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Ese antiguo arte de balancear la bandeja de confites, cuchuflís y maní en gimnasios y estadios

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l Carlos Paz Durán

los fundadores

"Lucho, ¿te acuerdas de esa socia que, intentando saltar el cerco con alambre púa de Collao se quedó enganchada de los calzones?", preguntó Pedro Jesús Toro a su amigo y colega Luis Duarte, quien respondió en tono militar: "afirmativamente".

Ambos forman parte del origen de la entidad. Son dos de sus socios fundadores y, además, dirigencialmente siguen activos: Toro, de 70 años de edad, como tesorero; y Duarte, de 71, en la función de secretario.

Como presidente figura Luis Muñoz, un lolo si se le compara con la dupla anterior, pues aún no cumple 50 años.

"Lo nuestro es casi un arte, y que implica un gran esfuerzo físico. ¿Quién más se atrevería a llevar una pesada bandeja en la mano durante dos horas, cargada de productos, balanceándola para que nada se caiga, caminando entre el público, dando vuelto y subiendo y bajando escaleras?", preguntó el tesorero, quien empezó a los 12 años de edad vendiendo sándwich en el viejo Estadio Collao, ese que era de madera y que, recuerda, "por calle Tegualda estaba flanqueado por una chanchería".

"Si hasta colocamos en peligro la vida. Imagínese un paso mal dado. Yo me he sacado dos veces la cresta y por fortuna sigo en pie. Pero no cualquiera la cuenta", afirmó el secretario, quien agregó que el oficio se remonta "a los años del Campeonato Regional (comenzó en 1949), cuando no únicamente Collao o El Morro se llenaban. Lo mismo pasaba con el de Tomé, Penco y Chiguayante, y con el Federico Schwager. Uno se iba en tren a esos recintos. Ya eso era un espectáculo".

"Por entonces se vendía el maní, la avellana, pero los emparedados la llevaban. Como nos colocaban problemas para entrar a los recintos, debíamos ingeniar la manera de burlar a los guardias. Saltar el muro era la práctica más recurrida. Lo malo es que a causa de ello los canastos se quedaban algunos segundos en el suelo, llenándose de hormigas. Con harto ají ni se notaban. Esa práctica, en todo caso, ya no se hace, pues ahora no vendemos sándwich".

"Fue recién en 1968 cuando se estructuró el Sindicato de Comerciantes. La idea la lanzó Manuel Lagos, que estaba a cargo de Collao. Para darle vida nos reunimos los vendedores de acá con los que venían de Santiago", expresó Duarte.

El gremio marcó otro hito en 1974 cuando, por intermedio del abogado Alejandro Abuter, firmó un convenio con el alcalde penquista Alfonso Urrejola que le abrió de par en par las puertas del reducto.

¿dónde está el alcalde?

Esa paz que se estampó con Urrejola casi se rompe en el Mundial Juvenil de 1987, cuando quien tomó la concesión del reducto obligó al sindicato a entregarle el 90 por ciento de la venta.

"En una de esas, un conflicto similar se podría repetir para la Copa América del 2015. No nos gustaría que, llegado el momento, la autoridad no reconozca el derecho que tenemos para vender nuestros productos en ese torneo, y en el Mundial Sub 17 que vendrá luego", manifestó Muñoz.

"Hemos solicitado varias reuniones con el alcalde Álvaro Ortiz, pero siempre nos derivan con el jefe de gabinete. Él, a quien le vendíamos productos cuando era niño y adolescente, no nos puede hacer la desconocida. Lo que nos pasó en el Mundial Juvenil de 1987 no puede volver a ocurrir", recalcó el timonel, quien agregó que "somos parte de la tradición del fútbol local. Donde hay un partido de fútbol profesional, ahí estamos".

Ese "estamos" involucra varias exigencias para los afiliados, pues aparte de vestir el tradicional delantal blanco, deben llegar dos horas antes de cada cotejo.

"El delantal tiene que estar planchado y libre de manchas. El pelo corto, las manos bien lavadas y las uñas limpias y cortadas. Y es ley tratar bien al cliente. Quienes no lo han hecho han sido expulsados de la organización. Pagamos impuestos y contamos con autorización sanitaria al día, pues manipulamos alimentos", indicó el mandamás, quien lleva 20 años en el oficio y quien, al igual que David Valenzuela, Ricardo Hidalgo, Francisco Muñoz y Víctor Alegría, se hizo la América en las jornadas finales que el Mundial de Fútbol de Salón C-20 disputó la semana pasada en el Gimnasio Municipal de Concepción.

"Cuando juega el Conce, o cuando lo hacía el Vial, o cuando viene Colo Colo, Universidad de Chile o Universidad Católica es cuando más vendemos. La venta también depende del estado del tiempo. Si hace calor lo que tiene más salida es el helado, y si está nublado el maní y el charqui la llevan", dijo el secretario, quien al igual que el tesorero no ejerce la actividad desde que el Ester Roa entró a modernización.

"Vamos quedando pocos, y para peor desde el municipio nos indicaron que este oficio ya no se hereda", se quejaron a coro ambos personeros. J

Somos parte de la

tradición del

fútbol

profesional local.

Luis Muñoz,