Sepa cómo son las historias que hay detrás de las verdaderas "mamás mechonas" de Conce
l Juan Fariña López
La última teleserie de Canal 13 "Mamá Mechona", se ha vuelto tema de conversación obligado en las mesas de numerosas familias del país y de nuestra zona. En muchas de ellas surge la interrogante: ¿Cómo será la verdadera historia de las mujeres que vuelven a iniciar sus estudios a edades más avanzadas de lo habitual? Pues bien, en Concepción existen estos casos y todos ellos tienen como común denominador el esfuerzo, el cariño y las ganas de salir adelante con los sueños que se han trazado estas mujeres.
Ximena Muñoz y Vanessa Stevens tienen 40 años y muchas cosas en común. Ambas son madres, sacaron siempre a sus familias adelante, trabajan en el Inacap y ahora quieren cursar estudios en el mismo instituto. Así tal cual, y la idea no la sacaron precisamente de la novela protagonizada por Sigrid Alegría, la actual reina del Festival de Viña del Mar.
"Yo hace tiempo quería estudiar, pero por el tema de mi hijo no me decidía a hacerlo. Pude cuando él era más chiquitito, pero los horarios de clases eran de lunes a viernes y al llegar a casa, a las once de la noche todos los días, no lo iba a poder ver. Nunca encontré una casa de estudios que se acomodara a los distintos roles que uno tiene, hasta este verano", contó Vanessa, acompañada de su regalón, de nueve años de edad.
El caso de Ximena es similar. Ella esperó a que sus tres hijos crecieran un poco más para poder tomarse el tiempo para estudiar y gracias al programa semipresencial que ofrece Inacap, se animó a matricularse en Administración de Empresas. "Era lo que esperábamos hace mucho tiempo, porque nos acomoda mucho. Tenemos que venir a clases los viernes y sábado, lo demás son tareas y actividades online de dos horas al día", explicó Ximena.
Pese a que las clases todavía no comienzan, ambas "mamás mechonas" dicen sentirse nerviosas e impacientes de responder al duro desafío que se les avecina y cuentan cómo se preparan para el regreso a un aula de clases después de años de ausencia. "He estado toda esta semana acortando mis tiempos como entrenamiento, porque uno también tiene que trabajar, llegar a la casa, hacer las tareas con el niño y después estudiar. Siento que el reto es una forma de decirle a mi hijo que él también puede en sus estudios", afirmó una entusiasmada Vanessa.
"Uno de mis hijos entró este año a la universidad y dice que me va a ayudar en lo que sea, todos son solidarios en que la mamá puede. Yo tengo todo planificado y tenemos que agarrar el ritmo de una con las clases que se vienen", agregó Ximena.
Paulina Andalaft tiene 55 años y llegó a Concepción el 2011 siguiendo a su marido, quien arribó a la región por motivos laborales. Ambos son oriundos de Santiago, pero ella, madre de tres hijos mayores y titulados, no tuvo las posibilidades de continuar trabajando en Concepción. Paulina se desempeñó durante muchos años ligada al mundo de la Informática, pero después de un largo período de cesantía se aburrió y tomo la decisión.
"Me cuesta encontrar trabajo por mi edad y porque soy mujer en un rubro masculino. Creo que eso me desfavorece. Como estaba haciendo nada pensé: ¿Por qué no estudio y me actualizo? Mientras pueda me voy a tirar a la piscina, así que me inscribí en la carrera técnica de Analista Programador Computacional en el Duoc UC de acá de Concepción", afirmó.
A diferencia de Ximena y Vanessa, Paulina tiene a sus hijos viviendo en Santiago, sin duda un factor esencial para afrontar su nuevo reto. "Mi hijo menor encontró trabajo después de salir de la universidad, entonces, en ese sentido, una siente que esa tarea está cumplida", manifestó.
"Elegí estudiar en horario diurno, porque de noche es muy pesado y a mi marido no lo voy a dejar tirado todo el día y lo otro es que acá el clima siempre me ha complicado también", agregó. Respecto a su nueva vida de estudiante, tras una clase de inducción en el instituto destacó que "yo cambié de mentalidad y vengo a aportar como una más del grupo. Me han acogido súper bien, pero aun así creo que a los chicos les costará mucho tutearme", sostuvo entre risas.
Los objetivos de Paulina Andalaft son claros. Quiere perfeccionarse, prestar servicios, trabajar como independiente y aprovechar una nueva oportunidad de hacer negocios, sin dejar de lado a su amado esposo.
La actitud de estas mujeres es admirable y evidencia la importancia de buscar la superación personal en una sociedad que se moderniza a cada segundo, pero sin dejar de lado el rol de madre y pareja que las caracterizan. J