Roja del '73: La ideología que se mantuvo unida
Chile vivía duros momentos y el país estaba dividido, menos la selección chilena.
En estos días en que el calendario retrocedió 40 años, el fútbol demuestra que la unión no sólo hace la fuerza, sino además hizo un sólido plantel. La selección chilena de 1973, liderada por Chamaco Valdés, tuvo distintas ideologías dentro del camarín, pero en ningún momento tuvo desunión.
-Esos futbolistas vivían en una burbuja, apunta con argumentos Luis Urrutia, alias Chomsky, testigo del proceso que los encaminaba al Mundial de Alemania '74. En el lado izquierdo de la Roja, dice Chomsky, estaba Carlos Caszely, goleador ligado a las juventudes comunistas y que realizó trabajos voluntarios con Gladys Marín. En el lado derecho figuraba Elías Figueroa. Con Caszely estaban el Pollo Véliz y Guillermo Páez. Incluso el DT Luis Álamos y el utilero Chamuyo Ampuero, sindicado como el elemento de izquierda más dura. Pero no hubo una sola discusión política en el grupo.
-Quizás afectaba el desabastecimiento o lo que podía suceder con algún familiar, pero nada más. El plantel no estaba politizado- recalca Chomsky.
Leopoldo Vallejos, arquero de la Roja 73´, declara que nadie se metía en los pensamientos políticos del otro. En el camarín no había derecha o izquierda. Sólo habían futbolistas que querían ir al Mundial, derrotar al último escollo: justamente la Unión Soviética, no pensar en Allende o Pinochet. "Pensar en Chile", redondea Figueroa. "Yo siempre pienso primero en Chile", agrega inspirado. "Dicen que soy de derecha: yo sólo soy chileno", concluye.
Incluso si uno le pregunta a Vallejos por la facción de Caszely, es decir, por el entorno allendista de la Roja, el ex arquero enmudece. Y si uno le pregunta por Figueroa, líder del foco pinochetista, enmudece otra vez. Sólo culmina con una frase asqueada: "Me carga la política". Y no dice más.
-¡Pero si Vallejos era un pelusón! ¡No tenía idea de nada!- lanza Chomsky. Según el periodista, hoy la moda es emitir declaraciones correctas sobre el pasado. "El Pollo Véliz, por ejemplo", cita Chomsky, "cuenta cosas que hizo tras del 11 que son heroicas. Que le iba a dejar comida a los detenidos del Estadio Nacional y qué sé yo. Y en ese tiempo nunca fue al Nacional". Chamaco Valdés, admite, sí fue al Estadio Nacional, acompañado de Ricardo Liaño, a liberar al ex jugador Hugo Lepe. Nadie más.
Hasta Caszely, enfatiza Chomsky, ha dicho que el partido con URSS en el Estadio Nacional -que, por motivos políticos, contó con la ausencia de la Unión Soviética- fue la vergüenza deportiva más grande de su vida. Pero Chomsky lo recuerda así: "El gol sin rivales de Valdés lo puso como loco. Caszely entró como orate al arco y recogió la pelota en éxtasis". Y reitera: "Ahora uno puede encontrar como 20 mil futbolistas que se la jugaron por la UP. Es como todos esos bomberos mayores de 60 años que dicen que sacaron el cuerpo de Allende", finaliza. J
lLo que sí está comprobado era la unión del equipo en momentos que al país lo dominaba la desunión. "Nos importaba hacer feliz a la gente, nada más", confiesa Elías Figueroa. "Nadie habló de política en el camarín", ha dicho Vallejos. "Era un plantel extraordinario, quizás el más talentoso de todos los tiempos", analiza Chomsky. Al final llegaron al Mundial, pero no hicieron historia, pero pasaron a la historia justamente por su unidad.