Con sólo 16 años, el "pequeño gigante" Javier Barra pelea un cupo a los Odesur.
l Francisco Reyes Alarcón
Una intensa semana de entrenamientos y duelos preparativos ha tenido la selección nacional de básquetbol en la ciudad brasilera de Bauru, donde un joven penquista se está jugando la vida por entrar en la nómina final de cara a los juegos Odesur de Santiago.
Se trata de Javier Barra Rubilar, de 16 años, que con sus dos metros y ocho centímetros destaca como el pivot más alto del equipo, siendo el menor de todos sus compañeros. De hecho, el que le sigue es cuatro años mayor, por lo que espera que su físico, talento y esfuerzo puedan ser argumentos suficientes para que el deté Miguel Ureta lo incluya en el equipo definitivo de cara al certamen.
"Estoy contento, pero aún no dan la nómina de los doce, y hay quince jugadores. Volviendo de esta gira en Brasil, el profe dará a la nómina definitiva", indicó Javier a la distancia.
Para eso, deberá suplir un aspecto no menor que es su falta de experiencia, ya que a pesar de contar con cualidades únicas para la práctica de este deporte, los cuatro años que le ha dedicado al básquetbol quizás no son suficientes para medirse con las mejores selecciones del cono sur a nivel adulto.
"No me siento cien por ciento preparado pero estoy tranquilo del trabajo que estoy haciendo y de la labor del equipo. Hemos trabajado bien y los resultados se darán solos, con el trabajo", agregó el formado en la Universidad de Concepción.
Como uno de los talentos con más proyección en la disciplina, incluso se han interesado por sus servicios equipos de otras latitudes, que es precisamente a donde él quiere apuntar su carrera. Para eso, el año pasado estuvo jugando en el CAI de Zaragoza, pero un problema con los derechos de formación le significaron un regreso anticipado a Chile.
"La experiencia en España fue increíble. El trabajo es muy profesional, muy serio, todo muy bien organizado. El nivel de juego es superior al que tenemos en Chile y aprendí muchas cosas. Tuve un trabajo físico que nunca había tenido y me sirvió bastante para dar un paso en mi carrera", señaló, bastante motivado con todo lo que vive ahora.
Otro gran paso para este penquista que sueña con una segunda oportunidad fuera del país. "Me encantaría volver a jugar en el extranjero", confesó Javier. J
l Como alumno del Colegio San Ignacio, el muchacho representó a su colegio en el Nacional Escolar de este año, donde obtuvo un destacado segundo lugar junto a sus compañeros. También desde la Universidad Católica lo solicitaron como refuerzo para la 41ª versión del prestigioso campeonato "Campioni del Domani", que se realiza en la capital, desde donde se trajo la medalla de bronce. Sin embargo, el mayor desafío lo tiene por delante en el Mundial Sub 18 de Alemania, entre el 19 y 26 de abril, participación inédita en la historia del básquetbol chileno. El cupo para tan importante cita se lo ganaron en 2013 gracias al quinto lugar obtenido en el Premundial de Uruguay.