El endeudamiento con tarjetas de crédito no es nuevo en nuestro país, hace más de 15 años se alerta sobre el riesgo que conlleva para las personas el fácil acceso a esta fuente de financiamiento. En particular, en ese momento, se habló del sobre endeudamiento de los alumnos de educación superior.

El fenómeno tiene relación con aspectos de la sicología del consumidor, el entorno económico es aspiracional, favorece el consumo en bienes o satisfactores no básicos, que se transforman en un consumo irracional, no considerando la verdadera capacidad de pago.

Su fuente tiene tres orígenes claros. Por el lado de los usuarios, la falta de educación financiera, que se traduce en no medir las consecuencias de comprometer flujos futuros inciertos o insuficientes para adquirir los bienes; y la mala elección de las prioridades al momento de adquirir un bien.

Por el lado del sistema financiero, está la incorrecta bancarización, producto del cumplimiento de metas de ventas, bonos, etcétera. Incentivos que están presentes en las fuerzas de venta, esto conlleva adicionalmente, en la práctica, a un relajamiento de las normas de crédito. Un último elemento, tiene que ver con la deuda histórica de los morosos, al no poder cubrir los compromisos, la deuda va aumentando producto de la capitalización de intereses, el deudor no puede acceder a fuentes de mejor calidad y así su endeudamiento aumenta.

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