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grandes clásicos del rock

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l Juan Fariña López

Una electrizante jornada se vivió anoche con el debut de Rod Stewart en el Festival de Viña. Los animadores aparecieron muy elegantes para presentar el show del inglés. Carolina De Moras lució un bonito vestido rojo con un amplio escote y Rafael Araneda, como todo el festival, eligió un traje oscuro con un pañuelo blanco y corbata púrpura.

El cantante salió acompañado de una numerosa orquesta e hizo bailar a toda la Quinta Vergara en una sólida presentación, que pasó del rock blusero a sus clásicas baladas más románticas. Además, como amante del balompié, lo que demostró con el logo del Celtic en la batería, el británico lanzó pelotas de fútbol autografiadas al público y reconoció su gusto por el juego de la "Roja", reconociendo que se muere de ganas por ver un partido de Chile en el Mundial de Brasil.

Stewart, de 69 años, se paró frente a la Quinta con el mismo histrionismo y actitud que siempre ha sido parte de su energético show. Vistió una chaqueta plateada brillante y su mantuvo su erizado look rubio de toda la vida.

El "Peter rock british" empezó su performance con el clásico "This old heart of mine" y después "Tonight's the night", para deleite de un público que no dejó de corear sus temas pese a no manejar muy bien el idioma.

La sorpresa de la noche fue la inclusión de su bella hija Ruby Stewart, quien cantó en solitario "Just one more day" y luego realizó un dueto junto a su padre de la inmortal "Forever young", con un impresionante solo de batería incluido.

Además, el británico homenajeó al veterano Chuck Berry con un cover de "Sweet little rock and roll" y más tarde tocó "Proud mary" de los Creedence. Stewart, como era de esperar, fue condecorado de una con todos los premios del Festival. Además, al igual como lo hizo con Laura Pausini, el artista Isrrael Villablanca le haría entrega de un retrato.

Tras la actuación del "abuelo del rock", un nerviso Gigi Martín tuvo la misión de hacer reír a Viña del Mar. El comediante subió a la Quinta en solitario, después de triunfar en la dupla "Melón y Melame" hace 15 años, y presentó un trabajado monólogo de la realidad del chileno fiestero, donde a cada momento traía a colación a su ex compañero de humor, al que llamaba el "mono".

El público rió de buena gana y lo recompensó con las dos antorchas. Pero habría más: Gigi volvió al escenario caracterizado como su personaje de Melón, pero esta vez acompañado de un polémico mono reemplazante, un muñeco de Pinochet, con el que realizó una rutina de chistes políticos que sacó nuevas carcajadas al "Monstruo". Tras finalizar el show, con una interpretación de Raphael, obtuvo también las dos gaviotas y se retiró entre los aplausos del público.

Tras el humor, vino la presentación de la española Paloma San Basilio, que despidió su carrera de 40 años cantando sus grandes éxitos como "Libre" y "Luna de miel", además de interpretar una versión de "Volver a los 17". J