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Funcionarios de la Rectoría recuerdan la UdeC de antaño

Fueron testigos privilegiados del desarrollo de la Universidad de Concepción, y hoy viven con especial emoción los festejos del Centenario.
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Alfonso Levet G.

Cientos de historias hay en la Universidad de Concepción y en la memoria de las personas que han vivido parte de su primer centenario desde adentro. Quizás la Rectoría sea uno de los lugares donde desde mejor perspectiva se hayan apreciado el paso de los años, con los cambios y el crecimiento de la casa de estudios.

Fue a ese lugar, precisamente, que un joven José Sánchez llegó a trabajar en 1967: "Había estado trabajando como guardia, cuando surgió la posibilidad de entrar a trabajar a la Rectoría. Yo diría que me cambió la vida".

Sánchez, oriundo de Rere, había hecho el servicio militar en Concepción y ya había decidido que quería vivir en la ciudad. "Mi mamá siempre nos animó a mí y mis hermanos para ello, pero mi papá quería que me quedara y lo ayudara en el campo".

Tras terminar el servicio, el joven volvió a su casa, porque su padre había enfermado. "Un par de años después él falleció y entonces un tío me dijo que me viniera a su casa en Concepción, y así fue que me quedé por acá".

Desde entonces, siempre se ha desempeñado en la Rectoría de la Universidad de Concepción. "Me siento un afortunado de poder haber trabajado todo este tiempo aquí, me siento orgulloso y agradecido también".

Allí mismo, José conoció a quien hoy es su esposa, con quien tiene un hijo, que cursó ingeniería en la misma casa de estudios penquista, por lo que la identificación de la familia con la institución es total.

Tanto, que evita pensar en el día en que tenga que jubilarse. "Es algo que va a ocurrir, pero todavía no quiero pensar en ese momento; falta un poco, pero cada vez menos", reconoce emocionado.

Su experiencia personal es que en su lugar de trabajo, el trato siempre ha sido muy cercano y respetuoso, asegurando que "a uno lo valoran por lo que es como persona, y eso es gratificante. Hay ex alumnos que se acuerdan de uno y es bonito eso".

Con los años, la Universidad de Concepción fue creciendo, y él fue testigo privilegiado. "Antes el campus llegaba prácticamente hasta (la facultad de) Educación no más. Recuerdo cuando empezaron a construir la Biblioteca Central y después el edificio El Plato, como le llaman".

Pese a ello, reconoce que recorre poco el campus, porque "generalmente hay actividades todos los días en la Rectoría, y ahora, como es lógico, mucho más con las celebraciones del Centenario".

Además, considera importante la posibilidad de haber conocido a personalidades importantes en su trabajo, como "autoridades, embajadores, parlamentarios y varios Presidentes, ha sido muy gratificante".

José Sánchez reconoce que cuando la Universidad aparece bien posicionada en diferentes ránkings de calidad, siente orgullo. "A uno como que se le infla el pecho, es que es un cariño especial que uno le tiene".

Las actividades del Centenario las ha vivido de cerca, pero con mucho trabajo, como es lógico. "Ha sido bonito ser, de una u otra manera, parte de todo esto, creo que la Universidad está muy bien".

"Llegué a trabajar primero como laboratorista, el año '54, allí estuve casi una década y después, fui secretaria del Consejo General y más tarde me fui a trabajar a la Rectoría".

Teresa recuerda que, cuando postuló al trabajo, no sabía bien de qué se trataba. "Tuve que llenar unos formularios recuerdo y había varias postulantes. Después, empecé a trabajar en el laboratorio, donde se hacían varias pruebas y ahí fui aprendiendo bastante, es muy bonita la parte de la investigación".

De su paso por la rectoría, concuerda con José Sánchez en que el ambiente siempre fue muy grato y muy cordial.

Aunque hace años se jubiló, aún añora su labor. "Me dan ganas de volver a trabajar, obviamente ya no puedo, es otra época".

Con ello, cuenta que "la Universidad ha crecido mucho, está muy bonita, es un orgullo haber trabajado allí por tantos años".

"Me siento un afortunado de poder haber trabajado todo este tiempo aquí".

José Sánchez,, funcionario UdeC

JUBILACIÓN LEJANA

OTRA ÉPOCA

Allí mismo, José también conoció a Teresa Cartes, quien trabajó por más de cuatro décadas en la Universidad, y hoy, retirada y a sus 92 años, recuerda sus días en medio de la actividad universitaria.