A los 11 años ya sigue los pasos futboleros de papá
l Carlos Paz Durán
Los genes se traspasan, incluso los deportivos. Así lo aseguró Óscar Espinoza, de 11 años de edad, figura de la Sub 12 de Municipal Talcahuano en la "Copa Essbio" e hijo de un ex futbolista profesional: el volante de quite chorero Héctor Espinoza, o el "Chavo", como se le conoce popularmente.
Al igual que papá, hoy de 48 años de edad y que debutó en el profesionalismo siendo quinceañero, el pequeño talento que dirige Elías Quijada juega como mediocampista de corte, e incluso tiene poder de gol.
"Papi me traspasó su talento para el fútbol. Es algo que llevo en la sangre", dijo Óscar, quien agregó que "juego casi igual que él. Así me han contado, y así lo he podido comprobar cuando lo acompaño a jugar beibifútbol al gimnasio".
"Aunque él no me ha revelado mucho de su trayectoria, sé que se formó en Naval, y que estuvo en Ñublense, Universidad San Sebastián y Linares (donde se retiró en 1997)", indicó el retoño del "Chavo".
Los Náuticos y Deportes Talcahuano, que en la década de 1990 fueron los herederos de Naval en Tercera División, completan el historial de quien hoy sigue ligado al balompié como responsable del cuidado y mantención del Estadio El Morro.
Y en El Morro, donde Municipal Talcahuano hizo de local hasta el inicio de su segunda fase de modernización (que terminará en febrero o marzo del 2015), hijo y padre coincidieron mutuamente durante varios fines de semana del primer semestre.
"Como él trabaja ahí, me vio jugar regularmente, pero también me acompaña cuando debemos actuar de visita", destacó el joven crack, quien adicionó que "papá está orgulloso de que juegue, de que siga su ejemplo. Cuando me ve hacer un gol se vuelve loco. Ya llevo varios".
Quien tiene 6,1 como promedio de notas indicó que "quiero ser futbolista profesional y llegar a la selección chilena".
Ese camino le gustaría recorrerlo no en Naval sino en "Colo Colo, pues es el club que me gusta, al igual que Barcelona".
Si lo logra, o si se abre camino en otros equipos, no olvidará que sus primeros pasos los dio en la Escuela de Fútbol Municipal Talcahuano, que depende directamente del Departamento de Educación Extraescolar del Daem.
l El DT del joven talento, Elías Quijada, que fue futbolista profesional y llevó en el pecho la insignia del Ancla, comentó que su pupilo "tiene un despliegue físico tremendo. Corre todo el partido, se desdobla en funciones, se mueve bien. Él es de alto nivel". El estratega, que al igual que su crack de la Sub 12 fue volante de corte, agregó que "tampoco falta a los entrenamientos. Hasta recibió un premio por ese concepto. Y lo mismo pasa con los partidos. Llega siempre a jugar".