Quienes conocieron a Miguel Paredes Riquelme (72), un conocido y querido abuelito de Hualqui, sólo describían su muerte como una horrible e inesperada tragedia. El anciano murió tras ser arrollado por el Biotrén a pocos metros de llegar al cruce de Periquillo.

Temprano por la mañana, Miguel salió de casa cargando un bolso y unas garrafas vacías. Como era su costumbre, salió a recorrer las laderas de los cerros en busca de hojas y hierbas para hacer infusiones y también agua de las vertientes del sector.

De acuerdo al relato de lugareños, el anciano siempre caminaba por el costado de la línea férrea, pues explicaron que estos serían los mejores lugares para encontrar lo que él andaba recolectando.

Por desgracia, el hombre no se percató que un tren se acercaba desde Hualqui hacia Concepción y, tras una curva, se desató el terrible accidente.

Los ocupantes del tren sintieron el impacto y el abrupto frenar de la máquina en medio del camino. De inmediato se dieron cuenta de lo ocurrido y, consternados, descendieron de la máquina para continuar con sus rutinas, pese al impacto que significó para ellos.

Por otro lado, los trabajadores que se encuentran construyendo el nuevo acceso a Hualqui, también llegaron a ayudar, pero lo que pudieron hacer fue poco. Según indicaron a La Estrella, cuando llegaron a un costado de la línea, el hombre ya se encontraba sin vida.

Rápidamente, se inició un operativo policial en el lugar, instruido por el fiscal Guillermo Henríquez.

"Por el momento, estamos trabajando sobre distintas hipótesis, tratando de dilucidar si la persona cruzó la vía en forma imprevista o si venía caminando por ella. De acuerdo a los datos preliminares, existe una curva en el lugar exacto en donde habría ocurrido el accidente, lo que junto a una densa vegetación, habría dificultado la visión del conductor", indicó el fiscal a cargo de la investigación.

Su familia fue informada del hecho minutos más tarde y el dolor fue enorme. Lo mismo con sus cercanos, ya que era un conocido vecino de Hualqui. J

l En el lugar trabajó personal de la Sección Investigadora de Accidentes de Tránsito (Siat). Desde allí, el teniente Robinson Benelli, indicó que "una larga curva hacia la derecha no le habría dado tiempo de reacción al maquinista. Además, se está trabajando en las distancias y proyecciones para dar con el lugar en donde ocurre el impacto y establecer las causas basales de hecho".

l Daniel Muñoz (44) repartía las cuentas del agua por los pasajes de Hualpén desde temprano. Cerca de las dos de la tarde, al llegar a la esquina de Grecia con Nápoles, escuchó una pelea de perros a una cuadra de distancia. Por supuesto, sintió temor, pero ni el instinto lo salvó de lo que venía. Dos pitbulls aparecieron de la nada y, como todavía estaban agitados, las emprendieron contra Daniel.

Las mandíbulas de los animales aprisionaron los brazos del cartero. Él apenas se pudo mantener en pie y, mientras caía, se defendía con sus extremidades superiores en medio del ataque de los animales, un macho y una hembra.

Los vecinos, desconcertados, no sabían cómo ayudar sin ser atacados también. Pidieron ayuda a las funcionarias del Centro Veterinario Hualpén. Allí las técnicos buscaron cadenas y lograron sujetar a los canes, dando espacio para la atención de Daniel. Carabineros realizó el procedimiento en el lugar y se espera que la investigación continúe a través de Fiscalía para conocer el destino de ambos perros.

Daniel Fuentealba, supervisor del afectado, expresó que el trabajador fue llevado con heridas graves a la Mutual de Seguridad. Indicó que, en la medida que conozcan más antecedentes de la investigación interpondrán estudiarán las acciones judiciales que correspondan.

El propietario de los canes, en tanto, prefirió no realizar ninguna declaración a la prensa.

Quién sí conversó con La Estrella fue Daniel Muñoz, el cartero agredido. Por la tarde fue derivado a su casa, en donde relató que "ellos se me tiraron altiro a morder. Tuve que luchar. Se me tiraron al cuello y ahí me protegí con los brazos y me sacaron un pedazo. Me quedó como un colgajo de carne y se me veía todo para adentro". "Sentí que iba a morir. Gracias a Dios pudieron rescatarme", añadió.

El afectado recibió el tratamiento antirrábico y deberá asistir a médico regularmente. J

l Conmoción se vivió la tarde de ayer en el sector de calle Ernesto Riquelme, en Curanilahue, donde un principio de incendio afectó a una vivienda en la que habitan cuatro adultos y un bebé de sólo 10 días de vida. La rápida acción de vecinos y familiares, sumado al trabajo de Bomberos, impidió que la situación pasara a mayores.

Según el relato de una de las afectadas, ella se encontraba durmiendo una siesta junto a la guagua, de la cual es su abuela, cuando vecinos le alertaron que salía humo de la casa. Al bajar desde el segundo piso, la mujer se dio cuenta de que había fuego y humo en una pared de madera del living-comedor. Rápidamente un vecino llamó a Bomberos, mientras otras personas ayudaban a apagar las llamas.

Hasta el lugar concurrió personal de Bomberos de Curanilahue, quienes terminaron por controlar completamente la situación y ventilar el humo presente, por lo que sólo hubo daños menores que lamentar en la vivienda. En tanto, funcionarios del municipio evaluarán el tipo de ayuda social que corresponde para la reconstrucción del inmueble dañado por el fuego. J