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Profesores hasta ponen de su sueldo para arreglar escuela

Comunidad escolar se sacrifica al máximo para que sus niños estudien sin problemas.

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La crisis de las bajas matrículas ha comenzado a afectar a la escuela semi rural Fundo Chanco, ubicada en el sector Chaimávida, ya que su directora, Rosa Villena, culpa a la baja subvención recibida de las múltiples necesidades de su establecimiento que no han podido ser resueltas, pese al empuje de su equipo docente y paradocente.

Esta escuela se hizo conocida cuando fue invitada a una gira por los miradores de Concepción, donde conocieron la modernidad de la capital regional que también contrasta con la diaria realidad que viven a pocos kilómetros del centro de la ciudad.

"El problema más grave de la escuela es el tema de la matrícula que ha ido disminuyendo, el colegio no se financia con las subvenciones que hay", explicó Rosa Villena, quien enumeró algunos de las necesidades que tienen, como la sala de profesores, el mejoramiento del cierre perimetral, la biblioteca, la madera de la cual están hechas las salas, la necesidad de un patio techado y con pavimento para que no se inunde en el invierno. "Esta escuela debiera reconstruirse completa", afirmó.

"Tenemos un bus, junto con otras escuelas municipales, esperamos tenerlo el próximo año, es muy importante para mantener matrículas", manifestó la directora.

La Estrella consultó a Olimpia Riveros, secretaria del Colegio de Profesores de Concepción, acerca de las condiciones en que trabajan los profesores de la escuela Fundo Chanco. "En general la comunidad desconoce los grandes esfuerzos, a veces heroicos, por sacar adelante a sus estudiantes, que en ocasiones implica meterse la mano al bolsillo por entregarle a los alumnos un ambiente mejor", señaló, y puntualizó que "el trasfondo es la crisis de la educación municipalizada que no alcanzan los fondos".

Para ir en pro de solucionar el problema de la baja matrícula que es tan grave en los establecimientos rurales como en los urbanos, Riveros indicó que "nosotros como gremio hemos trabajado con los respectivos concejos comunales porque esperamos que no se cierren establecimientos. De hecho ya se ratificó la continuidad de las dos escuelas: Agüita de la Gloria y Fundo Chanco, eso nos deja algo tranquilos".

Son doce los profesores que trabajan en la escuela Fundo Chanco, más una auxiliar y un paradocente, que atienden a cursos desde el medio menor de transición hasta octavo año básico.

Ximena Venegas, profesora jefe de cuarto básico, señaló que "hasta el momento funcionamos con las puras salitas donde hacemos clases, y si un profesor tiene una ventana en que no esté haciendo clases, no tiene dónde estar, a no ser que se meta a la sala de otro profesor por mientras".

Todas las dificultades no son impedimento para dar muestras del cariño que tienen estos trabajadores por los niños que asisten a la escuela. La misma profesora Venegas comenta que "nos preocupamos de los niños, porque a ellos les enseñamos con el ejemplo, entonces mantenemos la limpieza. Las tablas hay que cambiarlas, porque antes había un hoyo que se veía todo para afuera. Mi papá ha venido a maestrear, de a poco arreglamos con lo que se tiene, porque todo lo que mejoramos sale prácticamente del bolsillo nuestro, porque las familias no tienen tantos medios como para pedirles".

Aurora Godoy, educadora de párvulos, detalló que "esta escuela necesita mucha ayuda, en diversos aspectos, el cierre perimetral es una necesidad sobre todo con niños desde los 3 años y 9 meses tan cerca de la carretera. Hay problemas en los baños, vienen, los arreglan y después se echan a perder. Nosotros somos como el circo Chamorro, siempre estamos dando de nuestro sueldo porque muchas veces no pueden los padres".

Fabián Iturra, de séptimo básico y presidente del centro de alumnos, comentó que "la escuela está un poco antigua, porque hay salas en que los vidrios están trizados. Hay salas que tienen hoyos en el piso, en el techo y a veces se gotean. No tenemos una biblioteca, pero igual nos arreglamos con un mueble en la sala y les ponemos libros. La cancha está llena de puras piedras y cuando llueve queda con barro".

Tania Bustamante, de octavo básico, por su parte, señaló que "falta terminar de pintar la escuela, los baños hay que arreglarlos". Su compañera de curso, Yislein Nova, puntualizó que "hay pocos baños. El techo en algunas salas está roto, hay otras donde no hay vidrios". En la misma línea, Giuliana Medina agregó que "falta un cercado nuevo, más baños porque son muy pocos, y el patio hay que pavimentarlo".

Silvia Rebolledo, apoderada, indicó que "falta el patio techado, más baños, y que hayan duchas para después que hacen educación física. De los profesores no se puede decir nada, ellos siempre están atentos de los niños". J

l El 10 de marzo del 2000, falleció un alumno de la escuela mientras cruzaba la carretera que está inmediátamente afuera del establecimiento. Por eso se construyó una pasada bajo nivel, como un túnel que conecta la salida de la escuela con la berma del frente. El nombre de esta construcción es "Matías Rivas", por el pequeño fallecido. Esta puerta se abre sólo en el horario de entrada y salida de clases, lo que ha brindado algo más de seguridad a los pequeños que se desplazan hacia y desde la escuela.