las inscripciones, yo llegué a tener 50 inscritos, más que en los otros talleres. Tuvimos que recortarlos a 30. Así que lo hicimos el lunes y el miércoles. Tenía 15 un día y 15 el otro", comenta Monroy.

Su clase se llenó de alumnos de pedagogía en Educación Física y Salud, Educación Diferencial, Odontología, Kinesiología, Terapia Ocupacional, Medicina, Pedagogía en Historia, Medicina Veterinaria, Enfermería y Fonoaudiología. "Empezamos en agosto y terminamos ahora el 19 de noviembre. El otro día, los chicos presentaron magia a sus propios compañeros. Me costó que lo hicieran algunos, porque si les iba mal, les harían bullying todo el año", cuenta el profesor, a quien también le costó asimilar su labor de profesor, de llegar a una sala y que lo trataran como tal.

"Al principio fue complicado un poco porque pararte en una sala y hablarle a 30 personas, es heavy. Pero después se pasa", dice.

Magia terapia

Si a muchos le dicen la palabra magia, al tiro creen que es truco. Pero el mago trató de darle un giro y enfocarlo a las carreras de sus alumnos.

"En el taller no apunté la magia como truco, porque cuando vi el listado de los inscritos y las carreras, había médicos, odontólogos, social, diferencial. Eran puras ramas del área médica social. Me planteé no enseñar juegos por jugar, sino que sean para el área terapéutica. Había dos dentistas que atendían a niños y siempre tenían problemas de que no se querían atender. Les enseñé un truco con el cepillo de dientes. A los médicos igual, a los que hacían turnos, querían ver la opción de hacer una intervención en las salas de espera. Hicimos magia más terapéutica que por diversión", explica.

Según cuenta Monroy, tenía experiencia en este tipo de magia, pues su hermana, como es sicóloga, cuando hizo su tesis, la base fue la magia terapia. "Así que les enseñaba magia para que pudieran entrar con las personas. Fue súper bueno, terminó el taller y me dijeron que el próximo año estamos listos", indica.

Agregó: "No tanto como show. Y no solo aprendieron juegos también les enseñe a cómo tratar a un niño como descubrir cuando están en grupo cual es el líder como tratar a los más desordenados. Todo eso en base a mi experiencia de la magia infantil que yo realizó hace años, lo que me ha permitido ya identificar ciertos patrones y comportamiento de los niños cuando están en un show o actividad con magia. También les enseñé globoflexia para que pudiera hacer figuras con globos".

Mujeres magas

El taller de magia de la USS fue un éxito en esta primera pasada. De los 30 chicos que comenzaron, sólo 5 debieron dejar el curso por diversos motivos. El resto terminó enganchado y con ganas de seguir aprendiendo el próximo semestre.

"Terminé con casi el 90% de alumnos, a diferencia de otros cursos que terminaron con pocos alumnos", dice Monroy.

No obstante, lo que más llamó la atención del ilusionista fue que su curso, la mayoría eran mujeres.

"Del 100 por ciento inscritos, el 70 por ciento eran puras mujeres. De ellas, tres ya habían le hecho magia a la familia. De los hombres, había uno que ya sabía de ilusiones y entró a perfeccionarse. Ahora está trabajando en una rutina conmigo. La verdad es que me sorprendió que fuera muchas mujeres, porque pensé que no les iba a gustar y les costaba menos a ellas aprender un truco de magia. Por ejemplo, les costaba menos barajar las cartas", cuenta.

También les enseñó a fabricar sus propios trucos y ellas siempre fueron más hábiles para realizarlos. Así como también más cuidadosas y responsables. "Muchos hombres no hacían las cosas, pero ellas siempre estuvieron atentas a todo", dice. Es que, como señala, "la magia es bien machista, es raro. Yo creo que los magos son recelosos con otros magos".

Ahora, cuando el curso ya se cierra, Andrés Monroy se prepara para su nuevo semestre. Como muchos van a continuar, tendrá un día para los que continúan con las clases y otro con los nuevos.

"Para mí es bueno que las universidades estén optando por este tipo de cursos. Los chicos estaban aburridos con los talleres de deportes, bailes o cultura. Con la magia, la idea no es enseñarles solamente juegos a los chicos. Por ejemplo, en mis clases, de repente no había magia, sino que tips para llegar a los niños", dijo el especialista, quien aún se sorprende de haber realizado este ramo en la universidad.

"Fue sorpresivo, una experiencia nueva, para la que tengo más ideas que plantear", expresa el profesional de los trucos, quien espera que otras casas de estudios de la zona o el país tomen esta iniciativa que encanta a los alumnos y que se ha transformado en una manera de llegar a aquellos pacientes o niños que requieren un trato en particular. J

"Terminé con casi

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otros cursos que

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Andrés Monroy,