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Sepa qué significa ser un "adicto a las riquezas"

Según los expertos este tipo de adicción no es negativa ni tampoco muy positiva.

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Desde hace algún tiempo se ha generado, en algunos agentes económicos, cierta adicción por la riqueza y por la obtención de las mayores utilidades posibles para cumplir este fin.

Según explica Maruzella Rossi, vicedecana de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Andrés Bello, las adicciones involucran una relación entre el sujeto y el bien adictivo que las puede hacer perjudiciales o benéficas. Por tanto -según Rossi- la adicción por la riqueza no debe considerarse un mal, ya que nadie estaría dispuesto a eliminar el emprendimiento y, por ende, la generación de crecimiento económico del país.

A partir de una buena gestión de los gobiernos de turno, se puede conducir a un desarrollo económico con equidad aunque, sin duda, esta adicción puede provocar distorsiones en los mercados, lo que se puede contrarrestar con una buena regulación.

Según la experta, se define como conducta adictiva, una inclinación o apetito personal no deseado. La persona desea detenerse y es incapaz de hacerlo. El premio Nobel Gary Becker y Kevin Murphy publicaron, en 1988, un artículo denominado "A Theory of Rational Addiction". Según estos autores, la adicción tiene como una de sus características esenciales que los individuos maximicen la utilidad a lo largo del tiempo.

"Al analizar estas características podemos preguntarnos si, dado al contexto actual y futuro de Chile, se pueden presentar nuevos escenarios que afecten las preferencias de este tipo de adictos y se promueva el efecto sustitución, de acuerdo al cual ellos prefieran hacer inversiones en otros países", indica la académica.

"La tasa de descuento, por ejemplo, aplicada por los adictos a la generación de riqueza y la elasticidad de precios que ellos poseen respecto a la adquisición de los bienes, son importantes para evitar el efecto sustitución", finaliza. J

l La incorporación al debate económico de todos los sectores se hace relevante, dado que, tal como se señala en el trabajo de Becker y Murphy, "el consumo presente del bien adictivo es función creciente del consumo pasado". Esto significa que es posible que esos agentes se hayan acostumbrado a determinados niveles de consumo lo que maximiza su función de utilidad.