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Albos dejaron torneo al rojo tras ganar el clásico

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"Ahora vamos por el título". Esa fue la frase más repetida ayer por los jugadores de Colo Colo cuando dejaban el Estadio Monumental, aún con las revoluciones a mil tras la victoria de 2-0 sobre la Universidad de Chile, que tuvo en el ojo del huracán al árbitro Jorge Osorio.

El factor Osorio

El Quili protagonizó justamente una de las jugadas más conflictivas. A los '30 se trenzó frente a Osorio en una disputa a patadas con Patricio Rubio. Cuando se pararon, el central lo encaró y le propinó unos tres cabezazos. El azul magnificó y se armó una trifulca que el árbitro optó por terminar conversando y mostrándoles tarjeta amarilla. Los visitantes aseguran que el defensor debió ser expulsado y acusan que no existió la misma condescendencia con los suyos. La U terminó con nueve jugadores por las expulsiones de José Rojas (58', con doble amarilla); y Osvaldo González (80'), por agredir a Juan Delgado.

Los de Tapia apostaron por el manejo de la pelota y llegar al arco de Herrera con el toque asociado.

El equipo de Lasarte cambió respecto a lo que había mostrado en las diez fechas previas e, inexplicablemente, usó como principal vía de ataque los balones largos para que los pivoteara Canales. Eso quizás estuvo influenciado por lo intrascendente que estuvo Ramón Fernández y lo taponeado que anduvo Corujo.

Tapia notó la estrategia visitante y ordenó que Pavez y Valdés se acercaran más a sus centrales para capturar las segundas pelotas. Desde ahí Colo Colo comenzó a pavimentar la superioridad que a la postre le dio la victoria.

Tras los goles, los albos se dedicaron a hacer rotar la pelota, ante la desesperación del rival y la algarabía de gran parte de las más de 38 mil personas que llegaron al estadio. J

Opinión de experto

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Sin duda el cansancio acumulado y las tensiones propias de este periodo del año, donde todo es para "ayer" nos pasan la cuenta poco antes de cerrar este 2012 y es que este "agotamiento" no sólo afecta nuestro cuerpo, sino que en muchos casos también compromete las emociones. Pero es a través de la actividad física que podemos salir adelante y mejorar nuestra calidad de vida, con pequeños y sencillos ejercicios en nuestros lugares de trabajo es posible que la musculatura actúe y de paso, emerjan emociones positivas que den sensación de bienestar a esas molestias. Se trata de rutinas breves, que no requieren de elementos sofisticados, sino que de la voluntad y las ganas de sentirse mejor.

Por ejemplo, una buena medida es detenerse un minuto, tomar inhalar, elevar los brazos tal y como si se estuviera estirando y lentamente botar el aire por la boca, dejando caer el tronco hasta apoyar la cabeza con las rodillas por unos 30 segundos.

Al incorporarse separe un poco las piernas, ponga sus manos en la cintura y rote el tronco hacia un lado y luego hacia el otro, alternadamente.

Para finalizar, camine en punta de pies y luego sobre los talones, alternando ida y vuelta por distancias cortas, incluso si no tiene espacio suficiente para desplazarse hágalo en su lugar, despegando los talones del suelo y apoyando el peso de su cuerpo sobre la punta de los pies durante 3 segundos y luego apóyese sobre sus talones elevando la punta de los pies, repita por 10 veces alternando.

Antes de cerrar este ciclo, abrácese tratando de juntar sus manos en su espalda y felicítese por haberse regalado este rato de descarga de tensiones y sana distracción.