En Hualpén piden demoler un foco de violencia y suciedad
Vecinos ya no dan más con espacio abandonado colindante con sus casas y jardín infantil.
l Cecilia Bastías Jerez
Desesperados y molestos están los vecinos de Hualpén con una estructura abandonada en calle Finlandia, del sector de Villa Empart.
Dicen que hace diez años quedó sin uso un local ubicado en esta calle, lo que se ha prestado para que cerca de ocho personas en situación de calle lo utilicen como lugar dónde dormir.
El problema radica en que justo al lado hay un jardín infantil, y el comportamiento de estas personas a ratos es agresivo ya que consumen distintas sustancias ilícitas, según comentan los propios vecinos.
También se produce acumulación de basura en el sector, además de los desechos como orina y fecas de quienes se adueñaron del lugar.
La pestilencia, la peligrosidad y la presencia de perros vagos en el lugar tiene aburridos a los habitantes del sector.
En ese espacio también se instala una feria todos los martes, dónde se venden distintos productos comestibles en medio del olor que aumenta con los días de calor.
"Hay gente que usa eso como su único hogar, también se presta para que vayan a consumir pasta base y tomar alcohol", explicó el presidente de la junta de vecinos de Villa Empart, José Silva y agregó "tampoco hay nadie que rescate a esas personas".
Según este jóven dirigente vecinal de 23 años, estos locales tenían negocios hasta hace un tiempo, "pero no sabemos qué pasó que quedaron abandonados, esto se arrastra desde que no éramos comuna aún", señaló Silva.
En cuanto a la acumulación de basura en el lugar, que no sólo es a causa de quienes pasan la noche en el sitio, sino que también tiene que ver con que hay un gran espacio de terreno vacío que se presta para que varios dejen sus desechos en el lugar. Por eso en sus relatos los vecinos solicitan una mejor utilización de este terreno, como una área verde.
"Hay un microbasural que genera un foco infeccioso que vulnera nuestra calidad de vida. Y lo que agrava más nuestra situación es que esté el jardín infantil al lado. Esto nos ha traído muchos dolores de cabeza", dijo José Silva y añadió "más encima, estas personas viven ahí por todos estos años y se acumulan desechos biológicos, el olor es insoportable".
En cuanto al decreto alcaldicio, en que se anuncia la demolición del local, los miembros de la junta de vecinos recalcaron que están conformes con ello, pero lo que intentan es que se cumpla pronto con el trabajo.
El secretario general de la junta de vecinos, Juan Delgado, indicó que en el municipio los ha recibido el jefe de gabinete de la alcaldesa. "Nos dijeron que el mes de marzo iban a hacer la demolición, pero ahora dicen que va a ser en abril y pensamos que es demasiado", indicó. En la municipalidad, están en el proceso de poder cobrarle al dueño por los gastos de demolición, según comenta Delgado. "Por eso no se ha podido lograr hasta ahora, pero nosotros pedimos que la alcaldesa haga la demolición pronto", afirmó el secretario de la asociación.
En su mayoría, los habitantes del sector ya no tienen miedo de mostrar sus rostros a la hora de entregar sus impresiones a La Estrella, dicen que están cansados y que es hora de tomar desiciones más drásticas.
Su reacción obedece a que han tenido que presenciar demasiado con este "antro" como ellos mismos lo denominan. Violencia, gritos y una serie de amenazas.
"A parte de existir infección, drogadicción y delincuencia, de ahí mismo la gente ingresa a robar al jardín infantil. Entra todo tipo de gente, es un lugar que no tiene límites, y ha habido agresiones a vecinos por parte de estas personas", detalló Juan Delgado.
Los habitantes del pasaje Dover, que queda justo al frente del lugar en cuestión, afirman que a ellos a las 3 de la mañana les golpean las puertas para pedirles comida, o de frentón sólo les quebran los vidrios.
Luis Ramírez, otro miembro de la junta de vecinos también hizo presente otra queja, que tiene que ver con la falta de resguardo policial en el sector ya que en el último tiempo cerca de cinco familias se han visto afectadas por robos en sus casas, específicamente en la calle Marsella. "No hemos tenido resultados con Carabineros, por eso pedimos que estén más pendientes también", afirmó.
La directora del Jardín Infantil Junji "Walt Disney" Angélica Lizama afirma que para ella el problema más grave es la presencia del basural lo que podría repercutir en la salud de los 128 pequeños que van a ese establecimiento. "No podemos usar el lado del patio contiguo, por el problema del olor que hay ahí", indicó la educadora.
Lizama reconoció que el municipio va a sacar la basura. "Podría ocuparse el espacio como área verde", manifestó. J
l "Es terrible la inmundicia que hay acá. Toda la basura que trae infecciones y los perros. No hay dónde ubicarse aquí cuando uno viene la feria y así queremos un Hualpén desarrollado, aquí se podría aprovechar mejor hacer un jardín una placita o un buen negocio".
l "La mugrería que hay aquí es espantosa. Aquí muere gente, hace como 20 días falleció un joven. Ahí se mete mucha juventud a drogarse y a tomar. Con el olor uno no puede ni abrir la ventana. Y todos los días se viene a dormir gente, hay hasta unas lolitas que llegan ahí".
l "Nosotros llevamos más de 20 años aquí y eso se ha transformado es un antro de delincuencia, drogadicción, han asaltado vecinos. En el jardín han asaltado y han robado cosas que son para los niños. Aparte nadie quiere comprar casa aquí. Varios vecinos han decidido irse del sector".
l "Yo soy apoderada del jardín infantil y creo que es inconcebible que esté así aquí, hay lactantes, esto es una molestia para todos los vecinos, pero aquí, justo al lado de donde hay niños pequeños, los olores son insoportables. Es muy insalubre, por lo que a esto hay que ponerle fin".
l El asesor jurídico de la Municipalidad de Hualpén, Braulio Engelberger, indicó que la intención es decretar la demolición de los locales, pero el proceso es complejo, ya que hay que buscar a los propietarios para que se hagan cargo de los costos de la demolición que oscila entre los 12 y 15 millones de pesos. Pero si no aparecen en la brevedad los responsables el municipio se haría cargo de la demolición a más tardar a mediados de abril. "Tendríamos que asumir los costos en principio, pero puede seguirse a los propietarios para que cancelen eso", señaló Engelberger. Según explicó el asesor jurídico, la corporación edilicia no ha tenido fondos para gastar por este concepto. Por eso se ha intentado continuar con el curso legal. Pero afirmó que "actualmente estamos ordenando la demolición en el breve plazo".