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Celulares y vandalismo son la lápida de teléfonos públicos

Cada vez son menos los aparatos de este tipo en las calles y los que hay suelen estar en mal estado.

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l Cecilia Bastías Jerez

Hace unos años, su presencia en las calles era clave si había que llamar a alguien, pero con el tiempo, los teléfonos públicos han ido desapareciendo y son cada vez menos los que están presentes en la vía pública en las distintas comunas del Gran Concepción. Y de los que aún existen, muchos se encuentran en mal estado, producto del vandalismo de quienes por una u otra razón suelen ensañarse con estos aparatos.

También hay quienes intentan abrirlos para sacar de su interior las pocas monedas que en estos tiempos deben recaudar. Lo cierto es que pese al mal trato que se les da y a la baja en el último tiempo que han tenido en el uso por parte de la ciudadanía, los teléfonos públicos siguen teniendo una importancia que pareciera ser olvidada, pues para momentos en que las líneas de telefonía celular colapsan -como para el terremoto de 2010- son los primeros, al igual que los teléfonos fijos, que retoman sus servicios.

Algunos de estos están en tal mal estado, que ya no se distingue bien si son aparatos que permiten comunicarse con otros por alguna circunstancia, o si están en las calles sólo para dejar sin sus últimas monedas a aquellos que en medio de un apuro recurrieron a estos teléfonos públicos.

Un buen observador de lo que pasa en el centro de Concepción es Héctor Carrasco, quien lustra zapatos en la Plaza de Independencia penquista hace 50 años. Según detalla para él en forma personal lo más práctico es tener un teléfono celular. Y así ha de ser para la mayoría, pero, según lo que ha podido ver, aún hay gente que utiliza las casetas telefónicas. "Yo creo que es bueno que sigan existiendo, porque hay gente que sigue usándolos, sobre todo cuando se les acaba el dinero del celular o no lo andan trayendo" afirmó el trabajador.

Carrasco también comentó que con bastante frecuencia pasa que los teléfonos están malos y que por ello varias personas pierden sus monedas, lo que también desincentiva su uso. "Ahí la gente pierde no más porque la máquina no las devuelve", subrayó.

En una revisión general que realizó La Estrella, por las calles céntricas de Talcahuano, Concepción y Tomé, se pudo constatar que la capital regional es las que más presencia tiene de teléfonos públicos, y en su mayoría figuran con el logo de la empresa Entel.

En cambio en la comuna de Talcahuano, se ven cuatro en la esquina de calles Aníbal Pinto y San Martín, en la Plaza de Armas de la ciudad no hay ninguno y en conversación con distintos choreros, ellos identifican sólo dos puntos más en dónde se encuentra este tipo de aparatos telefónicos.

En Tomé, por su parte, las reparaciones de la Plaza de Armas hicieron desaparecer todos los posibles teléfonos en ese espacio de la ciudad, y en calle Mariano Egaña con Manuel Montt, hay sólo uno que aparentemente está utilizable, lo que no necesariamente quiere decir que en buen estado, ya que el paso del tiempo se nota en su estructura.

Con el crecimiento de la tecnología celular y la modernidad de los nuevos aparatos que hoy sirven más que sólo para llamar, los días de los teléfonos públicos parecen estar contados. Sin embargo, contra lo que pudiera pensarse, no dejan de ser utilizados.

Carla Pinto, penquista, relata que ella vive cerca de la Universidad San Sebastián y que aunque ella no los ocupa, porque tiene plan de telefonía celular, sí se ha dado cuenta que el teléfono público del sector es usado habitualmente. "Eso me ha llamado la atención, me parece que es gente que se pone de acuerdo para juntarse, puede que sean estudiantes", aseguró.

En tanto Viviana Belmar, de Talcahuano afirmó que definitivamente no utiliza teléfono público. "Yo prefiero cargar el celular con el mínimo de dinero que se puede, porque encuentro que es más cómodo. Además mientras uno está buscando el número en el mismo celular, marcando y poniendo la moneda, ya pasó un lanza y se llevó todo. Entonces, no es muy práctico, creo yo".

Valentina Catán, quien tiene un puesto de ventas en la playa El Morro en Tomé, comentó que "yo creo que los teléfonos públicos últimamente no se usan mucho porque todo el mundo tiene celular, pero igual a veces viene gente a mi quiosco a preguntar por teléfonos públicos". Y agregó que "el tema es la mantención. He pensado en tener uno, porque la gente me lo pide no es una idea que descarte". J

l "Para mí es importante que hayan estos teléfonos, porque hay gente que puede no tener para hacer una recarga que como mínimo es de mil pesos y con 100 pesos les basta en uno de estos aparatos. Lo malo es que no los ciudan y después se pierden no más, no los arreglan tampoco, ahí quedan malos no más".

l "En algunos sectores no están muy buenos porque han sido destrudidos. Pero sí los uso, son útiles porque a veces no salgo con el celular o se me acaba el dinero. Yo no quisiera que desaparecieran porque hasta hace poco se me quedó el celular en la casa y tuve que usar uno, encuentro que salvan situaciones".

l "Yo generalmente uso los teléfonos que están al frente de la Municipalidad de Talcahuano, cuando no tengo dinero en mi celular. Pero se nota que ha bajado el uso en a lo largo del tiempo, yo me acuerdo que antes a veces me tocana hacer fila para poder hablar por teléfono, así de distinto era antes".

l "Hace años que no uso telófono público porque sale a cuenta tener un celular con plan. Incluso ya los teléfonos fijos están como eliminados. Uno da el celular porque te pueden ubicar en cualquier parte, ya es escencial, yo no puedo salir de la casa sin el celular, si se me queda, vuelvo a buscarlo".

l "Yo creo que muchas veces hacen falta los teléfonos públicos, porque yo tengo prepago y a veces se me acaba la plata, entonces pongo un par de monedas y puedo hablar. Yo habitualmente transito por Talcahuano centro porque trabajo en aseo y ornato y sí he usado ultimamente un teléfono público".