l Carlos Paz Durán

Le abrieron la puerta, y luego casi se la cerraron de manera violenta. Aunque primero brincó de alegría al saber que sigue en carrera como sede, Collao soltó luego más de una lágrima al enterarse de que el Comité Organizador de la Copa América 2015 le quitó el derecho a recibir encuentros de primera fase. Así se desplomó el anhelo de ver a Brasil o Argentina como cabeza de serie en la zona.

En la práctica fue una bofetada, y otra más, a los sueños de los hinchas locales que, pese al largo retraso en la remodelación del recinto, mantenían la esperanza de poder observar encuentros de la etapa de grupos del certamen.

Y aunque públicamente no lo quisieron reconocer, también fue un golpe para las autoridades regionales y locales que toman parte en la mega obra.

Por donde se mire, los casi 30 mil millones de pesos que se invierten en el Ester Roa en parte se "desvalorizaron" al saberse que no recibirá cotejos de la instancia inaugural.

tres partidos

El alcalde Álvaro Ortiz intentó relativizar la noticia al destacar que el escenario sí recibirá tres encuentros: uno de cuartos de final, otro de semis y la definición del tercer lugar.

"El 2013 nadie daba un peso por Concepción como sede. Al menos ahora tenemos Copa América, y tres partidos asegurados", señaló la máxima autoridad comunal.

"A los agoreros de siempre les dijimos que íbamos a ser parte de la Copa América, y lo seremos", recalcó el edil, quien también hizo alusión a la información que, emanada desde el Comité Organizador del torneo, señaló al Monumental como nuevo estadio para el evento.

Por cierto, es probable que la casa de Colo Colo sea escenario de los partidos de primera fase que se quitaron a Collao.

Y también está la opción de que reciba uno o todos los encuentros que hoy tiene asignados el Ester Roa si la remodelación no está lista para la Copa, que largará el 11 de junio del próximo año, para extenderse hasta el 4 de julio.

"Entendimos claramente el mensaje, y por lo mismo hay 520 personas trabajando en doble turno en el estadio", afirmó Ortiz, quien añadió que "tenemos los argumentos técnicos de que va a estar terminado en los plazos fijados".

"No podemos perder ningún día más en las obras. Si es necesario aumentar la dotación de trabajadores, y también los turnos, lo vamos a hacer, obviamente respetando las leyes laborales", destacó.

"Le dijimos a Claro Vicuña que el nuestro no es uno más de los muchos proyectos que tiene en el país", recalcó.

Sobre el punto, el seremi de Deportes, Álvaro Miguieles, expresó que "vamos a preocuparnos con severidad de que el cronograma de trabajo se siga cumpliendo tal como hasta ahora".

Eso sí, optó por no dar el grado de avance que registra la empresa.

"No lo puedo entregar con exactitud, pues se da a conocer al término de cada mes. Lo importante es que si uno camina por fuera del recinto, ya puede ver que existe una estructura sólida, que se ha avanzado", aseguró el seremi.

Alfonso Fuentes, del Comité Organizador Local, al igual que Ortiz prefirió ver el vaso medio lleno. "Aunque Concepción no tome parte en la etapa de grupos, no es menor que tenga tres partidos en las fases posteriores. Ver acá a Argentina o Brasil, o incluso a Chile, no está descartado", dijo.J

l Hoy comienza el proceso de venta de entradas para la Copa América a través del sistema de "Abono Hincha Local Preferente". En esta etapa los clientes de tarjeta MasterCard Santander tienen una preventa exclusiva durante las primeras 48 horas, tras lo cual se iniciará la venta general del abono. El "Abono Hincha Local Preferente" permite ingresar a todos los partidos de una sede a elección y tiene un 20 por ciento de descuento con respecto al precio de los tickets individuales. Tras la compra, que sólo se puede realizar a través del sitio oficial del torneo (www.ca2015.com), el hincha recibirá en su correo el mail de confirmación con las instrucciones y detalles para imprimir el ticket. Esta modalidad de venta se extenderá hasta el 23 del presente. Los valores del abono varían entre $9.800 y $90.400 (sin recargo).

Se desplomó el anhelo de ver a brasileños o argentinos como cabezas de grupo en el reducto penquista.