l Y más encima es un taquígrafo, es decir, esas personas que trabajan trascribiendo testimonios en los tribunales. Hablamos de Daniel Kochanski, norteamericano de 43 años y dotado de mucho estrés. Y este hombre, angustiado por sus circunstancias laborales, sufrió un colapso en el tribunal en que trabaja (Manhattan) y durante su jornada de trabajo, mientras procedían los alegatos, sólo escribió por largas horas la frase: "Odio mi trabajo". O bien, cuando se inspiraba, escribía mensajes incoherentes. Al final fue despedido y, seguramente, se convirtió en un hombre más feliz. J

l Según un estudio de Adecco, las mujeres se han instalado con fuerza en el rubro de los trabajos temporales: la participación femenina en este tipo de empleos aumentó un 8% en el último trimestre del 2013. Y las mujeres ya han llegado a ocupar el 46% de la masa labnoral en este tipo de trabajos (a los hombres corresponde, evidentemente, el 54% restante). La mayoría de los trabajos temporales que realizan las mujeres están localizados en Santiago. Ahí está el 67% de ellos. Lo sigue Valparaíso con un 27% y luego Coquimbo con un 21%. Estas trabajadoras promedian los 30 años. J

l Medios Regionales

Usted, oficinista, tenga cuidado: la oficina es un caldo de cultivo para infinidad de gérmenes. De hecho, en los computadores se alojan tres mil gérmenes por centímetro cuadrado. Y, en los teléfonos, la cifra alcanza los 25 mil gérmenes por centímetro cuadrado. Es, en fin, el paraíso de la suciedad. Así lo informó Kimberly-Clark Professional en un relevamiento en entornos de trabajo.

La situación es impactante. La salud de los oficinistas está en juego: la compañía señala que estas superficies pueden llegar a tener cuatrocientas veces más gérmenes que un inodoro. Imagínese: hasta el viejo water puede ser más higiénico que algunas zonas del lugar de trabajo.

"No lo sabía y me da mucha tristeza saber que trabajo en el castillo del parásito", dijo Leonardo Mondaca, funcionario de una oficina de comunicaciones y quien trabaja con los dos elementos tóxicos, un computador y un teléfono.

"¡Esto es asqueroso!", dijo Carolina Meruane, "¡Entonces que trabajemos en el baño para estar más seguros!". Y la señorita Meruane, de alguna forma, tiene razón. Apenas se venga la temporada invernal, apenas bajen las temperaturas, los microorganismos nos invadirán de forma masiva en todo espacio laboral. Se multiplicarán las enfermedades.

La única solución es llenar las oficinas con dispensadores de alcohol para manos y fomentar la educación al respecto. Lo que pasa es que todo el entorno de una oficina es un espacio seductor para un microorganismo. No sólo el computador o el teléfono. Las salas de reuniones son un magnífico reducto para el parásito. También lo son las manillas de las puertas.

Hacemos un llamado para que todo trabajador siempre se lave las manos, las seque con papel y las sanitice con alcohol. Quizás así, con el tiempo, su oficina sea un poco más sana que el inodoro. J

l La limpieza del lugar de trabajo resulta vital para aniquilar a los gérmenes que están instalados en el entorno laboral. Y así, con un procedimiento frecuente, se evitarán las gripes y los resfríos que se adquieren en las oficinas. Es que esas enfermedades constituyen el 80% del ausentismo laboral.