AOIR: abriendo un nuevo sentido para los sonidos
Valentina Villarroel y Camila Arzola dieron vida hace cuatro años a este particular laboratorio sonoro.
Los sonidos no sólo pueden ser perceptibles al oído. También pueden evocar imágenes y sensaciones que son particulares para cada persona. Algo que hoy por hoy, muchos parecen olvidar. Sin embargo, apreciar el sonido es algo que motiva a la penquista Valentina Villarroel, quien desde hace casi una década se dedica a la experimentación sonora y, junto a la artista visual santiaguina Camila Arzola, conformó hace cuatro años el Laboratorio Sonoro AOIR.
¿Cómo surgió esta inquietud? Valentina relata que "tocaba en bandas y luego de eso empecé a experimentar con otro tipo de instrumentos, como sintetizadores, y empecé a descubrir que se podían fabricar algunos dispositivos de sonidos, como osciladores, generadores de ruidos, de sonidos y me interesó mucho la música experimental. Entré de lleno a eso y empecé en la fabricación de estos dispositivos, a adentrarme en este mundo, a crear música mediante aparatos, objetos, sintetizadores, máquinas y así fue ocurriendo todo. Más adelante empecé a hacer talleres, instalaciones sonoras. Todo esto lo unimos en el laboratorio AOIR".
Las instalaciones sonoras, explica, son exposiciones de arte en galería, donde se puede realizar un montaje. Acá, en vez de exponer pinturas, existen objetos que emiten algún sonido, ya sea tocando algo, rozando, o también puede ser una instalación sonora mediante la reproducción de audios, de sonidos, altoparlantes.
La apuesta ha resultado atrayente para el público.
Según la penquista, "la idea de nosotras es seguir y acercarnos a los jóvenes para que puedan llegar a hacer arte con esta disciplina que es el arte sonoro".
Las sensaciones
Otro de los proyectos que tienen Valentina y Camila es el Mapa Sonoro del Biobío. Esta es una plataforma web que abarca todos los sonidos de la región. "Este está abierto a toda la gente que quiera registrar algún sonido característico, que quiera resaltar, denunciar, subirlo a esta plataforma mediante llenar un formulario y ya sería parte de ese mapa. Es un mapa colaborativo, está abierto a todas las personas", señala.
El sonido no sólo evoca percepciones, sino que lugares e imágenes. "Es muy de evocar, de la memoria, del recuerdo. El sonido, para nosotras, tiene todas esas importancias o sensaciones que nos llegan", comenta.
Esas sensaciones son las que la gente ha podido despertar cuando son parte de los talleres que desarrollan. En estos, las personas fabrican micrófonos de bajo costo y "pueden utilizarlos para acompañarlos con sus cámaras fotográficas o grabadoras personales. O la creación de instrumentos sonoros que emiten sonidos".
"El taller de Caminata -añade- trata de crear una conciencia en el público de darnos cuenta más, de percibir de lo que estamos rodeados, que tenemos y cómo podemos ayudar en relación al medio ambiente mediante la escucha, describir mejor el entorno en el que estamos. El sonido es algo muy personal, a la gente le causa algo muy de motivo, de relajo o conexión con ellos mismos. El acto de escuchar da algo para reflexionar, para estar más conscientes", dice la gestora, quien invitó a la gente a seguirlos en Facebook como AOIR Laboratorio Sonoro e informarse de sus talleres y conciertos sonoros visuales.
Esta semana, en el marco del Día Mundial de la Escucha, AOIR desarrollará una serie de actividades en Concepción, a través de la jornada "Supervivencia de los organismos", cuyas actividades serán del 24 al 26 de julio en el Museo de Historia Natural, Casa 916 y Casa de Salud.