Algunos sabrán -y a otros no les interesará- que desde comienzos de este mes, la ciudad de Nueva York en Estados Unidos tiene un nuevo alcalde, un señor llamado Bill de Blasio.

Lo interesante (para efectos de esta columna) del edil De Blasio, es lo que declaró a la prensa a muy pocos días de haber asumido en su cargo: "Vamos a deshacernos de los carruajes y vamos a hacerlo rápido para que dejen de ser parte del paisaje de la ciudad. Son algo inhumano e inapropiado en el año 2014".

En efecto, Nueva York, al igual que nuestra bella Ciudad Jardín, tiene una extensa tradición en la utilización de carruajes de caballos. El uso de animales como transporte es frecuente en recorridos por el Central Park, un parque que constituye uno de los mayores puntos de atracción turística de dicha ciudad.

Para algunos, es una atracción en si misma ver esos imponentes carruajes antiguos tirados por estos elegantes y lindos animales. Hay quienes consideran que tienen un toque hasta romántico. Otros, en cambio, pensamos que es una crueldad que un animal esté todo el día tirando un pesado carro de metal con el mínimo descanso, sometido a temperaturas extremas, expuesto al tráfico vehicular y respirando los gases tóxicos de los motores, al lado de grandes cúmulos de gente que sólo pueden causarle gran estrés y además, con un conductor tironeándolo para que continúe el paseo al ritmo deseado. Crueldad por donde se le mire.

Por eso, produce alegría y orgullo que la mayor autoridad de una ciudad tan importante como Nueva York, manifieste su disconformidad con esta práctica y establezca una medida concreta para eliminarla en un corto plazo, como algo prioritario en su mandato.

¿Sobre los que viven de este negocio? Tampoco se van a tener que preocupar de no tener trabajo, porque la municipalidad sustituirá los caballos por coches antiguos eléctricos, que serían conducidos por las mismas personas que ahora manejan los carruajes.

Es para ponerse contento, ¿no? Sin embargo, esta medida no ha estado exenta de polémicas, porque hay muchos que quieren que esa tradición no se extinga y no están para nada de acuerdo con el nuevo alcalde.

Afortunadamente sólo se necesita una buena persona que conduzca un pueblo, ciudad o incluso país, para hacer lo correcto. Porque en esta decisión primó lo correcto, a pesar de las dificultades que conlleva.

Es este ejemplo de los carruajes, lo que precisamente esperamos de nuestras autoridades. Que actúen con bondad priorizando siempre el bienestar de todas las especies que compartimos este mundo.

Durante el verano nuestras mascotas sufren con el calor, por eso es muy importante estar atentos a su comportamiento. Los perros, por ejemplo, no transpiran sino que a través del jadeo regulan su temperatura. Por esta razón, no es aconsejable sacarlos a pasear ni llevarlos a correr durante el mediodía. Asimismo, es recomendable darles comida en la tarde, cuando baja la temperatura. Además, hay que darles agua fresca y limpia, en grandes cantidades. Y por último, nunca los deje en lugares expuestos al sol o en ambientes pequeños.

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