Dolor por querido comerciante que falleció durante el incendio
El anciano de 91 años no logró escapar y fue encontrado sin vida en su cama.
l Mario Saavedra Ponss
Los familiares de Roberto Luengo (91), viven a unas cuantas cuadras de distancia del Pabellón Bannen. Por ello, apenas escucharon los gritos y sirenas que alertaban del siniestro, pensaron de inmediato en su querido abuelito. El hombre se encontraba solo y cerca de las tres de la mañana dormía profundamente. Sin embargo, su casa era una de las más próximas al punto de origen de las llamas, por lo que el humo inundó su pieza y lo asfixió mientras dormía. Roberto no tuvo posibilidad de escape y, mientras voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Lota atacaban las llamas dentro de su casa, lo encontraron lamentablemente sin vida, recostado en su cama.
María Salazar Luengo, su bisnieta, relató a La Estrella que "pese a que iba a cumplir 92 años en abril, él se mantenía muy lúcido y se valía por sí mismo. En algunos medios informaron que nuestro abuelo estaba postrado y que se le había quedado encendida una vela. Pero ello no es así. Ni siquiera tenía, porque no le gustaban. Siempre estaba preparado con una linterna, porque era alguien muy ordenado".
En sus años de trabajo, Roberto se desempeñaba como comerciante en la Feria de Lota. Allí, junto a su esposa (quien falleció hace muy poco tiempo), se dedicaba a comercializar ropa. Por ello, el anciano es una persona muy conocida en el sector Bannen y quienes lo habían visto, dudaban de su edad, pues representaba menos.
Durante las tardes solía sentarse en una banca de madera que está frente a su casa para tomar el sol. En ese mismo lugar, Eduardo Rodríguez (78), uno de sus buenos amigos del barrio, recordó que "él era una gran persona. De esas que son trabajadoras y esforzadas hasta el final. Ahora estamos todos preocupados de encontrar a su gato, el Niño, que de seguro logró arrancar del fuego". J