Esta explosión se llama Asmr y le ocurre a los cibernautas. Su popularidad va en ascenso.
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La vida contemporánea se ha vuelto tan eficiente que ahora los orgasmos se pueden obtener sin presencia del cuerpo. Hablamos, en concreto, del orgasmo cerebral. Es sumamente eficaz: no necesita la presencia física de otra persona, es rápido, genera la misma electricidad que el orgasmo convencional y no reporta gastos de ninguna índole.
Este tipo de placer no es nuevo. Pero, de forma oficial, el orgasmo cerebral tiene existencia desde hace cuatro años y lo inventó la norteamericana Jennifer Allen. Ella, tras sufrir un insólito espasmo, le puso un nombre: Asmr, es decir, Autonomous Sensory Meridian Response Group. En español: Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma. Es un efecto de cosquilleo en las neuronas. Una reacción a impulsos muy sutiles.
Allen ha dicho que las formas de obtener un orgasmo cerebral son variadas. Lo principal es estar en paz y relajado. Sirve mucho aislarse, taponearse las orejas con audífonos, y sintonizar una música tranquila. O sintonizar una voz tranquila que, de algún modo marginal, sea fogosa.
Es pertinente recurrir a Internet: ahí usted puede localizar a personas expertas en inducir orgasmos mentales. Se habla mucho de María, una diosa del susurro, cuyo trabajo es hablar con serenidad por un micrófono. Pero sin proponer situaciones eróticas, sino que sólo produciendo sonidos. Lo que pasa es que Allen piensa que los orgasmos de las personas pueden ser gatillados por factores inexplicables. Por ejemplo, el ruido de una hoja de árbol que se quiebra, un papel que se rompe. el sonido de la lluvia.
Algunos científicos han apuntado que el orgasmo cerebral se parece a un tipo de placer instintivo que ocurre en los monos al asearse en el agua. Sea como sea, existen. Está comprobado. Hay gente que tienen neuronas que eyaculan. Y así son felices. J
l Si bien algunos científicos creen que el orgasmo cerebral es posible, muchos otros dudan de que implique los mismos efectos que el orgasmo normal. Piensan, de hecho, que el orgasmo cerebral no es en propiedad un orgasmo. Es sólo un instante de placer.