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Arreglos en calles hacen que vuelta a clases sea más difícil

En Conce y en el puerto se realizan sendas intervenciones que ponen en aprietos a padres y transportistas.

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l Francisco Reyes Alarcón

Como si fuera poco olvidar rápidamente las vacaciones de verano, retomar los libros y volver a levantarse tempranito para ir al clases. Cientos de alumnos ahora tienen que vérselas con un verdadero caos justo afuera de sus recintos educacionales y a escasos metros de las aulas.

Debido a grandes proyectos de remodelación de calles y aceras, actualmente en ejecución, tanto en Talcahuano como en Concepción, la vuelta a clases nunca estuvo tan complicada. Veredas inconclusas, desvíos de autos, hoyos peligrosos, ruido extremo, calles cortadas, en fin. Toda una problemática vial que será un dolor de cabeza para estudiantes, padres y apoderados mientras duren los trabajos.

"Esperemos que de aquí al tiempo que empiecen las lluvias esto ya esté solucionado, porque ahí va a ser más complicado todavía (...) si se hacía taco antes, ahora va a ser aún mayor. La aglomeración de gente incluyendo además a los vehículos, va a ser caótico", anticipó la presidenta del Centro de Padres del Colegio Inmaculada Concepción, Gisela Alvear.

Ya cumplidos cuatro años del terremoto, se llevan a cabo los últimos avances de la reconstrucción, ya sea de vivienda o espacios públicos y el proyecto para renovar el Eje Cívico en el puerto corresponden también a uno de los últimos trabajos en esa línea.

Fue aprobado en 2012 pero, como de costumbre, los plazos se fueron dilatando cada vez más y ahora, en pleno marzo cuando la ciudad vuelve a su ajetreo habitual, se estima que al menos por el primer semestre la situación no debería cambiar mucho.

"A mí lo que me preocupa más es que, ni Dios quiera, en caso de una emergencia, en este minuto tenemos una sola salida a la calle que sería por Sargento Aldea y en cuanto a lo que es transporte escolar van a tener que dejar a los niños a dos cuadras por lo menos sino los pueden ir a dejar a las puertas", explicó la representante de los apoderados.

En el gremio de transportistas escolares esta dificultad los tiene bastante preocupados desde hace algún tiempo. De hecho, por esto mismo solicitaron una reunión con las autoridades comunales del ramo para evaluar un posible plan de contingencia, reunión que se concretó el sábado y tras la cual surgieron más preguntas que certezas.

"Está quedando hermoso Talcahuano, pero los niños del transporte escolar se las van a sufrir todas yo creo", comenzó diciendo la vicepresidenta y asesora de gestión de la Federación del Transporte Escolar de la Región del Bío Bío, Celinda Abarca.

"Lo que estoy viendo ahí es que van a ser hartas cuadras las que van a tener que caminar los chiquillos y ahora, con respecto al estacionamiento, van a quedar en las partes que hay parquímetros, les van a cobrar. En realidad va a ser muy, muy complicado", agregó la dirigenta.

A su parecer, el principal dilema es que todo el sistema puede sufrir grandes inconvenientes ya que el servicio que prestan "las liebres" indica que los niños deben ser transportados hasta el acceso mismo del colegio, por lo que ahora se verán obligados a encaminar a todos los estudiantes hasta llegar a la puerta, hecho que va a atrasar los recorridos y que pone en peligro la integridad física de los menores.

"El colegio es responsable de los niños de las puertas hacia dentro del colegio pero no tiene estacionamientos afuera y adentro llegan los vehículos particulares, entonces ¿dónde quedamos nosotros, el transporte escolar?", se preguntó Celinda, pensando en los niños de la Inmaculada y el Etchegoyen de la ciudad puerto.

Para agilizar un poco las cosas, desde la constructora encargada de las obras del lugar aseguraron que contemplan un plan de contingencia donde los automóviles tendrán un horario preferencial de lunes a viernes, entre las 7.30 y las 8.45 y desde las 12.45 a las 15.00 horas, para transitar por fuera de los establecimientos. Específicamente, deberán circular por calle Eugenio Campos, Sargento Aldea y Bulnes para ir dejando pasajeros.

"Yo coordiné una semana antes para poder tener las obras medianamente decentes porque entendemos la problemática del colegio", indicó el administrador de obras, Carlos Rojas.

Así como en los mencionados establecimientos choreros, misma situación vivirán los alumnos del Colegio del Sagrado Corazón penquista, ubicado en calle Maipú entre Lincoyán y Angol, lugar que por su periferia se desvía el tránsito por el corte de Maipú. "Si ni siquiera empiezan las clases y ya se forman los medios tacos, no va a quedar otra que dejar un poco más lejos a los niños y esperar que no les pase nada durante el trayecto", comentó medio resignado el apoderado Cristián Montenegro, que los traslada todos los días desde su residencia en Nonguén.

Las obras comprendidas entre las calles Aníbal Pinto y Tucapel, primero; y luego entre Fresia y Lautaro tienen un tiempo de ejecución de 390 días que comenzaron el 10 de febrero, por lo que se espera que los inconvenientes asociados se alarguen a lo menos por este año.

No así en puerto donde la periferia de la Plaza de Armas debería estar operativa antes que terminen las clases. En ambos casos, sin embargo, los coletazos se los llevan los estudiantes.J

l Debido al quiebre de la constructora en octubre pasado los trabajos en el centro chorero han llevado más de la cuenta obligando incluso a la nueva empresa a volver a construir sectores que quedaron a medio terminar. La remodelación de las calles Sargento Aldea, Bulnes, San Martín, Aníbal Pinto y Maipú, junto con el soterramiento de cables, paisajismo, y mobiliario urbano debe estar entregada durante el primer semestre.