El nuevo "Don Elías" podría ser cabrerino
l Carlos Paz Durán
Apenas tiene 15 años de edad, y ya es todo un trotamundo. Entre Charrúa, donde vive con sus padres Cecilia Lara y Juan Bravo, además de su hermano Nicolás, de sólo tres meses de vida; Monte Águila, localidad en que cursa segundo medio en el Liceo Politécnico; y Cabrero, donde entrena en la Escuela de Fútbol Adonay Cabrero, transcurre la vida de Kevin Bravo, central de casi un metro 80 centímetros de estatura que brilla en la Sub 14 del Torneo Escuelas de Fútbol "Copa Essbio".
Pero este deportista patiperro no para ahí, pues nació en Yumbel y al menos cada fecha de por medio sale a jugar a alguna ciudad del Gran Concepción, o a sus alrededores
"De Charrúa a Monte Águila demoro una hora en locomoción, y la jornada escolar diaria más larga que tengo va de 8.00 a 17.30 horas. Prácticamente permanezco casi todo el día fuera de casa, y eso es más notorio cuando debo entrenar por Adonay", señaló Kevin, quien agregó que "de Charrúa a Cabrero sólo tardo diez minutos, y me traslado junto a otros siete niños que están en la escuela de fútbol. Nos vamos en un vehículo que arriendan nuestros padres".
"Antes la escuela de fútbol realizaba sus prácticas en Charrúa, pero eso se acabó y se hizo imprescindible tener que estar viajando a Cabrero. Lo hago sin problemas", indicó, para luego recalcar que "no falto a ningún entrenamiento, y no me pierdo ningún partido".
"Llevo un par de años en la institución, en la que empecé jugando como delantero, pero como en un momento la defensa estaba débil, decidieron colocarme de central. Es la función en que juego desde el año pasado", comentó el émulo de Elías Figueroa, quien calificó a la "Copa Essbio" como "muy buena, especialmente por su nivel de organización".
venció a la anemia
Quien también juega en el fútbol Anfa por el club Unión Charrúa confesó que hace algunos años su realidad estaba muy alejada de la pelota y la cancha.
"A los 11 años de edad sufrí un cuadro de anemia. Tenía ganas de nada. Por entonces el fútbol estaba lejos de mi alcance", aseguró, para acotar que "desde que superé mi enfermedad, no he dejado de jugar. Pasar por esa complicación me hizo valorar mucho más lo que significa estar sano, y la importancia que tiene el deporte".
"En el liceo también practico deporte", manifestó el joven defensor, quien adicionó que "mis padres me apoyan en un cien por ciento, y hasta me acompañan a los cotejos".
"Siempre estamos viajando a verlo en los partidos. A él le gusta el fútbol, y esa pasión no podemos limitársela", expresó el papá, quien añadió que "ojalá siga por muchos años más en esto". J