Trabajador era buscado desde hace días. Un turista lo halló ayer en medio de las aguas.
l Mario Saavedra Ponss
Desde que se enteró que su padre, Juan Olivares Hermosilla (53), había desaparecido tras cruzar el río Carampangue, Gabriel y sus hermanos no se alejaron un solo día de la orilla del cauce. Desde la noche del pasado miércoles, cuando no volvió a casa tras ir al funeral de un amigo, la familia vivió entre la esperanza por encontrarlo y la angustia de no verlo nunca más. Finalmente, la historia concluyó con un trágico final.
Gabriel y los suyos escucharon temprano por la mañana que un turista había encontrado algo unos tres kilómetros río abajo, en dirección hacia el pueblo. Era el cuerpo de su padre.
La persona que lo encontró fue Luis Yévenes, un veraneante santiaguino que viaja todos los años a acampar junto a su familia en la zona. "En el campamento todos sabíamos que estaban buscando a alguien desaparecido. Así que estábamos atentos", contó el turista.
Cerca de las nueve de la mañana y mientras su mujer lavaba ropa a la orilla del río, él se adentró en el agua para cruzar hasta el otro lado. "Fui a pescar a un sitio que me agrada. Pero cuando iba a mitad de camino, me di cuenta que había un bulto. Aún no me recupero de la impresión, porque era el cuerpo de una persona", narró Luis.
El teniente de Carabineros de Carampangue, José Ortiz, explicó a La Estrella que ellos recibieron el llamado a los pocos minutos del hallazgo. "Personal de servicio se constituyó en el lugar y corroboró que se trataba de la persona que estaba desaparecida y que era buscada tras la denuncia por presunta desgracia hecha por sus familiares".
Los uniformados, en conjunto con Bomberos, resguardaron el perímetro a la espera de los equipos de la Policía de Investigaciones que fueron convocados para realizar los peritajes correspondientes al cuerpo del malogrado hombre.
Mientras tanto, su familia vivió duros momentos. A través del teléfono dieron aviso a sus cercanos, informándoles que el hallazgo había puesto fin a toda esperanza de encontrarlo con vida. Su esposa Rosa lamentó profundamente su muerte y agradeció también a todos los rescatistas que acudieron en ayuda de la familia, incluyendo al Grupo Especializado en Rescate Sub-acuático (Gersa) de Bomberos.
Gabriel Olivares, hijo de la víctima, relató que su padre era una persona muy conocida en Laraquete, Horcones y Carampangue. "Él trabajaba instalando punteras para el agua. Así que había estado en muchos lugares y tenía hartos contactos. Además él vendía quesos en los pueblos, por lo que se entiende que hubiera tanta preocupación", indicó.
Respecto a qué pudo haberle ocurrido, su hijo explicó que "mi papá fue al funeral de un amigo. Pero para llegar a ese sitio, tuvo que cruzar un puente colgante. Sabemos que unos jóvenes le ayudaron a cruzar en la ida, por lo que creemos que él cayó al regresar".
Se espera que Juan Olivares sea velado en su casa y sepultado en Carampangue, una vez que se aclaren las causas en las que se produjo su muerte. J
l El subinspector Cristóbal Ramírez, de la Brigada de Homicidios de Concepción, indicó que "el cadáver se encontraba en un avanzado estado de descomposición. Durante el trabajo se realizaron las fijaciones correspondientes junto al Laboratorio de Criminalística. Preliminarmente, se estableció una data de muerte de seis días, descartando la acción de terceras personas en el hecho". En el Servicio Médico Legal penquista se le realizarán los análisis correspondientes para aclarar su deceso.