La lucha de "La DT Sampaoli" de Palomares por sacar adelante al campamento 21 de Mayo
Llegó hace tres años y desde ese momento comenzó a trabajar para conseguir que la comunidad saliera adelante.
l Andrea Neguiman Pozo
En el barrio la conocen como "La DT Sampaoli" debido a su fuerza, disciplina y liderazgo. Una mujer que, sin duda, destaca entre sus pares mediante su simpatía y entereza. Es Luz Marina Villa Banda, de 32 años, quien por estos días dedica su vida entera a cuidar a su familia y a conseguir los recursos necesarios para sacar adelante su querido campamento 21 de Mayo, que se ubica en el sector Palomares, en Concepción.
La historia de esta luchadora comienza a sobresalir durante el 2010, meses después de llegar a vivir a la zona. "Arrendaba una mediagua en villa Alto Palomares, pero me decidí trasladar, porque pensé que estando acá iba a recibir más rápido un subsidio de vivienda", explica.
Sin embargo, los hechos no sucedieron cómo los esperaba, ya que los días, meses y años fueron pasando, y ella continuaba viviendo en el campamento. "Nunca llegó esa anhelada respuesta habitacional. Al final me fui acostumbrando a la vida aquí. Es así como comencé a investigar la forma de poder ayudar a la comunidad y hacer que su estancia fuera más digna", relata.
Ante la terqueza que ella indica poseer, comenzó a expandir la idea entre sus vecinos de realizar una directiva que pudiera representar al campamento ante la Junta de Vecinos.
Poco a poco, fue sumando adherentes y cerca del 2011 se creó la organización con su persona a la cabeza.
El campamento 21 de Mayo tiene más de 25 años de existencia, y desde su origen nunca se había realizado una directiva que luchara fuertemente por sus problemas, ya que todas se disolvieron a los pocos meses de existencia debido a diversos factores, según lo expresan pobladores que viven en el lugar desde su configuración.
En la actualidad residen 30 familias, las que aburridas por el grave problema de alcantarillados, unificadas decidieron crear una directiva que los representará ante las autoridades de la región. "La situación era bastante precaria. Con mis vecinos nos dimos cuenta que tenía serios problemas, ya que durante el invierno se rebasó de agua servidas, lo que provocó que nuestras casas se inundaran completamente un año".
La situación, provocó graves problemas sanitarios entre la comunidad, debido a que tuvieron que convivir en medio de las deposiciones. "Por tal motivo, nos quisimos organizar porque nunca tuvimos apoyo para solucionar aquella problemática", expresa Luz Marina.
Tras la conformación de la directiva vecinal, se decidió de forma inmediata trabajar para la obtención de la persona jurídica. "Lo que buscamos es que nuestro campamento pueda tomar sus propias decisiones, sin consultar a la junta de vecinos. De esta manera, podremos postular a los beneficios que queramos", comenta.
Hoy en día, "La DT" está a punto de concretar este acometido, ya que indica que sólo faltarían algunas firmas para finalizar la recolección de los antecedentes. "El tema no lo hemos podido concretar, ya que el municipio nos pide un número de firmas que, hasta el momento, no hemos podido juntar", puntualiza.
Pese a su gran esfuerzo y a su constante lucha por conseguir cada cosa que se propone, relata que uno de los puntos que más le ha costado siendo presidenta vecinal es mantener a la comunidad motivada. "Lo que más cuesta es tener a las personas incentivadas, ya que ven cómo se nos han cerrado algunas puertas", indica.
Un aliado indiscutible de esta mujer es la fundación Techo-Chile, con quienes ha podido capacitar a su comunidad mediante diversos cursos. "Hemos realizado talleres de pastelería y gastronomía. La mayoría de los vecinos participó y todos quedamos muy felices con la instrucción", expresa.
Asimismo, indica que durante los próximos meses junto a un grupo de pobladores retomará sus estudios de enseñanza media, lo que la tiene muy contenta. "Terminaré el tercero y cuarto medio. Esta es una oportunidad única que nos entrega el Techo, la que no desaprovecharemos", señala.
Sin embargo, lo que más agradece son las tutorías de estudios personalizadas que desarrolla la fundación con los niños del campamento. "Nuestros hijos han subido bastante las notas. Además, hemos celebrado el día del niño, las fiestas patrias y la navidad, cosa que anteriormente no se realizaba", enfatiza.
"Es lo que más amo y lo que me mueve en la vida". Así define esta esforzada pobladora a su familia.
Según cuenta, el romance con su marido comenzó cuando ella sólo tenía 17 años. "Es primo del esposo de mi hermana. Lo odiaba, porque siempre me molestaba. Al principio no quería nada con él", expresa.
Sin embargo, con el correr del tiempo su corazoncito se fue ablandando y dejó entrar el amor que le ofrecía tiernamente Marcelo Paillalef. "Cuando nos enamoramos nos fuimos a vivir juntos. Tras pasar los meses, quedé embarazada de mi primer hijo. Fue la felicidad máxima", relata.
Junto a su marido, decidieron ampliar la familia al pasar los años. Es así como nació su segundo retoño, quien en la actualidad cursa ya segundo año básico. "Mis pequeños son todo para mí. Me preocupo desde su ropa hasta las tareas que le designan en el colegio", indica.
"Lo que pretendo para mis hijos es que tengan un buen futuro. Quiero que sean grandes profesionales y que se puedan sustentar por sí mismos", expresa.
Asimismo, señala que a sus niños les gusta que la llamen "La DT", ya que indican que el seudónimo refleja totalmente su personalidad. "De repente me dicen así. A mí me da mucha risa", finaliza.J