A los 68 años de edad, Marcelo Tapia fue cuarto en Mundial de Porto Alegre.
Su mate y un repetitivo "papito" son dos de las tres cosas que no se "despegan" de Marcelo Tapia. La otra es su pasión por el atletismo, que practica desde las 15 primaveras y que entre el 16 y 27 de octubre lo llevó al Mundial Master de Porto Alegre, Brasil, obteniendo un inédito cuarto lugar para un penquista en el pentatlón de lanzamientos, categoría 65-69 años.
"Puse en apuros a los europeos, tanto que hasta último momento marchaba en tercer lugar, pero como llovía resbalé en dos de los tres intentos del implemento final", indicó Tapia, quien es profesor y magíster de Educación Física, y quien si bien jubiló hace ocho años, hace cinco volvió a trabajar dictando clases en la Universidad Andrés Bello.
Así el deportista de las filas de Asecon (viajó al Mundial junto a otros diez atletas de dicho club) terminó siendo superado por un noruego, estonio y polaco en la disciplina que consiste en lanzar el martillo, bala, disco, jabalina y martillete, todo en un día y en ese orden.
"Sumé 3.556 puntos, y el tercero 3.650", detalló quien fue uno de los casi 300 chilenos que viajaron a una torneo que contó con 4.500 competidores de 60 países.
"Físicamente, mis rivales eran tipos casi de otro planeta. Ni te cuento con las zapatillas que andaban. Ello hace más valioso mi cuarto lugar", afirmó quien entre 1986 y 1993 tuvo el privilegio de trabajar como PF en el Real Valladolid de España, y al lado de técnicos como Vicente Cantatore y Xavier Azkargorta, labor que en el segundo quinquenio de la década de 1990 replicó en el Fernández Vial que comandaba Pedro Lucio Olivera.
"Creo que los ocho años que estuve en España me ayudaron a entender de mejor manera la mentalidad competitiva de mis rivales europeos", manifestó Tapia, quien entre 1974 y 1986 laboró en una de las entidades que marcaron un hito en el atletismo local y nacional: la Asociación Atlética Lota Schwager, donde contribuyó a formar campeones sudamericanos, como Juan Carlos Fuentes en los 110 metros con vallas, y Francisco Pichott en el salto triple, cuyo récord chileno de 16,37 metros se mantiene en pie desde 1982.
"El de Porto Alegre fue mi primer Mundial, y lo que hice en él fue un incentivo para llegar aún en mejor forma al próximo, que será el 2015 en Francia. El año venidero, eso sí, pretendo ir al Sudamericano de Medellín, Colombia", dijo el atleta, quien acotó que "acá nos faltan competencias de nivel para seguir mejorando. Lo otro es entrenar de manera regular, pero eso es algo ya de cada uno".
Al respecto, el deportista predica con el ejemplo, pues de lunes a sábado no para de entrenar durante al menos hora y media en el Estadio Atlético Militar.
Esa preparación física y técnica la complementa con sus obligaciones familiares y con su labor de profesor de dos asignaturas ligadas al deporte rey: Teoría del Entrenamiento y Atletismo. J