Accidente se produjo cuando el hombre regresaba a su casa. Pasajero y chofer de la micro trataron de ayudarle, pero falleció cuando lo llevaban a un centro asistencial.
l Mario Saavedra Ponss
Juan Calfulén Paine (38), era un querido y conocido personaje de San Pedro de la Paz. El hombre recorría gran parte de la comuna cantando por las calles para ganarse el sustento diario. La madrugada de ayer regresaba a su casa en Boca Sur, pero encontró la muerte a pocos metros de traspasar la puerta de su hogar.
Mientras cruzaba la calle, en la esquina de Segunda Longitudinal con Doce de Octubre, fue atropellado por una micro. La máquina iba ya sin recorrido, pasada la una de la mañana, pero el conductor entró al barrio para ir a dejar a un amigo que lo acompañaba. Tanto el chofer como su acompañante se percataron del accidente.
"Estos testigos del hecho asistieron al hombre y lo subieron arriba de la máquina para trasladarlo hasta un centro asistencial cercano. Pero, producto de sus heridas, la víctima falleció", indicó el jefe de la Sección Investigadora de Accidentes de Tránsito (Siat) de Carabineros, capitán Boris Yáñez.
La muerte de Juan Calfulén fue constatada por un equipo del Samu. Durante el operativo incluso tomó parte la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones, ya que se pensó que el vecino de Boca Sur habría sufrido un ataque por terceros. Sin embargo, con el paso de los minutos, se aclaró lo que realmente habría ocurrido durante su trágico regreso a casa.
El capitán de la Siat de Concepción añadió que, tras la situación, el chofer de la máquina fue detenido y controlado mientras se investiga su participación en el accidente con consecuencias fatales. Cabe señalar que la unidad trabajó en los peritajes de rigor para determinar la causa del atropello. Preliminarmente, se informó que el impacto ocurrió en un paso de cebra pero sin semáforo y que ninguno de los involucrados habría estado bajo los efectos del alcohol.
Por otro lado, el fallecimiento de Juan generó gran pesar en la población Boca Sur. De acuerdo al relato de sus vecinos y cercanos, el malogrado hombre era pensionado y no tenía un trabajo estable. Además de eso, tenía problemas para caminar y debía utilizar muletas. Sin ellas, difícilmente podía mantener el equilibro. Sin embargo, él igual juntaba dinero cantando en las esquinas y a veces también arriba de las micros. J
l Los residentes de la calle Longitudinal comentaron a La Estrella que ese camino es cada día más transitado y que, por su gran espacio, algunos conductores tienden a ir muy rápido por las noches. "No sé si éste sea el caso, pero a veces aceleran mucho y hay que andar con cuidado. Si bien tenemos pasos de cebra, hacen falta más semáforos", contó Roxana Salgado, vecina de Boca Sur.