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Desde su fundo en Los Ángeles, Yenny Nun cuenta cómo llegó a codearse con las estrellas del cine

De Hollywood a Chile, la corresponsal de espectáculos se mueve tanto en su pasión por la actuación como por la ecología.

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l Karen Loreto Retamal

"She is a big fish in a small pond" (ella es un gran pez en un estanque pequeño, en español). Ésta es una frase que su marido repite varias veces y que cobra fuerza cada vez que Yenny Nun se abre y cuenta detalles de su vida. Una que ella misma resume como: 'de Los Ángeles norte (Estados Unidos), a Los Ángeles sur (Chile). De los actores de Hollywood a las vacas y de las vacas a los actores de Hollywood'.

Es que esta mujer, corresponsal de la revista Cosas y criada en la Región del Bío Bío, nada le queda grande, haciendo realidad cada uno de sus sueños que se ha propuesto, tanto en su glamorosa vida en Norteamérica, como a una donde el campo es su todo.

En su fundo en Los Ángeles (sur), Yenny se para atrás del mostrador de quesos que tiene en la sala de ventas de su negocio (Lácteos Lanalhue) y cuenta que las fotos que adornan la pared son sólo una parte ínfima de las más de mil que debiera tener. En ellas, la entrevistadora aparece con cada uno de los actores que ha conversado.

"Le llamo el Hollywood con los quesos. Una vez alguien me propuso hacer esto, así que hice una selección, porque esto no es nada comparado con lo que tengo", dice mientras acomoda las fotografías, que mantienen a los clientes pegados mirando, confesando que cuando niña le gustaba el mundo del espectáculo. Como no le resultó ser actriz, se dijo a sí misma que iba a entretener a través de sus artículos, en los cuales trata que el lector sienta que realmente conoce a los actores. "Nada de farándula. Lo que el actor dice, yo lo pongo", afirma.

Pero ¿cómo llegó a codearse con la créame de la créame? De niña soñaba con ser actriz e interpretaba obras de teatro para su familia. Todo ese gusto se vino abajo cuando, salida de la enseñanza media, le comentó a sus padres que quería estudiar actuación. La respuesta fue un 'no' rotundo. Luego, intentó con periodismo y sicología. La respuesta fue la misma.

"La gente piensa que soy periodista, pero nunca lo estudié. Como me había ido muy bien en el bachillerato, podía entrar a la carrera que quisiera. Me fui a entrevistar en sociología… no entendí nada lo que me dijo el caballero. Al final entré a derecho. Fui una de las mejores alumnas de la escuela. En los examen orales, que me lo tomaron personajes como Ricardo Lagos y Jaime Eyzaguirre, me iba bien. Nadie entendía que estaba contando los días para terminar esto y hacer lo que yo quería jajajá", relata Nun, quien a pesar de no tener el título de reportera, recibió un premio Apes por su destacada labor.

Luego, conoció a su primer marido a través de una amiga. Él era gringo y estudiaba en Boston. Ella también se fue a dicha ciudad a estudiar un master en Derecho Internacional en Medio Oriente y Latinoamérica. Le gustó un poco, pero seguía sintiendo que no era lo suyo, a pesar que su paper se usó cuando se negoció el fin de la Guerra Fría. "Uno de mis profesores, que leyó el escrito, era uno de los consultores en Washington. En ese tiempo estaba Ronald Reagan y Henry Kissinger, que a mí me cae pésimo por cosas que hizo en Chile. Pero como estaba negociando, mi profe me dijo que si me importaba que mandara una copia a Kissinger, porque le podía ayudar. Le dije que bueno. Después, Henry me mandó una carta, que tengo en mi velador, pues a veces la gente no me cree, así que les digo que si no me creen, ahí está la carta, con los timbres y toda las cosas", explica.

Tras tres años cursando el postgrado, Yenny Nun le da un ultimátum a su marido: "Le dije que la única parte que podía aceptar trabajo después de graduarse era en Los Angeles, porque ahí está Hollywood, o nos vamos de vuelta a Chile".

Estuvieron siete años juntos. Tras esto, ella se quedó en Estados Unidos y él en Chile. Cuatro años después conoció a su actual esposo, Martin Katz, con quien tiene un hijo, el cineasta James Katz.

"Lo conocí en una disco a la cual fui con un amigo chileno Estaban todas las mesas ocupadas y yo andaba con una cartera y no tenía dónde dejarla para poder bailar. Vi al Martin, que estaba parado con otro joven, y no sé por qué le encontré cara de honrado. Le pregunté si me podía sostener la cartera mientras bailaba un ratito y me respondió que por supuesto. Estuve como una hora bailando con mi amigo, que me dijo: 'Oye este gringo todavía te está sujetando la cartera'. Yo me había olvidado totalmente, le fui a agradecer mientras sostenía con una paciencia la cartera. Empezamos a conversar, me pidió el teléfono y de ahí que estamos juntos. Nos casamos el 81… él es nativo de Hollywood", resume.

Su primera entrevista la tiene más que clara. Fue a Kirk Douglas a quien entrevistó en el hotel, donde comieron huevos revueltos. Dice que tuvo suerte de primeriza, pues el actor se portó como un caballero. "Yo era tan ingenua, que pensé que todo iba a ser así, que iban a ser entrevistas fáciles, pero fue la suerte de la primeriza. Fue súper simpático. Fue 'one to one