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Feligreses celebraron en masa a la Virgen María

Unos subieron caminando y otros de rodillas como Verónica Morales.

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Hace seis veces que Verónica Morales sube el cerro La Virgen para el Día de la Inmaculada Concepción. Claro que no lo hace caminando, sino que de rodillas. ¿Su motivación? Mantener con vida a su madre. "En la mañana dijo que mientras conserve a mi mami con salud y vida iba a seguir subiendo", contó su hermana Patricia, quien la acompañó y motivó cada momento.

Sin cansancio y a punto de llegar al santuario, Verónica contó que empezó de rodillas en la parte de tierra del camino. "Duele pero lo vale. Por mi mamá lo hago hace dos años; por mi papá lo hice antes. Se lo prometí a la Virgen hasta que mi mamá tenga salud", dijo haciendo un alto en su subida. Agregó que "sé que mucha gente no está de acuerdo, pero es mi fe, mi pago en realidad. Estoy orgullosa, como que no duele. Llegas arriba y ya pasó. Mientras mi mamá esté relativamente bien, lo voy a hacer".

Como Verónica fueron miles los fieles que subieron el cerro La Virgen y participaron de las misas durante toda la jornada, así como de la procesión encabezada por el arzobispo monseñor Fernando Chomalí, que salió de la Catedral, recorriendo las calles penquistas con la imagen de la Virgen María. J

l Adiós zapatos de taco, plataformas y pantalón de tela. Ayer, los fieles que subieron el Cerro La Virgen prefirieron la comodidad y aprovechar de hacer un poco de ejercicio al ascender a las misas o a pagar mandas.

Es por ello que no fue raro ver a varios con calzas, zapatillas cómodas para running, polerones y poleras, más un par de audífonos conectados al celular o el MP3 para hacer la caminata más rápidamente.

Asimismo, muchos optaron por subir en bicicleta al cerro, a pesar de que la pendiente es pronunciada. J

l Ya fuera antes o después de subir el Cerro La Virgen para una nueva conmemoración de la Inmaculada Concepción, los feligreses aprovecharon también de visitar y comprar uno que otro recuerdo los puestos que se instalaron tanto en la subida del cerro, como en las calles aledañas (Lientur y Barros Arana). Acá se podían ver desde las espigas, velas, calendarios, pan amasado, agua mineral venta de ropa, comida rápida, accesorios navideños, pósters hasta poleras de grupos metaleros.

"Este año estuvo un poco lento, lo más probable es que haya sido por el frío", Jéssica Contreras, quien en su local de ropa tenía promociones con los trajes de baño a mil pesos y los bikinis a 500 para los fieles que empezaron a llegar más masivamente pasado el mediodía.

Por otro lado, debido a las bajas temperaturas de ayer y sus chubascos, los que más complicados fueron los heladeros que el calor no los acompañó, frente a un automóvil que vendía cafés de máquina como loco. J