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Remeras campeonas sufren con las matemáticas, pero la gozan de lo lindo en su vuelta a clases

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manuel.munoz@estrellaconce.cl

M ejores deportistas Team Chile del mes es el último título que encumbra a las hermanas quintas del mundo en el remo, Antonia y Melita Abraham, otorgado por la organización deportiva nacional como reconocimiento a su destacada participación del último tiempo, donde fueron las más votadas a través de Facebook.

Pupitre de campeonas

Y es que por largas semanas, acaso meses, los dos pupitres de la columna pegada a la pared izquierda de la sala de tercero medio del Colegio de la Santísima Trinidad, en San Pedro de La Paz, esperaron por el retorno de las señoritas.

Pero ya están de nuevo ahí, intentando recordar las últimas materias que les enseñaron antes de su última partida, y reencontrándose con sus 27 compañeros de sala, incluido su hermano Alfredo, el tercero de los cuatrillizos (el otro es Ignacio que está en otro colegio).

"Estuvimos dos meses y medio afuera, es difícil volver y enchufarse con la realidad del colegio, volver a tomar la rutina otra vez. Porque después de entrenar, viajar, dormir, remar todo el rato, cuesta un poco volver a insertarse, es muy distinto a lo que uno vive dentro del colegio", cuenta Melita Abraham, en medio del "chachareo" de sus compañeros al interior de la sala, a un costado de su hermana que asiente con la cabeza. Claro, si ella vive lo mismo luego de las reiteradas salidas para competir fuera de Chile, pero con la Roja puesta.

"Es bacán tenerlas acá, que nos cuenten sus historias, las cosas que les pasan, sus viajes", comenta sonriente Javiera Castillo, compañera de curso de 18 años y una de las "yunta" de Melita, a quien califica como la más desordenada del trío de hermanos. "La Meli es un poco más desordenada y buena para hablar, Antonia y Alfredo son más tranquilos, pero en general los tres son bien bajo perfil", dice la estudiante, a quien, a diferencia de las bogadoras, le gusta más salir a correr.

Con esa buena onda se encuentran las mellizas cada vez que retornan, pues sus compañeros las reciben con entusiasmo, pese al tiempo que pasan sin verlas en escena y en onda escolar.

Una vuelta esperada por las hermanas, quienes de a poco deben volver a familiarizarse con los ramos y materias pendientes, o rendir las pruebas postergadas, a la espera de la participación en algún nuevo campeonato.

"No les va mal, pese a tanto viaje que tienen y con todo el tiempo que faltan al colegio, igual les va bien. Si fuera mi caso, tendría puros uno. A la Meli le va bien en los ramos humanistas, en Lenguaje por ejemplo. A la Anto, en los ramos más de ciencias", añade la amiga Javiera, resaltando que tanto Melita como Antonia rinden igual de bien que sobre su embarcación y con los remos a los costados.

"Acá son súper flexibles con nosotras, nos dan todas las facilidades para poder ir a entrenar, nos apoyan en todo. Nos ayudan y permiten dar las pruebas cuando tenemos tiempo, en mi caso eso me ha ayudado a subir harto las notas. Igual tenemos que ponernos al día, los compañeros nos pasan los cuadernos, nos prestan las materias", afirma Melita, quien pese a todo el tiempo que le demanda su actividad deportiva, cerró el semestre pasado con un 6,4 de promedio.

"Por ejemplo, cuando tenemos que entrenar en la mañana, podemos llegar un poco más tarde", añade Antonia, quien se aplicó con un 5,8 el semestre pasado.

"Cuando ellas ingresaron, lo hicieron con un sistema especial de trabajo. Los profesores saben lo que tienen que hacer, a ellas se les exige cierta cantidad de notas, y cada profe se adapta al tiempo en que ellas están acá", repasa la profe jefe de las niñas, quien, paradójicamente, les hace clases de Educación Física, aunque reconoce que en el caso de las hermanas, no es mucho lo que puede hacer: "Qué le vamos a evaluar, si ellas ya han ido a un mundial, qué les vamos a medir", reconoce.

Nada con los números

"A mí me va mejor en los ramos más humanistas, me interesan los ramos como Historia, Lenguaje", reconoce por su parte Melita Abraham. Pero así como ambas tiene sus fortalezas, a las dos las hermana algo más que el remo: la sufren con las matemáticas. "Me carga, me cargan los números, me supera", revela Meli. "Lo que más me cuesta es matemáticas", agrega la Anto, como si ambas se hubieran puesto de acuerdo.

En lo que coinciden plenamente es en lo que esperan a futuro: remar y remar hasta cumplir su gran objetivo, que es llegar a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

"Ahora estamos entrenando para la clasificación olímpica del próximo año", comentó Antonia.

Y ambas igual ya piensan en su futuro, pues saben que el remo no es para toda la vida. "Me tomaré un año, y luego rendir la PSU. Me gusta el área del deporte, porque me interesa trabajar y ayudar a deportistas de alto rendimiento. Pero todavía no lo tengo muy claro, me tinca Kinesiología, pero igual me gusta por el lado humanista Derecho, son dos áreas que están súper extremas", explica Melita. Mientras que su hermana la tiene más clara. "Espero tomarme un año tras salir del colegio, para remar y dedicarse cien por ciento a remar, pero pienso estudiar Nutrición", cerró Antonia. J