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Dolor por trágico accidente en colocación de mástil de bandera

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La ciudad de Cañete se preparaba para lucir su mejor cara para los festejos patrios, sin embargo, todo cambió con la trágica muerte de dos trabajadores que intentaban levantar un mástil metálico. Estos esforzados hombres sufrieron una feroz descarga eléctrica, mientras realizaban dicha faena, la que puso fin a sus vidas y dejó a otros tres con heridas de cuidado.

Alrededor de las once y media de la mañana del sábado una cuadrilla municipal estaba laborando en la esquina de la Ruta Longitudinal con la prolongación de calle Esmeralda cuando se desató esta tragedia que hoy enluta a la llamada ciudad histórica.

Como Héctor Matamala Villa, de 53 años de edad, fue identificado el trabajador que falleció en el mismo lugar. En tanto, pese a los esfuerzos médicos al interior del hospital "Ricardo Figueroa González" murió Ricardo Andrés Sánchez Flores, de 30. Otras tres personas fueron derivadas de urgencia hasta el Hospital Regional de Concepción y el Hospital Clínico del Sur, lugar donde, hasta ayer, sólo uno de los trabajadores permanecía internado, evolucionando positivamente y fuera de riesgo vital.

El chofer del camión municipal, que ayudaba a levantar el pesado mástil, contó a La Estrella lo sucedido. "Yo iba hacia atrás lentamente para poner el mástil y había tres personas arriba del camión levantando y otras abajo cuando de pronto, sin darnos cuenta, la punta del mástil tocó el cable con corriente".

Óscar Carrasco, dueño de la empresa Serfocar, a cargo de estos trabajos, señaló que "ellos tenían sus guantes y todo lo necesario para cumplir estas tareas, y creo que el municipio también había tomado los resguardos para desarrollarlos".

Por su parte, el alcalde Cañete, Abraham Silva, junto con lamentar esta tragedia, precisó que se iniciaron de inmediato las investigaciones sumarias para determinar responsabilidades. "No hay precisión acerca de lo acontecido y se entiende que se habían tomado los debidos resguardos para efectuar estas labores. Acá si hay responsabilidades deberán ser asumidas, ya que hay dos familias sufriendo por un accidente perfectamente evitable y que por cierto tiene a toda una comunidad acongojada", apuntó el jefe comunal.

Es materia de la investigación que lleva adelante la fiscalía cañetina, precisar si los trabajadores fallecidos contaban con los elementos necesarios para efectuar este tipo de maniobras. En este sentido, el Ministerio Público instruyó diligencias al Laboratorio de Criminalística y a la Brigada del Crimen de la Policía de Investigaciones efectuar todos los peritajes tendientes a esclarecer las circunstancias en que se produjo este accidente.

Mientras los especialistas trabajan para aclarar el hecho, las familias afectadas velan a sus seres queridos y por su parte el municipio, aunque no decretó duelo comunal, explicó que las jornadas dieciocheras continuarán tal como estaban planificadas, pero se realizarán los correspondientes minutos de silencio y el pabellón patrio en los actos de estos días, se izará a media asta como una señal para acompañar a las familias de los dos trabajadores que murieron realizando estas labores de preparación de las actividades dieciocheras.

La tragedia caló hondo en toda la ciudad, pues ambas víctimas fatales eran muy conocidos por sus labores en la municipalidad. Ayer, a pesar del cielo gris y las bajas temperaturas en Cañete, se pudo ver a muchas personas con arreglos florales en dirección a la Iglesia Ejercito Evangélico de Chile, en la población Sargento Aguayo, lugar donde fue velado Ricardo Sánchez.

Su familia estuvo permanentemente acompañada por sus amigos cercanos y a su dolor, se sumaron otros habitantes de la comuna que compartieron la pena por el lamentable accidente que le quitó la vida al esposo y padre de la pequeña Emilia de un año y un mes de edad.

"Nos conocimos por amigos en común, nos enamoramos, pololeamos 10 meses y nos casamos. Llevábamos un año y medio casados. Cuando era más joven le gustaba mucho jugar a la pelota, ahora no tanto, pero siempre fue muy hiperkinético, amante de los animales y el campo. Creía que podía hacerlo todo, por eso mismo, tenía buena disposición. Era muy cariñoso, especialmente con su hija, ella eran sus ojos, hablaba todo el día de su hija, además se parecen mucho", dijo Victoria Navarro, esposa del joven trabajador.

Sánchez no llevaba más de un mes trabajando para el municipio, de hecho, fue uno de los funcionarios que se ofreció para colaborar en el embellecimiento de la comuna para estas Fiestas Patrias.

"Como era con toda la gente, era con la familia. Cariñoso, amable y buen hermano. Él tenía un carácter para todo el mundo. Sí tenía que decirte algo te lo decía a la cara, sí le caías mal, si hacías algo bien o mal, te lo decía sin dudarlo. Últimamente estaba feliz porque su hija estaba empezando a caminar, tenía su foto en Facebook y todo lo que hacía era por su hija. Desde muy niño fue muy trabajador, por eso sólo dejó buenas enseñanzas", dijo Ramón Sánchez, hermano menor de Ricardo.

Sus funerales se realizarán hoy al mediodía, en el Cementerio Municipal, tras el responso fúnebre que se llevará a cabo en la Iglesia del Ejercito Evangélico de Chile a las once de la mañana.

En tanto, el cuerpo de Héctor Matamala, trabajador que falleció tras recibir una descarga eléctrica directa estimada de 23 mil voltios, fue derivado hasta el Servicio Médico Legal de Concepción, pues falleció inmediatamente en el lugar del accidente.

Ayer y tras realizarse las pericias correspondientes, sus restos fueron trasladados hasta Cañete donde llegó cerca de las tres de la tarde. Ya en su tierra natal, el cuerpo del malogrado trabajador fue llevado directamente hasta la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, donde fue velado en compañía de sus familiares más cercanos.

"Era muy trabajador y cariñoso, muy bueno. Él siempre me acompañaba a mis controles médicos y ahora voy a tener que hacer mis trámites solitas, especialmente cuando vaya a Concepción a ver al médico, con él me sentía acompañada. Como todas las mañanas, se despidió con un besito y con todo hecho: la estufa prendida, la tetera hervida y la taza de leche con mis remedios. Esto es tan injusto, no fue Dios quién se lo llevó, fue el accidente", dijo con tono de profunda tristeza, Lucía Montoya, esposa de Héctor Matamala, con el que llevaba 27 años de casados y tenían dos hijas.

La cónyuge de la víctima fatal, padece de artritis y artrosis, patologías que dificultan su desplazamiento e independencia. Vivían solos, por lo que hace muy poco, el trabajador fallecido, había aprendido a manejar y adquirido una camioneta, para facilitar los traslados de su esposa.

"Mi padre era un hombre muy responsable y trabajador. Ése día se levantó cerca de las siete y media de la mañana para ir a trabajar (...) no se si sirva de mucho saber quién es el responsable, ya que eso no lo regresará a la vida", enfatizó Pamela Matamala, su hija.

"Vamos a pedir que se investiguen en profundidad las circunstancias del accidente donde mi papá falleció. Queremos que se haga justicia. No podemos creer todo esto y haremos que los culpables paguen", enfatizó Yoselín Matamala, otra de sus hijas.

Los funerales de Héctor Matalama, también se realizarán hoy, a las cuatro de la tarde en el CementerioMunicipal de Cañete, tras el responso en la iglesia mormona. J