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La historia de la española que renació de las cenizas

Emprendedora tiene todo tipo de congelados del mar en su negocio de calle Las Heras. No para de crecer.

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El incendio que en enero de 2010 destruyó por completo La Vega Monumental, no fue obstáculo para que la española Almudena Maleras volviera a ponerse de pie y perseverar en el que era su negocio de ventas de congelados. Esta oriunda de Santander, radicada hace más de veinticinco años en Chile, se especializó en los productos del mar que hoy vende en calle Las Heras 431 en Concepción. Su negocio, "Caleta Queule", va viento en popa y muestra una gran variedad de productos entre los que destacan la reineta, merluza, corvina, congrio, salmón, trucha y blanquillo, entre otros. "Ha sido un lindo desafío y nos estamos expandiendo poco a poco con venta cruzada, es decir, también ofrecemos productos gourmet para acompañar un plato principal. Nuestra clientela lo agradece pues aquí encuentra lo necesario para elaborar un plato de primer nivel", señala.

Almudena también cuenta que está incursionando en la preparación de platos preparados congelados, donde destaca la tortilla española, el pimiento relleno, tortillas merkén o tortillas de cebolla. "También hacemos despachos de nuestros productos, los que entregamos a domicilio. Somos proveedores de varios locales y si alguien quiere realizar pedidos, se pueden hacer al teléfono 2521991", señaló.

Destacan también en las vitrinas los camarones ecuatorianos, carne de jaiba o aros de calamar. "Tratamos de trabajar con la mayoría de productos elaborados en Chile, pero también ofrecemos pescados que vienen desde China o de Ecuador. Este tipo de comidas es tremendamente saludable, consumir pescados reduce el riesgo de contraer diabetes, de sufrir accidentes vasculares y otros trastornos cardíacos", manifestó.

Después de visitar el local que abre desde las 9 de la mañana hasta las cuatro de la tarde, es claro que la pasión por lo que hace Almudena se lleva todos los aplausos. Se nota la preocupación y la calidad de sus productos, además de la excelente atención en perfecto "español" de esta emprendedora a la que ni el incendio de la Vega fue capaz de derribar. J