Profesores jubilados van a casas y enseñan de forma voluntaria
Son miembros del programa "Asesores Senior", en el que durante una o dos veces por semana viajan a los hogares de alumnos entre 1° y 8° básico para mejorar las notas y el comportamiento escolar con una enseñanza personalizada.
Profesores mayores de la región del Biobío se reunieron en Concepción como parte del programa "Voluntariado País de Mayores: Asesores Senior", en el que durante una o dos veces por semana van a los hogares para realizar clases.
Oficialmente son profesionales jubilados, pero en la práctica demuestran su vocación para enseñar a niños que requieren de una ayuda adicional para mejorar las notas y el comportamiento escolar.
Un ejemplo de ello es Carlos García, quien tuvo más de 30 años de trayectoria y trabajó en Chiguayante durante sus últimos años en las escuelas.
Sobre el programa desarrollado por el Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) y el Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis) señaló que "tenía referencias del programa por el 2012 y ahí pude ingresar al año siguiente. En mi caso, son dos horas por semana".
Añadió que "uno se siente mejor haciendo clases todavía y recordando los buenos tiempos. Puedo entregar toda la experiencia que he tenido y ayudo a alumnos que lo necesitan".
Relación con familias
Para Carlos García, la relación con las familias es fundamental. En su caso, señaló que "el trato de ellos ha sido de puertas abiertas y facilita todo. Al mismo tiempo, mi propia familia está bastante conforme porque así no estoy tanto tiempo encerrado en la casa".
Carlos Cognián fue uno de los apoderados beneficiados. Su hijo Carlos tiene 11 años y viven en Concepción.
Cognián señaló que "el profesor siempre está pendiente y hemos visto avances en los resultados. Mi niño ha compartido y ha expresado lo bien que lo ha pasado con las clases" .
Sobre los beneficios, el padre contó que "Carlitos ha salido adelante y nos alegra mucho. Además, es un incentivo para ellos como profesores, quienes pueden seguir su vocación".
Cognián llamó a "Carlitos", su hijo, quien recibe las clases. El pequeño señaló que "estoy muy bien y gracias al profesor pasé de curso. Es muy bueno. Con él aprendo de todos los ramos: historia, matemáticas, ciencias e inglés".
Enseñar valores
Ana Luisa Ríos es profesora normalista. Trabajó 40 años formalmente y lleva tres como asesora senior.
"Todos somos jubilados y tenemos a dos alumnos por profesor. La experiencia ha sido muy bonita y es diferente porque las clases son personalizadas. Cambian su hábito y se les ayuda con todo", aseguró la docente.
Además, señaló que el sentido de cada visita no pasa únicamente por pasar materias. "He tenido la satisfacción de que me digan que he podido cambiar vidas. No se trata de enseñar cuánto es 2+2, sino también de valores. Yo incluso he ayudado a hacer el aseo. Hasta donde Dios me diga, voy a seguir enseñando".
Patricia Uribe es otro ejemplo. Ella es de Concepción y está desde los inicios del programa, hace cinco años. Tuvo una trayectoria de 40 años de trabajo, y 38 de ellos los ejerció en el Colegio Los Cóndores de Talcahuano.
"Yo tengo a dos hermanitos, uno de octavo y otro de quinto. Llego a la casa en la mañana porque sus clases en los colegios son por las tardes, pero siempre han estado dispuestos para trabajar. El tiempo se hace muy corto. Hay mucho interés por parte de ellos. Me esperan con ganas", describió Uribe.
Agregó que "esto es notable. La vocación de enseñar no se termina nunca y yo me siento realizada. Llego a la parte social y puedo ver todo el entorno. Las condiciones en las que viven no son las mejores".
Reforzar la autoestima de sus alumnos es un aspecto fundamental para Patricia Uribe. "Se pueden ver todos los aspectos, la parte emocional, la autoestima. Pasa con alumnos que han repetido varios años. Les dejo claro que son capaces e inteligentes".
Tecnología
Muchos profesores jubilados toman esta oportunidad como un desafío personal, pues saben que la educación cambió con el paso del tiempo.
Miriam Fuentes y Clemira Jara son de Los Álamos y viajaron a Concepción para estar presentes en la actividad.
"Ambas empezamos en marzo y aún es muy poco tiempo para analizar con detalle, pero estamos felices porque retomamos lo que alguna vez hicimos para aprender de los niños. La educación es diferente a nuestra época", sostuvo Fuentes.
Añadió que "hay mucha tecnología y todos los niños se manejan con ella. Tratamos de ayudarlos siempre".
Clemira Jara tuvo varias razones para aceptar el desafío, una de ellas fue que "antes pude hacer clases particulares a adultos y también a pequeños. Ha sido una extraordinaria novedad para ponerme a tono con la modernidad, que ayuda pero a la vez es un distractor dentro del hogar", afirmó.
"Yo tengo dos pequeños hiperactivos y eso los lleva a no tener una mayor concentración, pero si uno los guía son fantásticos, con una mentalidad extraordinaria. Es un buen desafío con la esperanza de que nuestros niños mejoren. Ellos son el futuro de Chile", concluyó.
Madres felices
Ruth Carrillo es de Santa Juana junto a su hijo Benjamín, de 10 años de edad. "Me enteré por la municipalidad y es una gran posibilidad para los profesores, para nosotros como padres y para nuestros hijos", comentó sobre el programa.
"La profesora que nos tocó es un amor. A mi hijo le cayó bien y tiene harta paciencia. También tengo claro que nuestra labor como madres es muy importante", agregó.
Por su parte, Ethel Muñoz es de Los Álamos y su hija Enzie, de 6 años fue beneficiada. La mamá dijo que "tenía poca paciencia para estudiar con ella porque ha avanzado tanto la tecnología que se me ha hecho muy difícil. Los niños usan tablet o computadores avanzados. Yo usaba el cuaderno".
Enzie estudia con Clemira Jara como profesora, donde también ha aprendido mapudungún e inglés.
Es así como existen profesores mayores con muchos desafíos por delante para mejorar el futuro de los estudiantes.
"Mi hijo ha salido adelante y nos alegra mucho, al igual que los profesores sigan su vocación"
Carlos Cognián,, padre de alumno beneficiado
2 alumnos para cada profesor es la dinámica del voluntariado a nivel regional.