Calificación de la marihuana pone al rojo el debate en Conce
Intención del gobierno de sacarla de las "drogas duras" ha despertado distintas visiones sobre la materia.
l Francisco Reyes Alarcón
El tabú se rompió hace años tras la sostenida labor de las organizaciones sociales y hoy por hoy es uno de los temas más polémicos y más comentados por todos los chilenos, sin exclusión. Desde debates en el Congreso hasta cotidianas conversaciones de sobremesa, el tema de la marihuana (elaboración, venta, consumo) despierta diversas posturas sobretodo ahora que volverá a ser clasificada o catalogada como de menor peligrosidad al ser excluida de la Lista 1, de las llamadas "drogas duras" (como la cocaína, el opio y la heroína), responsables de "provocar graves efectos tóxicos o daños considerables a la salud".
"Es una discusión país que hay que dar, que no depende de mi opinión personal. Creo que hay muchos grupos de interés en relación al tema de drogas, de seguridad ciudadana, de drogadicción, de seguridad, de salud pública. Está en varias temas, no hay una respuesta unívoca", sostuvo la ministra de Salud, Helia Molina, hace pocos días.
En la zona, hace más de seis años que el grupo "CultivaConce" reivindica el consumo de marihuana y la integridad de los usuarios que desde 2008, cuando ponen a la marihuana en la Lista 1, han disparado las cifras relativas a infracciones a la Ley de Drogas y los detenidos por esta materia. "Es un gesto mediático tremendamente grande. Hay mucha gente que con esto va entendiendo y le va entrando en la cabeza que no somos delincuentes. Sobretodo a personas que no tiene el acercamiento ni contacto directo con la cannabis, ni con usuarios responsables y que solo ven el lado problemático", indicó el bioingeniero y vocero del colectivo, Jack Behar, sobre la medida que busca terminar con la persecución penal de aquellos que consumen o que portan marihuana para uso personal, además de permitir utilizar los beneficios de la planta para el tratamiento de enfermedades a través de medicamentos aprobados por organismos internacionales.
Para los activistas, el principal objetivo es que se logre modificar la visión sobre el consumo de esta droga en el país considerando los antecedentes científicos que, según ellos, indican que es menos dañina que por ejemplo, el alcohol o el tabaco (legales), que todos los años matan a millones de personas en el mundo.
Según la sicóloga Paulina González del Instituto para el Desarrollo de la Vida en Comunidad "Triagrama", se ha instalado un prejuicio con respecto su consumo que impide lograr avances concretos para la despenalización y una eventual legalización del psicoactivo.
"El temor al cambio es algo que siempre existe en todas las circunstancias y aquí también se manifiesta. Son muchas las motivaciones, las alteraciones que pueden haber al respecto pero aquí sobretodo se ha instalado un prejuicio y eso es lo que nos esta comandando", explicó Paulina.
También, reclama que en el país no se respeta un derecho fundamental establecido en la Constitución, específicamente el artículo 19, donde la institucionalidad debe asegurar a todos "el derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona".
"La despenalización del autocultivo es también el reconocimiento de una situación que es absolutamente legítima que es el derecho que las personas tienen a cultivar en general sus alimentos y en este caso su medicina y el cannabis. Efectivamente se le reconoce que tiene propiedades medicinales no solo en relación al cuerpo sino también en relación al espíritu de las personas", indicó.
En la otra vereda del debate, se encuentran las organizaciones que no ven con buenos ojos que el consumo de marihuana empiece a ser más aceptado social. Para ellos, constituye "la puerta de entrada" para sustancias de mayor impacto en el organismo, que comúnmente terminan generando dependencia, especialmente entre los jóvenes.
"Todo esto tiene que ver también con el ambiente familiar en el que viven ellos, o sea, el hecho de que lleguen a este tipo de consumo es porque no tienen probablemente el apoyo, porque no tiene las oportunidades que ellos quisieran y de alguna manera, entran en esto y muchas veces entran por la marihuana", señaló la médico familiar e integrante de la organización "Ciudadanos por la Vida", Carla Osses, quién a pesar de reconocer que la cannabis "no tiene los efectos biológicos tan fuertes como las otras drogas", cree firmemente que las familias en riesgo social van a sufrir las consecuencias.
"De todos los pacientes que yo veo que ya están metidos en esto son personalidades que son frágiles. Fácilmente entran en cualquier tipo de dependencia, en este caso la droga", afirmó la profesional que actualmente se desempeña en el Cesfam de Pedro de Valdivia Bajo.
Para Carla, serán en las poblaciones donde se pueden llegar a incubar los llamados consumidores "problemáticos" al amparo de las leyes sin mencionar el tráfico que se puede generar de ser permitido el cultivo y la tenencia de marihuana.
Por su parte, el pastor Fernando Tardón que por 24 años ha trabajado con drogadictos en la cárcel El Manzano, indicó que todas las drogas son igual de dañinas debido a la dependencia que generan. "Todas, pero todas las drogas para mí son nocivas, para la mente, para las familias, para mí toda droga es mala. El alcohol también, es un bicho que hace daño, en la cárcel hay muchos hombres que están presos por largos años por el alcohol, por drogas por tanto para mí toda droga es nociva para el cuerpo humano", dijo el religioso. J
l Milton Flores, condenado por cultivo de esta planta, enfrenta penas por desacato por negarse a someterse a un registro de ADN pensado para criminales de alta peligrosidad por considerarla una "droga dura". "Hay una especie de zapato chino del que es bien difícil salir si es que no se aplica la sensatez y el criterio (...)él podría quedar en categoría de criminal peligroso en una circunstancia que no es así", dijo Paulina González.