La quebrazón de vasos, botellas y sillas desparramadas fueron el fiel reflejo de la desazón que sintieron anoche cientos de hinchas cruzados en el bar "Barrabás" de Concepción, luego que el juez Jorge Osorio diera el pitazo final en la cancha del Nacional, decretando el primer título en su historia para O'Higgins tras el triunfo 1-0 sobre la UC.

Y es que en cada local penquista, los colores de la franja eran lo único y, salvo uno que otro simpatizante del "Capo de Provincia", no había hincha que no fuera de la UC. Pero terminaron sufriendo y apenados por quedar nuevamente en 2º lugar, tal como ocurrió hace seis meses, cuando perdieron el título por diferencia de goles a manos de Unión Española.

La final para los cruzados fue un verdadero parto, pues en los primeros 15 minutos no agarraban la pelota y era O'Higgins el que llegaba con más peligro.

Pero a partir de los 20