Pololos la oyeron aullar y salvaron. Vecinos dicen que este no es el primer caso.
l Mario Saavedra Ponss
Los débiles aullidos de un perrito alertaron a una pareja de pololos que caminaba por el sector Leonera de Chiguayante. Ambos se acercaron hasta un contenedor de basura, ubicado entre la línea férrea y el consultorio del sector. Al mirar dentro, se encontraron con una imagen desgarradora: una mascota había sido enterrada viva y con sus patas amarradas. Sólo su cabeza sobresalía entre los escombros que otras personas fueron lanzando sin que se dieran cuenta de la presencia del animal.
Guillermo Vera se encaramó para sacar al desesperado can, una hembra que se encontraba sucia, asustada y maltratada. Los jóvenes tuvieron que, prácticamente, desenterrarla para poder liberarla. Luego se fijaron que pudiera continuar andando y la dejaron en libertad. De acuerdo a su descripción y las imágenes del animal, no portaba ningún tipo de identificación.
"Lo más importante es que la salvamos de una muerte inminente en ese contenedor y tan sólo nos imaginamos qué tipo de persona pudo haber hecho tal intento de asesinato hacia esa perrita, estamos contentos (de haberla sacado)", comentó Vera al sitio soyconcepcion.cl.
Agregó que "ella ahora es libre, su muerte sólo será parte del destino ahora y no por una acción de la maldad humana".
Increíblemente el sector está lleno de animalistas, quienes repudiaron el incidente pues, según aseguraron a La Estrella, ellos se encargan de proteger a los animales que otras personas han ido a abandonar.
Incluso, Solange Recabal, quien vive en las casas que están frente a la línea del tren, interpuso junto a un grupo de vecinos una denuncia por maltrato animal. El caso apunta a encontrar responsables por la matanza de mascotas en similares condiciones en el mismo contenedor de la basura.
"Me parece increíble lo mala que es la gente. Lo peor es que este sector se está prestando para esto. Esto se transformó en algo constante", afirmó. J
l Un recorrido por el sector de la Leonera basta para darse cuenta de la gran población animal por las calles. Según explicó un vecino, que prefirió reservar su identidad, "acá cuidamos a los perritos y les hacemos hasta casitas. El problema es que a veces se vuelve peligroso para nosotros, porque como quedan en la calle, a veces nos ladran enojados o nos muerden".