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Conozca como es la vida en el primer condominio exclusivo para adultos mayores de Chile

Este condominio donde solo viven adultos mayores nos abrió sus puertas y mostró cómo se vive en este paraíso.

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Casi como un oasis entre la urbanización de San Pedro de la Paz, un grupo de abuelitos detuvo el tiempo y el progreso para vivir en el primer condominio para el adulto mayor del país. Entre televisores antiguos, huertas y tejidos, crearon un mundo aparte que pasa desapercibido para la mayoría de quienes transitan por Michaihue.

Las viviendas fueron inauguradas hace diez años y de los primeros que llegaron a ocuparlas, sólo quedan unos pocos. Luisa (76), fue de las pioneras en mudarse desde Talcahuano, aunque la alternativa permitió que llegaran nuevos vecinos de todas las comunas. El principal requisito: tener una edad avanzada y una baja renta.

"Yo antes vivía en una pieza que era una ratonera por la que, más encima, tenía que pagar. Entonces empecé a inscribirme en programas y, tres meses después, ya estaba lista con estas casas que entregaba el Serviu por esos años. Fue el primero en Chile y como tuvo buenos resultados, se hicieron más acá en la región y el resto del país", explicó Luisa.

Mientras caminaba por el condominio, mostrando cada uno de sus rincones y lugares que a los residentes del lugar llenan de orgullo, la experimentada vecina agregó que "desde ese entonces, hemos avanzado mucho. Si bien algunos se nos han ido, siempre estamos creciendo. Hoy en día somos 20 personas, 14 mujeres y seis hombres... aunque ni sumándolos a todos hacemos uno", contó Luisa entre bromas, ya que según ella, es la reina de los chistes del condominio.

Junto a las quince casas, los abuelitos cuentan con una sede social que se ha transformado en su orgullo. Allí realizan talleres de baile, organizan paseos y arreglan cualquier conflicto del barrio mientras toman once o un mate por la tarde. "Oiga, si aquí qué no hacemos. Si hasta nos llegamos a sacar la ropa y bailamos arriba de las mesas. ¡Nos falta el puro caño!", agregó entre risas con su ánimo dicharachero.

Según explicó Luisa, todo lo han ido consiguiendo ha sido a través de su ingenio y porque son bien movidos. Por ejemplo, no se pierden ningún programa de gobierno y siempre están postulando a proyectos para ir acomodando su sede social. Así cuentan con sillas, mesones, guitarras, juegos de azar y hasta unos cómodos sillones para tejer y ver televisión en grupo.

El día a día en el primer Condominio del Adulto Mayor en Chile es un ejemplo para quienes viven en comunidad. Hoy en día, Concepción se ha ido llenando de este tipo de viviendas. Sin embargo, la mayoría de quienes viven así, apenas se hablan o comparten con el resto. En general, el principal vínculo que tienen son los gastos comunes. Pero para ellos, la cosa no funciona así.

"Cada tarde, pasamos por las casas juntando la plata para que todos tomemos oncecita. La cuota es de 200 pesos. Y con eso compramos todo lo que falta. Y mientras compartimos, es el momento en que nos ofrecemos claridad sobre los problemas y aclaramos cualquier asunto", señaló Luisa. "Nosotros los viejitos somos re buenos para las copuchas, así que esos tetes son pan de cada día. Pero no nos hacemos muchos problemas. Si la idea no es andar peleando a esta edad, entonces ese es el motivo principal por el cual nos juntamos", añadió, explicando que entre tanta conversa lo que más les da es hambre.

Rosa Ávila llegó al sector después del terremoto y se supo adaptar a la comunidad rápidamente, pues le encantó la forma en la que viven: a la antigua y con las cosas bien claras. "Aquí se vive normalmente, pero para quien viene de afuera, entiende que es un entorno distinto. Cualquier diferencia, se aclara. Los conflictos no faltan cuando alguien dice: 'Fíjese vecina que dijeron que usted era media mañosa, o que vieron a tal señora saliendo con fulano de tal'. Esas copuchas cotidianas se arreglan puro conversando, no más. Así debería ser en todos lados", afirmó.

Rosa, otra de las habitantes del condominio mostró su casa a La Estrella y aseguró que allí creó su pequeño paraíso en el terreno que le tocó. Relató que las casas son muy cómodas y que lo que más le conviene, es no tener que pagar arriendo. Sólo cancela el agua, la luz y el gas. En su patio, tiene plantadas lechugas, apios, repollos y hasta un sistema para hacer abono a partir de lombrices. "Este condominio me permite sentirme muy realizada, porque puedo tener una vida tranquila y que, muchos de aquí, no hubieran tenido de no haber sido por esta iniciativa", sostuvo.

Las máximas preocupaciones que tienen, las arreglan en grupo en la sede social. Pero también se ayudan. Por ejemplo, ayer, entre todos, llevaban planchas metálicas para arreglar los muros. "Es que ha pasado harto tiempo desde que los inauguraron en 2003, entonces de repente se necesita que le echemos una manito de gato al condominio. Bueno, igual que a una no más", decía Luisa.

Por estos días, la veintena de abuelitos ya se está preparando para celebrar las Fiestas Patrias. Junto con tener la sede ya decorada, Rosa tiene listo el horno en su patio con el que se luce con las empanadas. Contó que espera además recibir a sus hijos y nietos, pero que ellos no se pueden quedar en casa.

"El sistema en el que vivimos permite que aquí residamos sólo los adultos mayores. Si invitamos a alguien, puede quedarse a pasar la noche por el máximo uno o dos días. Ahora, si llega algún familiar desde lejos, tenemos que pedir un permiso especial. Eso se hace a través del Senama, ya que ahora ellos son quienes están a cargo de nuestro condominio", aclaró Rosa.

Mientras la comuna de San Pedro de la Paz sigue creciendo a pasos agigantados, ellos caminan tranquilos por su pequeño condominio. Aseguran que nunca han tenido un problema en Michaihue y que harta gente conoce la historia del barrio. Lo único que piden, es que el Centro de Salud Familiar que está justo al lado, los tome más en cuenta. "Por nuestra edad, tenemos muchos problemas y necesitamos remedios, o que nos den una buena atención. Pero hay veces en que tenemos vecinos enfermos y aunque están en la casa de al lado (que era parte del condominio), no nos vienen a ver", puntualizó Luisa. J