Los millones que hay tras los arriendos de sitios a antenas
El conflicto en torno de los soportes de telefonía celular tiene más de una arista. Conózcalas.
l Cecilia Bastías Jerez
Una suma de dinero que va entre los 500 mil y un millón de pesos mensuales es lo que reciben, según varias estimaciones, las personas que arriendan sus propiedades para el levantamiento de antenas de telefonía celular, estructuras que se mantienen en el centro de la polémica y que son la razón de una serie de manifestaciones que se han llevado a cabo en los últimos días en contra de su instalación.
Sin embargo, quienes han facilitado parte de sus hogares para que se erijan estos aparatos, defienden su postura. "La gente tiene antenas porque pagan bien", resumió un joven integrante de una familia propietaria de un terreno en donde se han colocado dos antenas celulares.
Manteniendo su nombre en reserva y sin dar cuenta en detalle de cuánto dinero ganan con esto, defendió la posición de los dueños de casa de tener estos aparatos en su territorio. "Soy familiar del propietario, llevo harto tiempo desde que están acá las antenas, una tiene siete años y la otra como 15 años", indicó.
Sobre las teorías que hablan del daño que puede provocar tener una de estas estructuras cerca, comentó que a su juicio no hay nada comprobado. "Cualquier persona podría pensar que no es concreto porque nadie va a invertir plata para determinar si es dañino. Sobre todo si es algo que ocupamos todos", indicó, añadiendo que "es algo que se va a instalar tarde o temprano en alguna zona, o sea, todos queremos tener señal de celular y las antenas están en todos lados, muchas veces uno ni las ve, pero las antenas están instaladas en todos los edificios sin monoposte, y hay por montones".
En cuanto a si han tenido problemas con sus vecinos por estos aparatos instalados en la propiedad, afirmó que "la verdad es que no tuvimos grandes conflictos al momento de instalarlas, los problemas empezaron a suceder cuando ya estaban ahí, de hecho, ahora hay una antena que se quiere construir cerca de acá y nadie quiere a las antenas".
Aunque no entró en detalle de cuánto dinero reciben por esto, señaló que es una buena transacción. "La verdad es que es buen negocio, ayuda bastante a disminuir otros gastos que tenemos acá", indicó.
Además, destacó que es importante estar bien preparado para negociar y estar atento a las condiciones de los contratos. "Hay que tener cuidado (...) a mucha gente le pasó que le pagaban lo mismo por poner varias antenas en un mismo monoposte", relató.
Ayer, a eso de las 10 horas, una marcha, en la que no hubo desmanes, sorprendió a la ciudad de Concepción. Se trataba de, en primera fila, los niños de un colegio en el Barrio Universitario y dirigentes de 17 juntas de vecinos que se movilizaron para dar cuenta de sus posición en contra de la instalación de antenas celulares en las cercanías de casas y escuelas.
Los manifestantes iban más allá de pedir que no sean instaladas, afirmando que hay que cambiar la ley que regula el cómo y dónde pueden ser puestas estas antenas. "El objetivo de la marcha fue concientizar a la ciudadanía sobre un problema que va creciendo, pero por sobre todo exigir que se termine con una ley que permite que las antenas se instalen al lado de las casas", indicó Carlos Araneda, vocero de la organización que reúne a estas 17 juntas de vecinos en contra de las antenas.
El movimiento, señaló, lleva cerca de tres meses y está compuesto por vecinos del Barrio Universitario, Agüita de la Perdiz, Huertos Familiares en San Pedro de la Paz y Alonso de Ercilla en Chiguayante.
También participaron de la marcha profesores, alumnos y apoderados del colegio Mozart Schule de Concepción, cuya fundadora, Katharina Tietze, señaló que se está planificando la instalación de una antena celular en el sitio contiguo a su colegio. "Hace tres semanas fuimos notificados de que se va a instalar una antena en el terreno que está directamente colindante con la escuela, quedaría como a 18 metros de nuestra sala de clases es una situación que no nos parece", afirmó Tietze.
Félix González, consejero regional ecologista, también participó de la marcha y señaló que próximamente su partido político entregaría un proyecto de ley para reemplazar la actual legislación en torno de la instalación de antenas de telefonía celular. "Estas organizaciones se han dado cuenta que las normas están hechas a la medida de las compañías y ellos creen que sólo en sus barrios luchando contra una antena no van a lograra mucho, por eso se están uniendo para cambiar la ley", manifestó, y agregó que "lo que dice actualmente la ley es casi ridículo, porque sólo ofrece la posibilidad de cambiar la estética de las antenas".
Ana Durán, vecina de un pasaje en el sector Lomas de San Andrés donde se instalará una antena, también manifestó su molestia. "Con esto se pasa a llevar el derecho a la propiedad de los vecinos, todos sabemos que las casas cerca de antenas se devalúan y está el temor de la salud de nuestro niños y nuestros acianos", subrayó. J
l Hay una gran cantidad de casos de vecinos que se oponen a la instalación de estas antenas en sus barrios, en Las Salinas en Talcahuano, en Los Huertos Familiares de San Pedro, el Cerro la Pólvora y Lomas de San Andrés de Concepción, donde el principal argumento para oponerse a vivir cerca de estas estructuras, es que si no está comprobado que hagan daño a la salud, tampoco el que no lo hagan.
l César Arriagada, el seremi de Transporte y Telecomunicaciones, se refirió a la marcha como una instancia con ánimo de tolerancia. "Nosotros tuvimos una reunión con gran parte de quienes participaron en la marcha, hubo acuerdo en construir en conjunto con el Gobierno y los municipios una mesa de trabajo", indicó y agregó que también se hará una reunión con parlamentarios de la zona "para explicar a los legisladores cual ha sido la aplicación de la ley que ha tenido algunas complicaciones", afirmó.