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A Naval hay que ir a verlo con sedante para el dolor

En otro mal partido, perdió ayer "con merecimentos" ante La Serena. Las fallas le pasaron la cuenta.

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l Carlos Paz Durán

Desde la galería de El Morro salieron ayer a gritos airadas opiniones. ¿Cómo se puede jugar tan mal? o "¿Por qué tantos errores?", fueron algunos de los términos más livianos que utilizó la hinchada chorera decretado el 0-2 ante La Serena, que dejó a los dirigidos de Erwin Durán en el último lugar del Clausura de la B, al tiempo que vio al equipo granate y a Lota Schwager acortar distancia en la tabla acumulada, donde está antepenúltimo.

Para naufragar ante el equipo de la Región de Coquimbo, el Ancla abrió su propio forado en el barco. Lo hizo a fuerza de errores en tres jugadas claves: la de los goles visitantes y la que le significó quedar con un hombre menos.

Pero no fue lo único, pues el 4-3-3 que propuso el estratega no funcionó, en parte, porque algunos de sus ejecutantes no dieron el tono, o porque derechamente fueron mal elegidos.

Sin un alimentador, Matías Grandis, Francisco Román y Mario Salgado se fueron a pique en delantera, y cuando la pelota les llegó a los pies, generalmente no supieron qué hacer con ella.

Al medio sólo Matías Córdoba salvó el pellejo, y en defensa Pablo Corral y David Villarroel no conformaron una dupla sólida de centrales.

Los serenenses también aportaron lo suyo en la tarea de hacer ver mal al anfitrión, ya que se pararon bien en defensa y medioterreno, cediendo apenas dos ocasiones de gol a los navalinos en todo el cotejo.

El primer combo que recibieron los albiazules llegó al minuto 22 cuando, tras córner, Cristián Basaure cabeceó sin marca.

El golpe de nocaut se produjo a los 48