El dramático rescate de las mascotas del incendio que destruyó cuatro casas
Veinte personas, incluyendo niños, quedaron en la calle tras gran incendio.
La esquina de las calles Carrera con Membrillar, durante la madrugada de ayer, se convirtió en un verdadero infierno. Cinco familias de Penco despertaron pensando que habían caído dentro de una pesadilla, pues sus casas se quemaban sin control. Llenos de impotencia, hicieron hasta lo imposible por recoger algún objeto, pero el fuego, lamentablemente, no se los permitió. Lo que sí alcanzaron a sacar desde las llamas fue a sus queridos animalitos.
A la mañana siguiente, el panorama era desolador. María Jimena Arriagada se encontraba en la calle junto a su guagua de dos años de edad. Ella tenía la cara manchada de negro, por el humo y las cenizas. "Sentí los gritos de mis vecinos y tomé en brazos a mi hijo pequeño y arranqué hacia la calle. Desde ahí vimos cómo el fuego subía y subía, hasta que alcanzó nuestra casa", dijo con dolor.
Mientras las cuatro familias esperaban ser trasladadas a algún albergue o recibir algún tipo de ayuda por parte de la municipalidad, también se preocupaban de sus mascotas. Por ejemplo, un gato, llamado "Niño", resultó con su pelaje chamuscado y esperan que algún veterinario los ayude. Lo mismo pasó con una camada de seis cachorros y su madre, que sobrevivieron debajo de una de las casas. Por otro lado, bomberos salvó a una quincena de canarios desde una vivienda vecina.
Ruth Pincheira, dueña de la casa en donde habrían comenzado las llamas, contó que, según le indicaron las autoridades encargadas de la investigación, el fuego pudo haber surgido a partir de un cortocircuito.
La mujer perdió todo y al igual que el resto de los veinte damnificados, no contaba con ningún seguro. "Mi hija, además, perdió el computador en donde tenía guardada su tesis de Kinesiología. Estaba a punto de entregarla. Quedamos con lo puesto", dijo con evidente pesar y dolor por esta tragedia. J
l Junto a todas las compañías del Cuerpo de Bomberos de la comuna del amor, también asistieron en apoyo carros provenientes de Concepción y Hualpén, ya que el trabajo se dificultó por diversos motivos, incluyendo el ligero material con el que estaban construidas las casas y la rotura de una matriz de agua en medio de los trabajos, lo que dejó a los voluntarios sin presión.